Temario
* Los esfuerzos diplomáticos de Occidente para negociar un alto el fuego con Moscú han fracasado repetidamente, lo que demuestra que, a pesar de los enormes costos que Rusia ha soportado desde 2022, sus objetivos en Ucrania permanecen en gran medida sin cambios.
* Pese a las crecientes tensiones económicas, militares, industriales y demográficas, la guerra sigue siendo sostenible para el Kremlin en un futuro previsible. Rusia continúa convencida de que está ganando la guerra de desgaste y de que, a la larga, podrá someter y resistir a Ucrania.
* Teniendo en cuenta estos factores, este informe presenta los cuatro escenarios más plausibles para la evolución de la guerra: (1) un avance ruso y el colapso del ejército ucraniano; (2) un conflicto prolongado de baja intensidad; (3) un alto el fuego; y (4) un acuerdo de paz. El informe evalúa la probabilidad de cada escenario, así como las estrategias que pueden adoptar Ucrania y Occidente para maximizar los resultados favorables.
* En todos los escenarios, modificar el equilibrio y poner fin a los combates requerirá mantener una inversión significativa en las industrias de defensa europeas y ucranianas, con el fin de sostener las fuerzas ucranianas en el frente, proteger las ciudades de los ataques con misiles y drones, y proyectar fuerza sobre el territorio ruso mediante ataques de largo alcance.
¿Y ahora qué?
A septiembre de 2025, la guerra de Rusia en Ucrania se ha prolongado durante tres años y medio. A pesar de los nueve meses de esfuerzos de Estados Unidos por poner fin a los combates, no se vislumbra todavía un desenlace. Ha habido una intensa actividad diplomática: conversaciones en Arabia Saudí, reuniones en el Despacho Oval e incluso una cumbre en Anchorage entre el presidente estadounidense Donald Trump y el presidente ruso Vladímir Putin. Los europeos, por su parte, llevan casi un año debatiendo entre ellos la posibilidad de desplegar una fuerza de mantenimiento de la paz cuando se alcance un alto el fuego. Sin embargo, pese a toda esta diplomacia, las múltiples reuniones y los incontables comunicados, Rusia sigue bombardeando las ciudades ucranianas y mantiene una ofensiva terrestre brutal que ya dura meses.
Dado que las negociaciones con Rusia impulsadas por Trump siguen estancadas —con Putin negándose, en esencia, a reunirse con el presidente ucraniano Volodímir Zelenski fuera de Moscú— y la situación en el frente continúa siendo incierta, este informe analiza el panorama actual, describe los posibles desarrollos de la guerra y ofrece recomendaciones políticas para Occidente.1
En resumen, Rusia cree que está ganando la guerra de desgaste y que puede someter y resistir a Ucrania. Incluso si llegara a la conclusión de que no puede “ganar” por completo, y de que destruir el ejército ucraniano y derrocar la democracia del país es imposible, eso no significaría que Moscú buscaría la paz. Su opción preferida sería probablemente una guerra perpetua, librada con una intensidad menor pero sostenible, que impidiera a Ucrania ingresar en la Unión Europea o en la OTAN. Esto implica que las posibilidades de que el Kremlin busque un avance diplomático son extremadamente bajas. Occidente debe actuar en consecuencia.
¿Qué quiere Putin?
Aunque la guerra se ha desviado del plan inicial del Kremlin, los objetivos fundamentales de Putin parecen no haber cambiado. Apenas hay indicios de que el presidente ruso esté dispuesto a aceptar la pérdida de Ucrania de la esfera de influencia de Rusia.
En el plano estratégico, el Kremlin sigue decidido a subyugar a Ucrania e impedir que se alinee con Occidente hasta reincorporarla a su órbita. En la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái, a comienzos de septiembre, Putin reafirmó su propósito de abordar las “causas profundas” de la guerra, un eufemismo del Kremlin que alude a reemplazar el gobierno ucraniano por un régimen afín a Moscú e imponer la neutralidad de Ucrania.2 Moscú continúa buscando un “cambio de régimen” en Ucrania, como se refleja en su exigencia de que el país celebre elecciones como condición previa para cualquier acuerdo de paz, una demanda que el propio presidente Putin ha reiterado en los últimos meses.3-4 Además, el Kremlin ha amenazado con expandirse hacia nuevas zonas, como las regiones de Sumy y Dnipropetrovsk, más allá de las cuatro regiones oficialmente reclamadas —Donetsk, Jersón, Lugansk y Zaporiyia—, incorporadas a la Constitución rusa en el otoño de 2022.5 De hecho, un mapa visible detrás del jefe del Estado Mayor, Valeri Guerásimov, en imágenes difundidas a finales de agosto de 2025, sugiere que Moscú aspira a apoderarse también de los óblast de Odesa y Járkov.6
En el plano táctico, los actuales despliegues de tropas rusas en 2025 y diversas declaraciones del Kremlin indican que su principal objetivo sigue siendo tomar las localidades que aún quedan bajo control ucraniano en Donetsk, donde Ucrania conserva alrededor del 25% del territorio regional.7 La campaña del verano de 2025 proporcionó a Rusia avances tácticos, pero ningún éxito decisivo capaz de alterar el curso de la guerra. Los ataques de agosto contra Limán, un nudo logístico clave de la región de Donetsk cercano a Sloviansk, apuntan a posibles maniobras envolventes rusas sobre las principales ciudades de Donetsk a finales de 2025 o comienzos de 2026.8
Rusia ha perdido entre 100 y 150 soldados por kilómetro cuadrado de territorio conquistado en 2025.9La guerra en Ucrania es el segundo conflicto más mortífero para Rusia en un siglo, con un total de bajas que se acerca al millón, cifra que pronto podría igualar la suma de todas las guerras rusas y soviéticas desde la Segunda Guerra Mundial.10 Pese a estas enormes pérdidas, los últimos tres años y medio no parecen haber modificado de forma sustancial los objetivos políticos ni el cálculo estratégico del Kremlin.
Los inmensos costes del conflicto han llevado tanto a la administración Trump como a numerosos analistas a suponer que Rusia debería desear poner fin a la guerra. Racionalmente, eso tendría sentido para el país. Sin embargo, lo que impulsa el enfoque de Putin no es una atención rigurosa a los intereses nacionales de Rusia ni a la mejora de la vida de sus ciudadanos. Putin concibe esta guerra como la etapa más reciente de la lucha secular soviética y rusa contra Occidente, y como esencial para consolidar su lugar en la historia entre los grandes dirigentes de Rusia. Su tolerancia al sufrimiento y al riesgo es, por tanto, extraordinariamente alta, especialmente dada la escasa presión social interna. El líder ruso no parece jugarse unas ganancias territoriales marginales, sino su legado histórico. Cambiar su cálculo —y con él la estrategia rusa— solo será posible si llega a temer que proseguir la guerra amenace la seguridad de su propio régimen. Por ahora, no parece tener ese temor.
Sostenibilidad de la guerra para Rusia
Dado que los objetivos bélicos de Rusia se han mantenido relativamente intactos, la cuestión ahora es durante cuánto tiempo puede realmente permitirse sostener la guerra al ritmo actual. Por desgracia, la respuesta parece ser que Rusia está bien posicionada para mantener su esfuerzo militar en el futuro previsible.
Desde el punto de vista económico, análisis recientes de los autores demuestran que Rusia puede sostener la guerra en Ucrania durante, al menos, dos o tres años más.11 Pese a las sanciones occidentales sin precedentes, el Kremlin ha compensado el colapso de la inversión extranjera mediante un enorme gasto estatal dirigido a su complejo militar-industrial. Una combinación de gestión tecnocrática, cadenas de suministro flexibles, bajo nivel de endeudamiento, apoyo de China, Irán y Corea del Norte, y unos ingresos energéticos constantes ha permitido a Rusia mantener tanto sus operaciones militares como el gasto social. A pesar del aumento de las tensiones económicas —reflejado en un déficit presupuestario creciente, una inflación al alza y un estancamiento del crecimiento en los sectores civil e industrial—, el Kremlin sigue considerando la situación manejable y continúa comprometido con la confrontación geopolítica con Occidente, en Ucrania y más allá.12
Las negociaciones estancadas iniciadas por Estados Unidos demuestran que la adaptación económica de Rusia a las sanciones occidentales anteriores hace improbable que las ofertas de levantar sanciones a cambio de concesiones sobre Ucrania puedan tener éxito. Para Rusia, cualquier beneficio derivado del levantamiento de sanciones sería, en el mejor de los casos, limitado, ya que es poco probable que las empresas occidentales regresen en número significativo debido al riesgo de sanciones futuras, a los problemas legales y reputacionales, al pobre clima de inversión, a la amenaza de expropiaciones o nacionalizaciones, y a la resistencia de los nuevos actores económicos.13 En consecuencia, es probable que el statu quo actual se mantenga, con un alivio limitado similar al que experimentó Irán tras el levantamiento parcial de sanciones que siguió a la firma del Plan de Acción Integral Conjunto en 2015, cuando apenas regresaron empresas occidentales. Este beneficio potencial tan reducido explica por qué las ofertas estadounidenses de aliviar las sanciones a cambio de un acuerdo de paz no han logrado modificar el cálculo de Moscú.14
Por otro lado, un endurecimiento de las sanciones podría obligar al Kremlin a tomar decisiones cada vez más difíciles. Una reducción de las exportaciones energéticas —que aún representan en torno al 30% de los ingresos del presupuesto federal—, combinada con un incremento de los costes de importación de bienes de doble uso, podría aumentar la presión sobre las finanzas rusas. Ello probablemente dificultaría el esfuerzo bélico, ya que unos menores ingresos petroleros, la escasez de mano de obra y un acceso más limitado a tecnologías críticas procedentes de China podrían contraer aún más el sector manufacturero ruso, poniendo en riesgo el suministro constante de armamento. Además, el gobierno podría verse obligado a reducir los pagos y prestaciones sociales destinados a los soldados y sus familias, lo que afectaría al reclutamiento y podría provocar una nueva oleada de movilización parcial y fuga de cerebros. Esta dinámica podría aumentar la tensión social, recordando la fase final de la guerra soviético-afgana (1979-1989), mientras que Ucrania, con el apoyo de sus socios occidentales, podría aprovechar los problemas de abastecimiento rusos para fortalecer su posición en el frente.15
Aun así, ni una recesión prolongada provocada por las sanciones ni una economía de bajo crecimiento parecen susceptibles de preocupar a Putin respecto a la estabilidad de su régimen. Entre 2014 y 2020, Rusia ya experimentó un periodo de crecimiento lento, con una media anual de apenas un 0,3% (frente al promedio mundial del 2,3%), sin que ello debilitara seriamente el control del régimen sobre el poder.16 En otras palabras, aunque una economía debilitada erosionará progresivamente la capacidad de Rusia para sostener la guerra y perseguir sus objetivos maximalistas en Ucrania, no pondrá en peligro el dominio de Putin. Salvo que se produzca una crisis económica de gran magnitud, las condiciones económicas no parecen capaces de afectar a corto plazo la estabilidad del régimen ni de alterar la estrategia bélica del Kremlin.
Desde una perspectiva militar-industrial, las pérdidas de material que Rusia ha sufrido en Ucrania no tienen precedentes en la era postsoviética. Desde febrero de 2022, las fuerzas rusas han perdido más de 3.000 tanques —una cifra que supera el total de unidades operativas antes de la guerra—, así como numerosos vehículos blindados de transporte de tropas, piezas de artillería, sistemas de lanzamiento de cohetes, helicópteros y buques de guerra.17 Informes de comienzos de 2024, basados en imágenes satelitales, indicaban que entre el 25% y el 40% de las reservas de tanques rusos habían sido retiradas del almacenamiento a cielo abierto. A principios de 2025, la mayoría de los vehículos fácilmente restaurables ya se habían agotado, lo que provocó una fuerte desaceleración en los esfuerzos de recuperación.18 La fiabilidad de los arsenales heredados de la era soviética también es incierta: algunos analistas estiman que podrían quedar vacíos hacia finales de 2025.19
Ante esta situación, Rusia ha adaptado su estrategia, recurriendo a tácticas de pequeñas unidades para desgastar progresivamente las líneas ucranianas, en lugar de emplear grandes formaciones acorazadas más vulnerables a los drones ligeros. El Kremlin también ha movilizado la economía en apoyo del esfuerzo bélico, ordenando a empresas civiles fabricar bienes de uso militar, poniendo a la industria de defensa en régimen de producción continua y destinando alrededor del 40% del presupuesto federal de 2025 a las fuerzas armadas y los servicios de seguridad. Se calcula que el gasto en defensa para 2025 alcanzará el 7,2% del PIB, aunque probablemente aumente conforme avance el año.20 Incluso si el Kremlin agotara sus reservas, podría seguir lanzando ataques intermitentes de misiles y drones sobre Ucrania a medida que se produzcan nuevos sistemas. Tales ataques resultan relativamente baratos para Moscú, y su frecuencia no ha dejado de aumentar.21 Con una producción nacional de drones aún en expansión, Rusia ya es capaz de fabricar unos 30.000 vehículos aéreos no tripulados del tipo Shahed al año, con la posibilidad de duplicar esa cifra en 2026.22 Se prevé que para el otoño de 2025 Rusia lance regularmente más de 2.000 drones por andanada.23 Además de su flota aérea, el país estaría reforzando sus sistemas terrestres y marítimos, incluidos drones suicidas de superficie y submarinos.24
En conjunto, aunque Rusia enfrenta limitaciones industriales y logísticas, ninguna parece capaz de modificar de manera significativa el curso general de su esfuerzo bélico.
Desde el punto de vista social, la población rusa continúa mostrando una notable capacidad de resistencia ante los costes económicos y las pérdidas humanas —de una magnitud no vista desde la Segunda Guerra Mundial—. La guerra ha permitido a Putin reforzar su control sobre la sociedad y el sector empresarial, justificando medidas como la restricción del acceso a Internet para consolidar el control informativo y dirigir a la ciudadanía hacia fuentes aprobadas por el Estado. El respaldo a la guerra se mantiene estable —en torno al 70%, según distintas encuestas—, pese a las divergencias sociales sobre los objetivos concretos del conflicto. Ninguno de los argumentos oficiales del Kremlin, incluida la “desnazificación” de Ucrania, cuenta con apoyo mayoritario.25 Quizá el único cambio perceptible en la opinión pública haya sido el aumento del apoyo a las negociaciones de paz, que, según el centro independiente ruso Levada, alcanzó un récord del 66% en agosto de 2025.26 Sin embargo, incluso entre quienes se muestran favorables a dialogar, la mayoría lo hace con la condición de que Rusia conserve sus recientes conquistas territoriales y rechace cualquier resultado que pueda interpretarse como una derrota estratégica.27
Sin embargo, las reacciones públicas ante las grandes escaladas del conflicto revelan posibles puntos de fractura. Durante buena parte de la guerra, el Kremlin ha intentado mantener una fachada de “normalidad”, transmitiendo la idea de que el conflicto no alteraría la vida cotidiana del ciudadano medio ruso.28 Cada vez que acontecimientos externos han logrado perforar esa fachada —como las sanciones al inicio de la invasión, el anuncio de la movilización parcial, el intento de motín de Yevgueni Prigozhin, la incursión ucraniana en Kursk o los ataques de drones ucranianos contra infraestructuras militares y energéticas en el interior de Rusia— se ha repetido un patrón ya familiar: picos de ansiedad, aumento de la percepción de que el país va por mal camino, descenso en la aprobación de Putin y en el apoyo a la guerra, y mayor respaldo a las negociaciones de paz. El cambio más acusado se produjo tras la movilización parcial de septiembre de 2022, cuando la aprobación de Putin cayó aproximadamente seis puntos porcentuales.29 El crecimiento sostenido del apoyo a las conversaciones de paz coincide ahora con un aumento de las dificultades cotidianas relacionadas con la guerra: interrupciones del servicio de Internet móvil, trastornos causados por los drones ucranianos —como cancelaciones de vuelos— y unas perspectivas económicas cada vez más sombrías.
Una de las principales preocupaciones sociales es la inflación creciente, uno de los problemas más graves a los que se enfrenta Rusia, impulsada por las sanciones y por desequilibrios económicos más amplios. Según el Centro Levada, el alza de precios ha sido durante años la principal inquietud de la población, y en junio de 2025 un 58% de los encuestados la consideraba el problema más acuciante del país.30 Aunque la inflación ha remitido en algunos productos, los precios de los alimentos continúan subiendo, y la percepción pública del encarecimiento supera las cifras oficiales.31 Este temor a una inflación descontrolada ha obligado al Banco Central de Rusia a mantener elevados los tipos de interés, lo que ralentiza el crecimiento y contribuye a una recesión económica inminente. Los debates internos del Gobierno sobre la posibilidad de imponer controles de precios reflejan tanto la sensibilidad del asunto para el régimen de Putin como el hecho de que la economía dista mucho de ser estable. La persistencia de las sanciones, combinada con los ataques ucranianos cada vez más profundos e intensos, podría contribuir a deteriorar aún más esa apariencia de normalidad cuidadosamente construida por el Kremlin.
Las escaseces de combustible provocadas por los ataques ucranianos contra las refinerías rusas tienen un efecto directo sobre la población y han hecho estallar la sensación de normalidad.32 Aunque los ataques contra objetivos civiles rusos pueden inicialmente reforzar el apoyo popular a la guerra —ya que se perciben como una agresión externa—, este sigue siendo un conflicto de elección para Rusia; por tanto, estos golpes pueden también generar un sentimiento de agotamiento y hartazgo hacia la guerra y hacia el propio Putin. Ese desgaste del apoyo social podría convertirse en una fuente de preocupación para el presidente y empujarle a reducir la intensidad del conflicto. No obstante, lograrlo llevará tiempo.
Desde el punto de vista demográfico, a pesar de una persistente escasez de mano de obra, Rusia mantiene por ahora la capacidad de movilizar más efectivos para la guerra, favorecida por generosos paquetes de alistamiento y bonificaciones que en 2025 podrían equivaler hasta al 2% del PIB.33 Debido a la desigualdad social, la baja movilidad laboral y la distribución demográfica desigual heredada de la planificación soviética y la industrialización forzada, la escasez de trabajadores se concentra en las grandes regiones industriales, mientras que el reclutamiento militar se nutre principalmente de las zonas rurales más pobres.34 El Kremlin aún puede recurrir a reservas laborales adicionales mediante (1) la optimización del empleo excesivo —guardias, conductores y pequeños burócratas—, un legado soviético todavía presente en las grandes empresas, lo que podría liberar entre 1,5 y 2 millones de trabajadores; y (2) políticas propuestas para restringir el acceso a la educación superior, redirigiendo a más personas hacia la formación profesional y acortando los programas escolares y universitarios.35
Pese a que Rusia ha sufrido hasta ahora alrededor de un millón de bajas, el Kremlin sigue comprometido con el ambicioso objetivo de ampliar el ejército a 1,5 millones de militares en activo, una meta fijada por Putin en un decreto de septiembre de 2024 que convertiría a las fuerzas armadas rusas en las segundas más grandes del mundo, solo por detrás de las de China.36 Con ese fin, en 2025 el Kremlin puso en marcha una campaña de reclutamiento de primavera —la mayor en 14 años— que incorporó a 160.000 personas. También estudia transformar la movilización estacional en un reclutamiento permanente durante todo el año, creando así un flujo continuo para alcanzar los ambiciosos objetivos de alistamiento.37 Además, el ejército continúa contratando entre 30.000 y 40.000 soldados profesionales al mes, una cifra que aproximadamente compensa su tasa de desgaste en el frente.38
No está claro, sin embargo, cuánto tiempo podrá el Kremlin mantener ese ritmo de reclutamiento mensual. A comienzos de 2025, las primas regionales de alistamiento aumentaron, se estabilizaron y luego volvieron a subir en junio. El coste medio de un voluntario ronda actualmente los 2 millones de rublos (unos 23.700 dólares, según el tipo de cambio medio entre enero y septiembre de 2025), frente a los 1,5 millones (unos 17.700 dólares) a principios de año, y se espera que alcance los 2,5 millones (más de 29.600 dólares) antes de fin de año, lo que elevaría el coste total del reclutamiento al 0,5% del PIB.39El tamaño medio de las primas constituye un indicador clave de las dificultades rusas para atraer nuevos soldados, revelando los problemas de captación que experimentan las regiones.40
En resumen, los problemas fiscales de Rusia podrían limitar su capacidad para movilizar hombres mediante incentivos económicos. Si eso ocurre, el Kremlin se verá obligado a modificar su estrategia en el campo de batalla o a recurrir nuevamente al servicio militar obligatorio, como hizo en el otoño de 2022. Sin embargo, una medida así podría generar un fuerte rechazo popular, minar la moral y erosionar la estabilidad del régimen. En conjunto, y a pesar del considerable desgaste, el Kremlin aún dispone de recursos sustanciales para mantener su esfuerzo bélico actual sin introducir cambios drásticos.
Escenarios posibles
La guerra está, sin duda, ejerciendo una fuerte presión sobre el ejército, la economía y la sociedad rusas, tensiones que podrían acumularse hasta generar problemas políticos para Putin. Sin embargo, esa presión se ve contrarrestada por la salida masiva, en los primeros días del conflicto, de gran parte de los potenciales disidentes; por una represión cada vez más agresiva contra la disidencia y quienes pudieran encabezarla (como demuestra el asesinato de Alexéi Navalni); y por el precedente que marcó la muerte de Yevgueni Prigozhin. Así pues, es probable que Putin sienta poca presión inmediata para poner fin a la guerra. ¿Cuáles son, entonces, los posibles escenarios sobre su desarrollo futuro?
Escenario 1: Un avance ruso y el colapso militar de Ucrania
Putin parece confiar en desgastar lentamente a las fuerzas ucranianas en el frente y acabar por abrumar al ejército de Ucrania. Sin embargo, Rusia ha tenido grandes dificultades para lograr avances territoriales significativos; sus pérdidas han sido enormes, y los nuevos contingentes que envía al combate carecen de la formación y la experiencia necesarias para conseguir un avance decisivo. Además, la cobertura de drones y artillería ucraniana haría que cualquier ruptura de las líneas enemigas fuese probablemente neutralizada de inmediato. A esto se suma que el frente está cada vez más fortificado, lo que reduce aún más la posibilidad de un avance ruso.
No obstante, la producción rusa de drones y misiles ha aumentado. Las fuerzas ucranianas se hallan exhaustas y Kiev no ha resuelto sus problemas de personal. Ucrania tiene dificultades para adaptar su defensa ante los ataques con drones rusos, y según los informes ha pasado de derribar el 93% de los drones en 2024 al 88% en 2025.41 Por otra parte, el flujo de armas procedentes de Estados Unidos está disminuyendo —en especial los sistemas de defensa aérea, que se encuentran en situación crítica—, ya que la nueva administración da prioridad a las necesidades internas y a la amenaza emergente de China.42 Además, no hay nuevos fondos asignados para Ucrania, y las entregas actuales dependen de partidas aprobadas durante la administración Biden. La aprobación de los sistemas solicitados y la definición de prioridades de producción siguen en duda, lo que aumenta el riesgo de retrasos, desajustes o fallos en el suministro a Ucrania.
Europa ha asumido parte del relevo: está aumentando su producción industrial de defensa, incrementando su ayuda a Ucrania, inyectando capital en su industria militar y comprando armamento estadounidense para transferírselo. Sin embargo, la ayuda militar europea es menos coherente que la de Estados Unidos y presenta una mayor fragmentación, por lo que podría no compensar completamente la reducción del apoyo estadounidense, dejando al ejército ucraniano en una posición más vulnerable. Ucrania ya lo experimentó en la primavera de 2024, cuando el flujo de ayuda estadounidense se redujo bruscamente antes de que el Congreso aprobara un nuevo paquete de financiación.
Rusia confía en que, hacia 2026, sus fuerzas comiencen a gozar de una ventaja significativa sobre un ejército ucraniano debilitado, aumentando la tasa de desgaste de Ucrania y provocando un colapso del frente o una capitulación diplomática de Kiev. Aunque este escenario no es el más probable, tampoco puede descartarse. Por tanto, Ucrania debe esperar que Putin continúe librando esta guerra de alta intensidad y desgaste hasta 2026, con la mira puesta en una victoria total.
Escenario 2: Una guerra perpetua de baja intensidad
Si la presión acumulada por la guerra aumentara hasta llevar a Putin a concluir que una victoria decisiva es inalcanzable y, por tanto, ya no merece la pena perseguirla, eso no implicaría necesariamente que se sentara a negociar de buena fe. Se ha convertido en un lugar común decir que todas las guerras terminan en una negociación, pero no es cierto: las guerras pueden simplemente continuar. Para Putin, la segunda mejor opción después de ganar sería no perder. Mientras el conflicto se prolongue, Ucrania no podrá desligarse completamente de Rusia, unirse a la Unión Europea o a la OTAN ni alcanzar su futuro europeo.
En este escenario, Rusia podría reducir de forma significativa la intensidad de la guerra, acercándola al conflicto de baja intensidad que se vivió entre 2015 y 2021. Esto supondría combates esporádicos, ataques irregulares con drones y misiles, y bombardeos de artillería contra el frente y las ciudades ucranianas. Putin podría entonces dejar pasar el tiempo, esperando que surja un líder ucraniano más complaciente en medio de una creciente frustración social. Fue esta la estrategia que Rusia aplicó en Georgia: tras apoderarse de territorio georgiano en 2008, trabajó para influir y corromper la política del país hasta encontrar aliados dispuestos a apartarse de Europa y de la democracia.
Por desgracia, este segundo escenario parece particularmente verosímil, dadas las dificultades militares de Rusia para imponerse en el campo de batalla. Para que Putin optara por este curso, probablemente sería necesario que se agravaran los problemas económicos, aumentaran las dificultades de reclutamiento, se estancaran los avances militares y Ucrania siguiera contando con un apoyo sólido y constante de sus socios —ya sea solo de Europa o conjuntamente de Europa y Estados Unidos—. No obstante, este escenario plantea también serios desafíos para Ucrania a medio y largo plazo.
Aunque una reducción de la intensidad bélica supondría cierto alivio, ese desenlace dejaría a Ucrania atrapada en una especie de purgatorio. Incapaz de integrarse plenamente en la Unión Europea debido al conflicto en curso, su economía tendría grandes dificultades para recuperarse. La ausencia de una vía clara hacia la adhesión a la UE también frenaría el impulso de las reformas políticas necesarias para erradicar la corrupción. Es una situación que recuerda a la de muchos países de los Balcanes occidentales, donde se ha instaurado un círculo vicioso: la vacilación de la UE respecto a la ampliación mina el impulso reformista, abre espacio para fuerzas corruptas y antidemocráticas y, a su vez, empeora las perspectivas de adhesión.
Por otro lado, Ucrania podría continuar avanzando hacia la integración europea pese al conflicto en curso, a la espera, en última instancia, de un cambio en el Kremlin —quizá la muerte de Putin.43
Escenario 3: Alto el fuego. Rusia decide que quiere dejar de luchar
El Kremlin considera que cualquier pausa en el conflicto beneficiaría a Ucrania, al darle tiempo para que sus fuerzas agotadas se recuperen. Por tanto, para que Rusia aceptara un alto el fuego, las condiciones de la guerra tendrían que cambiar: ya sea por un agravamiento de las tensiones económicas y militares internas o, más probablemente, porque Ucrania llevara la guerra a territorio ruso a una escala mayor.
En el otoño de 2025, Rusia se percibe a sí misma en una posición ventajosa, y la moral del país se mantiene relativamente alta, especialmente después de que el apoyo estadounidense a Ucrania flaqueara tras la suspensión de la ayuda entre 2023 y 2024.44 La elección de Donald Trump, cuya administración se ha mostrado escéptica respecto al apoyo de Estados Unidos a Ucrania, ha reforzado aún más la confianza rusa. Como resultado, tanto la opinión pública como las élites y el alto mando militar ruso creen ver una luz al final del túnel. Algunos analistas han señalado, sin embargo, que, pese a su elevada tolerancia a las pérdidas humanas, al Kremlin podría resultarle difícil emprender un cuarto año de ofensivas en el Dombás, dadas las ganancias mínimas de los años anteriores, el deterioro económico, la creciente crisis presupuestaria y la intensificación de los ataques contra infraestructuras dentro de Rusia.45
No obstante, Ucrania podría alterar potencialmente esta dinámica. Su capacidad para golpear territorio ruso podría proporcionarle un instrumento de presión crucial para evitar el peor de los escenarios. Los ataques con drones y misiles contra ciudades rusas que afecten la vida cotidiana —como los desabastecimientos de combustible y los cierres de aeropuertos del verano de 2025— podrían cambiar el sentir popular, incluso si Putin mantiene una poderosa Guardia Nacional paramilitar capaz de sofocar cualquier disidencia significativa. Una disminución del apoyo popular a la guerra, combinada con el incremento de la presión económica, podría llevar al Kremlin a replantearse su estrategia. El desarrollo de una capacidad autóctona de ataques de largo alcance podría ser especialmente decisivo, al permitir a Ucrania responder de forma proporcional a los ataques contra sus propias ciudades.
Esta estrategia se apoya en la suposición de que la moral rusa —concepto vago y difícil de medir— es frágil. Aunque la población apoya mayoritariamente a Putin, nunca ha interiorizado plenamente la justificación de la guerra. El escenario 3 también parte de la idea de que un cambio en la opinión pública podría influir en las decisiones de Putin, pese a la mínima oposición interna tras sus 25 años en el poder y la consolidación de una nueva clase “económico-patriótica” leal al presidente y dependiente de la guerra.46 Aun así, este parece ser el camino más claro de Ucrania para poner fin al conflicto y asegurar su futuro europeo. En resumen, Ucrania podría verse obligada a escalar el conflicto para poder desescalarlo, manteniendo al mismo tiempo su línea defensiva en el frente.
Este desenlace, aunque plausible, exigiría reforzar de manera significativa la capacidad ucraniana de ataques de largo alcance. Esto podría lograrse mediante el aumento de la producción y la transferencia de armamento de largo alcance desde Occidente —especialmente desde Europa—, aunque es más probable que proceda del desarrollo de la producción nacional ucraniana, ya que las tasas de fabricación occidentales son bajas y los países aliados tendrían inevitablemente (y con razón) ciertas reservas ante la posibilidad de que esas armas pudieran alcanzar objetivos civiles en territorio ruso.47
Escenario 4: Acuerdo de paz y gran crisis en Rusia
Este escenario —en el que Rusia y Ucrania alcanzarían una paz estable que les permitiera seguir caminos separados— es el menos probable de todos. Un desenlace así requeriría una grave crisis interna en Rusia, combinando choques económicos con contundentes ataques militares ucranianos. No es del todo inconcebible, sin embargo. La percepción de que la guerra no puede ganarse y carece de sentido podría penetrar en el ejército y la sociedad rusos tras otro año de enormes pérdidas humanas y escasos o nulos avances. Los ataques ucranianos sobre territorio ruso podrían modificar el sentir popular. La economía podría sufrir un shock severo —quizá una crisis de deuda que desencadenara una corrida bancaria—. Y algunos mandos intermedios descontentos podrían decidir actuar contra Moscú, al estilo de Prigozhin, como ha ocurrido antes en la historia rusa. No obstante, Putin ha demostrado una gran habilidad para mantenerse en el poder y probablemente reaccionaría para aliviar la presión, optando por los escenarios 2 o 3.
Otra posibilidad sería un cambio repentino de liderazgo tras el fallecimiento natural de Putin, recordando cómo la muerte de Iósif Stalin provocó un viraje en la estrategia soviética que condujo al fin de la guerra de Corea. En resumen, solo un cambio dramático podría convencer a Rusia de poner fin de forma permanente a las hostilidades, y no simplemente de pausarlas.
Conclusión
La guerra en Ucrania difícilmente terminará pronto. Se prevé que el apoyo militar estadounidense se reduzca progresivamente durante el próximo año, una vez completadas las entregas correspondientes al periodo de ayuda aprobado bajo la administración Biden. Europa, por tanto, pasará a ser el principal sostén del esfuerzo militar ucraniano. En lugar de concentrarse en el desarrollo de una fuerza de mantenimiento de la paz —que con toda probabilidad nunca se materializará, ya que Rusia no la aceptará—, los líderes europeos deberían trabajar junto a Ucrania para elaborar una estrategia plurianual destinada a sostener la resistencia ucraniana.
Para cambiar el equilibrio y poner fin a los combates, Occidente tendrá que modificar la dinámica militar mediante una inversión sostenida y significativa tanto en las industrias de defensa europeas como en la ucraniana. Dicha inversión es esencial para mantener las fuerzas en el frente, proteger las ciudades ucranianas de los ataques con misiles y drones y, de forma crucial, proyectar fuerza en territorio ruso mediante ataques de largo alcance. Ucrania también deberá asegurar suficiente mano de obra, ampliando el reclutamiento y mejorando la rotación de las tropas en el frente para sostener la lucha a largo plazo.
A la par, Ucrania y Europa deben continuar instando al Kremlin a entablar negociaciones de paz. Este esfuerzo resulta beneficioso para la imagen internacional de Ucrania, pues deja claro ante el mundo quién es el agresor y quién obstaculiza la paz. Un alto el fuego resultante probablemente favorecería a una Ucrania exhausta más que a Rusia.
Lograr un desenlace estable de esta guerra, que permita a Ucrania realizar su sueño europeo, equivaldría, por el contrario, a la peor pesadilla de Putin. Ese resultado supondría, en esencia, que Putin ha perdido la guerra, porque ha perdido Ucrania. Rusia deberá, por tanto, ser presionada —en el ámbito militar, económico y diplomático— para aceptar tal desenlace. Alcanzarlo llevará tiempo, especialmente mientras el Kremlin siga convencido de que aún puede ganar la guerra. Lamentablemente, por ahora, el conflicto no muestra signos de acercarse a su fin.
* Sobre los autores:
Max Bergmann es director del Programa sobre Europa, Rusia y Eurasia y del Stuart Center en Estudios Euroatlánticos y del Norte de Europa en el Center for Strategic and International Studies (CSIS), en Washington D. C.
Maria Snegovaya es investigadora principal sobre Rusia y Eurasia en el Programa sobre Europa, Rusia y Eurasia del CSIS.
* Artículo original: “Russia’s War in Ukraine: The Next Chapter”. Traducción: ‘Hypermedia Magazine’.
Notas:
1- Caitlin McFall, “Putin invita a Zelensky a una reunión en Moscú para tratar cuestiones de seguridad mientras bombardea Ucrania”, Fox News, 3 de septiembre de 2025, https://www.foxnews.com/world/putin-invites-zelenskyy-meeting-moscow-security-talks-as-he-bombs-ukraine.
2- Jessica Sobieski et al., “Russian Offensive Campaign Assessment, September 1, 2025” [Evaluación de la campaña ofensiva rusa, 1 de septiembre de 2025], Institute for the Study of War, 1 de septiembre de 2025, https://understandingwar.org/research/russia-ukraine/russian-offensive-campaign-assessment-september-1-2025/#:~:text=change%20in%20Ukraine.-,Putin’s%20demands%20for%20regime%20change%20in%20his%20SCO%20speech%20are,%20and%20in%20western%20Zaporizhia%20Oblast.
3- Dan Sabbagh, “Putin sugiere que Ucrania podría tener un gobierno dirigido por la ONU para organizar elecciones”, The Guardian, 28 de marzo de 2025, https://www.theguardian.com/world/2025/mar/28/putin-suggests-ukraine-could-have-un-led-government-to-organise-elections.
4- Aunque el portavoz del Kremlin indicó a comienzos de este año que Rusia ya no se opondría a la adhesión de Ucrania a la Unión Europea, esta afirmación aún no ha podido verificarse empíricamente. Csongor Körömi, “Russia: Ukraine Has a ‘Sovereign Right’ to Join EU – but Not NATO” [Rusia: Ucrania tiene un ‘derecho soberano’ a unirse a la UE, pero no a la OTAN], Politico, 18 de febrero de 2025, https://www.politico.eu/article/dmitr-peskov-kremlin-ukraine-sovereign-right-join-eu-not-nato/.
5- Ronny Reyes, “Rusia despliega 50.000 soldados en torno a Sumy, amenazando con una nueva ofensiva sobre Ucrania”, New York Post, 30 de junio de 2025, https://nypost.com/2025/06/30/world-news/russia-deploys-50000-troops-around-sumy-threatening-new-push-into-ukraine/.
6- Tim Zadorozhnyy, “Un mapa ruso tras el jefe del Estado Mayor sugiere ambiciones de tomar Odesa y Járkiv”, Kyiv Independent, 1 de septiembre de 2025, https://kyivindependent.com/russian-map-behind-top-general-hints-at-ambitions-to-seize-odesa-kharkiv/.
7- Guy Faulconbridge, “¿Cuánto territorio controla Rusia en Ucrania?”, Reuters, 15 de agosto de 2025, https://www.reuters.com/world/americas/how-much-territory-does-russia-control-ukraine-2025-08-14/#:~:text=Russia%20controls%20about%2046%2C570%20square,%20before%20the%20invasion%20of%20Ukraine.
8- Eric Woods, “Ползучие наступления: итоги российской кампании лета 2025 года” [Ofensivas reptantes: resultados de la campaña rusa del verano de 2025], Riddle Russia, 5 de septiembre de 2025, https://ridl.io/ru/polzuchie-nastupleniya-itogi-rossijskoj-kampanii-leta-2025-goda/.
9- Prapti Upadhayay, “‘Tropas de baja calidad, altas bajas’: 99 soldados rusos mueren por cada kilómetro ganado en Ucrania, y a Putin no parece importarle”, WION News, 3 de mayo de 2025, https://www.wionews.com/world/99-russian-soldiers-die-for-every-kilometre-gained-in-ukraine-and-putin-doesnt-seem-to-care-903009; y John Feng y Maya Mehrara, “Rusia pierde 138 soldados por milla cuadrada ganada en Ucrania: ISW”, Newsweek, 6 de diciembre de 2024, https://www.newsweek.com/russia-losing-138-troops-per-square-mile-gained-ukraine-isw-1996499.
10- H. Andrew Schwartz, “The Evening: One Million Russian Casualties, U.S. to Have Slower Growth, Truckin’, and More” [La tarde: un millón de bajas rusas, crecimiento más lento en EE. UU., Truckin’ y más], Center for Strategic and International Studies (CSIS), 3 de junio de 2025, https://www.csis.org/analysis/evening-one-million-russian-casualties-us-have-slower-growth-truckin-and-more; y Seth G. Jones y Riley McCabe, “Russia’s Battlefield Woes in Ukraine” [Los problemas de Rusia en el campo de batalla en Ucrania], CSIS Briefs, 3 de junio de 2025, https://www.csis.org/analysis/russias-battlefield-woes-ukraine.
11- Maria Snegovaya et al., The Russian Wartime Economy: From Sugar High to Hangover [La economía rusa en tiempos de guerra: del subidón de azúcar a la resaca] (Washington D. C.: CSIS, 5 de junio de 2025), https://www.csis.org/analysis/russian-wartime-economy-sugar-high-hangover.
12- Secretario general de la OTAN Mark Rutte, “NATO’s Strategic Concept: A New Era of Collective Defense” [El concepto estratégico de la OTAN: una nueva era de defensa colectiva], 4 de septiembre de 2025, IISS Prague Defence Summit, transcripción y audio disponibles en https://www.nato.int/cps/en/natohq/opinions_237377.htm?selectedLocale=en.
13- “A New Wave of Nationalization: How the Russian Authorities Are Seizing Private Assets, One Court Ruling at a Time” [Una nueva ola de nacionalización: cómo las autoridades rusas están confiscando activos privados, fallo judicial tras fallo judicial], Meduza, 4 de febrero de 2025, https://meduza.io/en/feature/2025/02/04/a-new-wave-of-nationalization.
14- Thomas Graham, “Russia’s Peace Demands on Ukraine Have Not Budged” [Las exigencias de paz de Rusia a Ucrania no han cambiado], Council on Foreign Relations, 7 de marzo de 2025, https://www.cfr.org/expert-brief/russias-peace-demands-ukraine-have-not-budged.
15- Snegovaya et al., The Russian Wartime Economy.
16- Anders Åslund y Maria Snegovaya, The Impact of Western Sanctions on Russia and How They Can Be Made Even More Effective [El impacto de las sanciones occidentales sobre Rusia y cómo pueden hacerse aún más efectivas] (Washington D. C.: Atlantic Council, 3 de mayo de 2021), https://www.atlanticcouncil.org/in-depth-research-reports/report/the-impact-of-western-sanctions-on-russia/.
17- Andrew S. Bowen, “Russian Military Performance and Outlook” [Desempeño y perspectivas del ejército ruso], Congressional Research Service, actualizado el 28 de mayo de 2025, https://www.congress.gov/crs_external_products/IF/PDF/IF12606/IF12606.5.pdf.
18- Ivan Khomenko, “Satellite Images of Russia’s Strategic Omsk Base Show Alarming Trend” [Imágenes satelitales de la base estratégica rusa de Omsk muestran una tendencia alarmante], United24 Media, 17 de mayo de 2025, https://united24media.com/latest-news/satellite-images-of-russias-strategic-omsk-base-show-alarming-trend-heres-what-we-know-8453.
19- Pavel Luzin, “Russia’s Year of Truth: The Runaway Military Budget” [El año de la verdad en Rusia: el presupuesto militar desbocado], Center for European Policy Analysis, 22 de enero de 2025, https://cepa.org/article/russias-year-of-truth-the-runaway-military-budget/.
20- Snegovaya et al., The Russian Wartime Economy.
21- Según las estimaciones del CSIS, los ataques de precisión con drones tipo Shahed cuestan a Rusia unos 350.000 dólares por objetivo, en comparación con aproximadamente 1 millón de dólares por objetivo para su misil más rentable, probablemente el Kh-22. Neil Hollenbeck et al., “Calculating the Cost-Effectiveness of Russia’s Drone Strikes” [Calcular la rentabilidad de los ataques con drones de Rusia], CSIS, Commentary, 19 de febrero de 2025, https://www.csis.org/analysis/calculating-cost-effectiveness-russias-drone-strikes.
22-Paul Sonne y Kim Barker, “Russia Made Drone Production a Supreme Priority. Now It Swarms the Skies” [Rusia convirtió la producción de drones en una prioridad absoluta. Ahora inundan los cielos], New York Times, 14 de septiembre de 2025, https://www.nytimes.com/2025/09/14/world/europe/russia-ukraine-drone-attacks-production.html.
23- Andrew Kramer, “Russia Launches Heavy Strikes Despite Trump Arms Pledge to Ukraine” [Rusia lanza fuertes ataques pese a la promesa de Trump de enviar armas a Ucrania], New York Times, 21 de julio de 2025, https://www.nytimes.com/2025/07/21/world/europe/russia-ukraine-missile-drone-strikes.html.
24- Institute for the Study of War, “Russian Force Generation and Technological Adaptations Update: August 25, 2025” [Actualización sobre la generación de fuerzas rusas y las adaptaciones tecnológicas: 25 de agosto de 2025], 25 de agosto de 2025, https://understandingwar.org/research/russia-ukraine/russian-force-generation-and-technological-adaptations-update-august-25-2025.
25- Maria Snegovaya, “The Reluctant Consensus: War and Russia’s Public Opinion” [El consenso reticente: la guerra y la opinión pública rusa], Atlantic Council, 17 de diciembre de 2024, https://www.atlanticcouncil.org/content-series/russia-tomorrow/reluctant-consensus-war-and-russias-public-opinion.
26- “Конфликт с Украиной: внимание, поддержка, отношение к переговорам, представления осроках спецоперации, её влияние на жизнь респондентов в августе 2025 года” [Conflicto con Ucrania: atención, apoyo, actitudes hacia las negociaciones, expectativas sobre la duración de la operación especial y su impacto en la vida de los encuestados en agosto de 2025], Levada Center, 9 de septiembre de 2025, https://www.levada.ru/2025/09/09/konflikt-s-ukrainoj-vnimanie-podderzhka-otnoshenie-k-peregovoram-predstavleniya-o-srokah-spetsoperatsii-ee-vliyanie-na-zhizn-respondentov-v-avguste-2025-goda/.
27- Cuando los investigadores del Levada Center incluyeron las concesiones territoriales en la pregunta sobre las negociaciones de paz, el apoyo se invirtió: el 75% dispuesto a respaldar que Putin pusiera fin a la guerra cayó al 28%. “Конфликт с Украиной: внимание, поддержка, отношение к переговорам вСтамбуле и различным вариантам урегулирования конфликта” [Conflicto con Ucrania: atención, apoyo, actitudes hacia las negociaciones en Estambul y diversas opciones de resolución del conflicto], Levada Center, 2 de junio de 2025, https://www.levada.ru/2025/06/02/konflikt-s-ukrainoj-vnimanie-podderzhka-otnoshenie-k-peregovoram-v-stambule-i-razlichnym-variantam-uregulirovaniya-konflikta/; y Elena Koneva, “Непреодолимых препятствий для заключения мирного соглашения со сторонынаселения воюющих стран нет” [No existen obstáculos insuperables para un acuerdo de paz por parte de las poblaciones de los países en guerra], ExtremeScan, 4 de abril de 2025, https://www.extremescan.eu/ru/post/nepreodolimyh-prepyatstviy-dlya-zaklyucheniya-mirnogo-soglasheniya-net.
28- Oleg Zhuravlev, “The Politics of Normality in Wartime Russia and Ukraine” [La política de la normalidad en la Rusia y la Ucrania en guerra], Alameda Institute, consultado el 1 de septiembre de 2025, https://alameda.institute/pt/article/the-politics-of-normality-in-wartime-russia-and-ukraine/.
29- “Рейтинги июня 2025 года: настроения, оценки положения дел в стране, одобрение органоввласти и доверие политикам” [Valoraciones de junio de 2025: estado de ánimo, evaluación de la situación del país, aprobación de las autoridades y confianza en los políticos], Levada Center, 26 de junio de 2025, https://www.levada.ru/2025/06/26/rejtingi-iyunya-2025-goda-nastroeniya-otsenki-polozheniya-del-v-strane-odobrenie-organov-vlasti-i-doverie-politikam/; y “Представления о наиболееострых проблемах российского общества: июнь 2025” [Percepciones de los problemas más graves de la sociedad rusa: junio de 2025], Levada Center, 16 de julio de 2025, https://www.levada.ru/2025/07/16/predstavleniya-o-naibolee-ostryh-problemah-rossijskogo-obshhestva-iyun-2025/.
30- “Представления о наиболее острых проблемах российского общества: июнь 2025” [Percepciones de los problemas más graves de la sociedad rusa: junio de 2025], Levada Center, 16 de julio de 2025, https://www.levada.ru/2025/07/16/predstavleniya-o-naibolee-ostryh-problemah-rossijskogo-obshhestva-iyun-2025/.
31- “Дорого! Наглость барыг, рыночек! Пропаганда в России пытается найти виноватых в росте цен на продукты” [¡Caro! ¡La desfachatez de los especuladores! La propaganda en Rusia intenta encontrar culpables del aumento de los precios de los alimentos], Current Time, 5 de septiembre de 2025, https://www.currenttime.tv/a/dorogo-naglost-baryg-rynonek-propaganda-v-rossii-pytaetsya-nayti-vinovatykh-v-roste-tsen-na-produkty/33521670.html; y “Inflation Expectations Climb” [Aumentan las expectativas de inflación], Bank of Russia, comunicado de prensa, 25 de diciembre de 2024, https://cbr.ru/eng/press/event/?id=23275.
32- “Exclusive: Russia Close to Cutting Oil Output Due to Drone Attacks, Sources Say” [Exclusiva: Rusia está cerca de reducir su producción de petróleo debido a los ataques con drones, según fuentes], Reuters, 16 de septiembre de 2025, https://www.reuters.com/business/energy/russia-close-cutting-oil-output-due-drone-attacks-sources-say-2025-09-16.
33- “From Living Forces to Dead Ones: Total Spending on Supplying Russia’s Offensive with ‘Living Forces’ Reaches About 2 Trillion Rubles in the First Half of 2025” [De las fuerzas vivas a las muertas: el gasto total para abastecer la ofensiva rusa con ‘fuerzas vivas’ alcanza unos 2 billones de rublos en la primera mitad de 2025], Re: Russia, 9 de julio de 2025, https://re-russia.net/analytics/0320/.
34- C. G. Gaddy, “Room for Error: The Economic Legacy of Soviet Spatial Misallocation” [Margen de error: el legado económico de la mala distribución espacial soviética], en Historical Legacies of Communism in Russia and Eastern Europe, eds. Mark Beissinger y Stephen Kotkin (Cambridge: Cambridge University Press, 2014), 52–67.
35- S. Aleksashenko, V. Inozemtsev y D. Nekrasov, Nadyozhny tyl diktatora: Rossiyskaya ekonomika na fone voyny [La retaguardia fiable del dictador: la economía rusa en el contexto de la guerra], Chipre: CASE, 2024.
36- Paul Kirby, “Putin Begins Biggest Russian Military Call-up in Years” [Putin inicia la mayor movilización militar rusa en años], BBC News, 1 de abril de 2025, https://www.bbc.com/news/articles/c36718p52eyo.
37- “Круглогодичный призыв: что нужно знать призывникам” [Servicio militar obligatorio durante todo el año: qué deben saber los reclutas], Verstka, 26 de julio de 2025, https://verstka.media/zakon-o-kruglogodichnom-prizyve-v-armiyu-chto-izmenitsya-dlya-prizyvnikov-i-kak-zashhitit-svoi-prav.
38- Janis Kluge, “Russian Recruitment: The First Half of 2025” [El reclutamiento ruso: primera mitad de 2025], Russianomics (blog), 4 de julio de 2025, https://janiskluge.substack.com/p/russian-recruitment-the-first-half.
39- “Russian Ruble (RUB) To US Dollar (USD) Exchange Rate History for 2025” [Historial del tipo de cambio del rublo ruso (RUB) frente al dólar estadounidense (USD) en 2025], Exchange-Rates.org, https://www.exchange-rates.org/exchange-rate-history/rub-usd-2025.
40- Janis Kluge, “Russia Still Recruits 1,000 Soldiers Per Day, but Costs Continue to Climb” [Rusia sigue reclutando 1.000 soldados al día, pero los costes continúan aumentando], Russianomics (blog), 4 de julio de 2025, https://janiskluge.substack.com/p/russia-still-recruits-1000-soldiers.
41- Sonne y Barker, “Russia Made Drone Production a Supreme Priority.”
42- Henry Foy, “Ukraine Battles Air Defence Shortage as Pentagon Slows Shipments” [Ucrania afronta escasez de defensa aérea mientras el Pentágono ralentiza los envíos], Financial Times, 16 de septiembre de 2025, https://www.ft.com/content/26df4030-9613-498d-9ce8-44691aee4346.
43- Liana Fix y Maria Snegovaya, “Leadership Change in Russia” [Cambio de liderazgo en Rusia], Council on Foreign Relations, 15 de febrero de 2024, https://www.cfr.org/report/leadership-change-russia.
44- Riley Bailey y Frederick W. Kagan, “How Delays in Western Aid Gave Russia the Initiative: From the Ukrainian Counteroffensive to Kharkiv” [Cómo los retrasos en la ayuda occidental dieron la iniciativa a Rusia: de la contraofensiva ucraniana a Járkov], Institute for the Study of War, 22 de mayo de 2024, https://understandingwar.org/research/russia-ukraine/how-delays-in-western-aid-gave-russia-the-initiative-from-the-ukrainian-counteroffensive-to-kharkiv.
45- “Накануне «решающего прорыва»: Россия готовится к масштабному наступлению, исходкоторого надолго определит траекторию конфликта и сценарий его завершения” [En vísperas de un «avance decisivo»: Rusia se prepara para una ofensiva a gran escala cuyo resultado determinará durante mucho tiempo la trayectoria del conflicto y el escenario de su final], Re: Russia, 16 de septiembre de 2025, https://re-russia.net/analytics/0335/.
46- Eir Nolsøe, “Russia’s New Middle Class Can’t Afford for Putin’s War to End” [La nueva clase media rusa no puede permitirse que la guerra de Putin termine], The Telegraph, 24 de agosto de 2025, https://www.telegraph.co.uk/business/2025/08/24/russias-new-middle-class-cant-afford-for-putins-war-to-end/.
47- Kateryna Bondar, “Ukraine’s Future Vision and Current Capabilities for Waging AI-Enabled Autonomous Warfare” [La visión futura de Ucrania y su capacidad actual para librar una guerra autónoma con IA], CSIS, 6 de marzo de 2025, https://www.csis.org/analysis/ukraines-future-vision-and-current-capabilities-waging-ai-enabled-autonomous-warfare; y Clara Marchaud, “Inside Ukraine’s Domestic Weapon Scale-Up—The Last, Best Defense Against U.S. Retreat” [Dentro del aumento de la producción nacional de armas en Ucrania: la última y mejor defensa ante la retirada estadounidense], Worldcrunch, 1 de mayo de 2025, https://worldcrunch.com/in-the-news/ukraine-domestic-arms-production-machine.