Alejandra Glez: la polaroid que nos debíamos
Este no puede ser sino un texto poscrítico. Quizás el texto más vivencial y anecdótico que haya escrito jamás. Podría resumirse así, impúdicamente: Alejandra Glez y Jorge Peré conviven desnudos, durante un año, sin despertarse el más mínimo instinto sexual. He aquí la sinopsis. Les ruego tenerme paciencia.
Copia y pega esta URL en tu sitio WordPress para incrustarlo
Copia y pega este código en tu sitio para incrustarlo