Los cubanos de la isla se preparan para una importante ola de inflación tras el reciente anuncio del gobierno de un plan de austeridad. Se espera que este plan, que incluye aumentos sustanciales de precios e impuestos, así como recortes en los subsidios, afecte profundamente a la economía cubana, que ya sufre diversas presiones.
El primer ministro Manuel Marrero dio a conocer las medidas la semana pasada, diseñadas para frenar el creciente déficit presupuestario de la nación, que se prevé supere el 18% del PIB. Marrero expresó su confianza en que estas medidas allanen el camino para un futuro crecimiento económico. Sin embargo, esto tiene un hándicap, ya que los cubanos prevén un aumento inmediato del coste de la vida.
A partir del 1 de febrero, los precios de los carburantes se multiplicarán casi por cinco, un cambio que es sólo la punta del iceberg. Los economistas advierten que los aumentos menos perceptibles, como las subidas de los costes del combustible al por mayor, los gastos de transporte y diversos impuestos, conducirán inevitablemente a importantes subidas de los precios al por menor de la mayoría de los productos y servicios.
El economista cubano Omar Everleny, en una entrevista reciente en La Habana, explicó el impacto de gran alcance de estos aumentos. “En economía, estos precios no se incrementan en un área sin afectar a otras”, dijo. “Y en general, se trasladan a los consumidores. Creo que aumentarán entre un 400% y un 500%”.
Reuters informó de que muchos residentes de La Habana ya han notado una escalada de precios en respuesta a estos anuncios, con expectativas de nuevos aumentos en las próximas semanas. Luis Moreno, un taxista veterano de 14 años en La Habana, compartió su dilema de tener que subir continuamente sus tarifas. “No es sólo el combustible, es la comida… Todo es muy caro”, dijo.
Aunque el Gobierno informó de una tasa de inflación del 30% el año pasado, por debajo del 38% de 2022, muchos economistas sostienen que estas cifras subestiman la situación real. Señalan que los cálculos del Gobierno no tienen plenamente en cuenta el floreciente mercado informal, que funciona con un tipo de cambio mucho más alto que el oficial.
Para agravar aún más la situación, las autoridades han anunciado que los precios del combustible al por mayor se duplicarán el mes que viene. Además, los costes del transporte de mercancías subirán entre un 40% y un 60% en marzo, y los derechos de importación del sector privado se quintuplicarán. El sector privado también tendrá que hacer frente a un nuevo impuesto sobre las ventas del 10% en las transacciones al por mayor.
Algunos economistas cubanos, como Pavel Vidal, antiguo empleado del Banco Central cubano y actual profesor en Colombia, creen que es crucial reducir el déficit y los subsidios. Sin embargo, también hacen hincapié en la necesidad de abrir la economía a los negocios y la inversión privados, reformar las empresas estatales y centrarse en impulsar la producción y la base impositiva.
“Aumentar la manufactura o la agricultura”, señaló Everleny, “parece estar ausente de estas medidas”.
Oscar Fernández, economista de la Universidad de La Habana y propietario de una pequeña empresa, se refirió a las nuevas medidas como una “bomba inflacionaria” en ciernes, en un post de Facebook. Instó al gobierno a relajar las regulaciones sobre el sector privado y cerrar las empresas estatales en quiebra que son una sangría para la economía.
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