Digitalización y bancarización forzada
El Gobierno cubano ha tomado medidas audaces y quizás precipitadas para reformar su sistema monetario. Según el economista Pavel Vidal Alejandro, —en un artículo publicado en el sitio web “Horizonte Cubano” del Cuba Capacity Building Project de la Facultad de Derecho de la Universidad de Columbia—, la administración está impulsando una “bancarización forzada y una digitalización acelerada del sistema de pagos” en un corto plazo de seis meses. Esto sería una hazaña en cualquier país, pero particularmente en Cuba, donde las infraestructuras de telecomunicaciones y sistemas bancarios se encuentran entre los más atrasados de la región.
Desentendimiento de la demanda de dinero
La Resolución 111 de 2023 del Banco Central de Cuba ha desencadenado un debate significativo sobre el enfoque del gobierno hacia la política monetaria. Como destaca Vidal Alejandro, hay una clara falta de comprensión sobre lo que representa la demanda de dinero. Esta demanda se ve influenciada por cuatro variables fundamentales:
- El valor de las transacciones: Está directamente relacionado con el volumen y el precio de las mercancías y servicios.
- La tasa de interés: Afecta la decisión de las personas entre guardar su dinero en efectivo o depositarlo en bancos.
- Los costos de transacción y avances tecnológicos: Factores como la evolución tecnológica pueden reducir la necesidad de dinero físico.
- La velocidad de circulación del dinero: Relacionado con la rapidez con que el dinero cambia de manos y está influenciado por factores como la expectativa económica y la incertidumbre.
Vidal Alejandro, en su publicación para “Horizonte Cubano”, señala que la demanda de dinero en Cuba ha experimentado un aumento drástico, en gran parte debido a una inflación creciente y la depreciación del tipo de cambio. Desde el 2020 al 2022, la cantidad de efectivo en circulación creció a un impresionante ritmo anual del 86%. Esto es un indicativo de que la demanda de dinero está siendo impulsada no solo por factores tradicionales sino también por el contexto específico de la economía cubana.
Impacto y soluciones propuestas
A pesar de estas realidades claras y aparentemente reconocibles, el Banco Central de Cuba ha mostrado una falta de adaptabilidad. Vidal Alejandro critica su enfoque obsoleto, citando como ejemplo el análisis presentado en el programa televisivo “Mesa Redonda”, que se basa en modelos de ingresos y egresos de efectivo de los años 80, lejanos de la realidad cubana actual.
El Gobierno cubano espera que la bancarización y la digitalización se realicen en un país que no solo enfrenta desafíos tecnológicos, sino también una profunda desconfianza en el sistema financiero. El “ordenamiento monetario” de 2021, donde las familias vieron cómo se evaporaba el 80% del valor de sus cuentas bancarias, aún está fresco en la memoria de muchos.
La solución, según Vidal Alejandro, no radica simplemente en la implementación acelerada de medidas administrativas. En lugar de perseguir metas específicas sobre la cantidad de dinero en circulación, deberían aprender de bancos centrales más modernos que se centran en tasas de inflación, tasas de interés y diversidad de mecanismos monetarios de transmisión.
En resumen, la política monetaria es esencial para el buen funcionamiento de cualquier economía. Como bien señala Pavel Vidal Alejandro en “Horizonte Cubano”, el dinero es el aceite que mantiene en marcha el motor de la economía. La pregunta es: ¿tiene el Banco Central de Cuba el conocimiento y la voluntad de proporcionar el aceite adecuado?
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