Richard Roeper: “La docuserie ‘Mafia Spies’ detalla cómo la CIA contrató a matones para acabar con Castro”

A principios de la década de 1960, la CIA recurrió a los servicios de los gánsteres de Chicago Outfit, Sam Giancana y Johnny Roselli, para orquestar el asesinato del líder comunista cubano Fidel Castro.


Un momento para asimilar esta afirmación

A mediados de la década de 1970, Castro seguía en el poder, con otros 30 años por delante, habiendo sobrevivido a innumerables intentos de asesinato en la década de 1960. 

En cuanto a Giancana y Roselli, ambos fueron llamados a declarar ante el Comité Selecto de Inteligencia del Senado sobre los planes de la CIA para matar a Castro. El 19 de junio de 1975, Giancana fue asesinado al estilo de una ejecución en su casa de Oak Park, días antes de testificar. Roselli testificó ante el Comité del Senado en 1976. Pero, antes de que pudiera ser llamado a declarar por el Senado, su cuerpo desmembrado fue encontrado en un bidón de acero flotando en una bahía cerca de Miami.


Un documental en seis partes disponible el martes en Paramount+.

Es uno de los capítulos más extraños de la historia del espionaje americano, y da lugar a una de las series documentales más entretenidas del año. “Mafia Spies”, un alocado viaje en seis partes, se estrena el martes en Paramount+.

Dirigida por Tom Donahue y basada en el libro del excelente periodista y antiguo miembro del Chicago Sun-Times, Thomas Maier (que también escribió el libro en el que se basó la serie “Masters of Sex”), se trata de una serie trepidante y llena de ritmo que incluye el paquete habitual de recreaciones (a veces cursis) e imágenes de archivo de noticias. 

Entre los expertos entrevistados se encuentran Maier y otros importantes periodistas e historiadores, así como antiguos revolucionarios cubanos y personal de las fuerzas del orden estadounidenses, incluso Antoinette Giancana, la insolente hija de Sam Giancana, que fue apodada “La princesa de la mafia” y posó desnuda para Playboy cuando tenía 51 años. 

Uno puede imaginarse a Adam McKay (“The Big Short”, “Vice”) sacando partido cómico/dramático de este material, que demuestra el tópico de que la verdad supera a la ficción.

“Mafia Spies” comienza con una introducción informativa sobre el gobierno del dictador militar cubano Batista en la década de 1950, una época en la que los estadounidenses ricos volaban a La Habana para participar en juegos de azar y otras formas de libertinaje en casinos y clubes nocturnos, con la mafia controlando el mercado turístico. (Vemos un fragmento de “El Padrino, Parte II”, en el que el Hyman Roth de Lee Strasberg, una encarnación poco disimulada de Meyer Lansky, hace trocear una tarta con el mapa de Cuba para que todos sus socios puedan comer un trozo). 

Después de que el movimiento revolucionario liderado por Castro entrara en La Habana en la Nochevieja de 1958 y el Año Nuevo de 1959, la mafia fue expulsada de Cuba y las relaciones entre Estados Unidos y Cuba se deterioraron cuando Castro se alineó con los soviéticos.

La serie hace un trabajo admirable al presentar una amplia variedad de personajes de la vida real, pintorescos, a menudo turbios y tramposos. Y no nos referimos sólo a los mafiosos. El director de inteligencia de la CIA, Allen Dulles; el exagente del FBI convertido en socio de Howard Hughes, Bob Mayhew; el exiliado cubano Frank Sturgis (que más tarde alcanzó notoriedad como uno de los cinco ladrones del Watergate); y el espía Sidney Gottlieb, alias el “envenenador en jefe” de la CIA, son algunas de las muchas figuras implicadas en diversos complots para derrocar a Castro.

A Marita Lorenz, que al parecer tuvo una aventura con Castro, le dieron dos píldoras envenenadas que debía poner en la comida de Castro, pero las píldoras se disolvieron en la crema fría en la que se introdujeron. Otros intentos fallidos incluyen métodos que van desde la explosión de un puro a un micrófono impregnado de droga, pasando por el uso de bazucas o el envenenamiento del traje de buzo de Castro. Sería hilarante si no hubiera tanto en juego.

“Mafia Spies” también presta atención a una serie de acontecimientos históricos importantes, como la fallida invasión de Bahía de Cochinos, la crisis de los misiles en Cuba y el asesinato de JFK. La prensa sensacionalista también tiene su espacio, como los vínculos de Frank Sinatra con la mafia, incluida su amistad con Giancana; el romance entre la cantante Phyllis McGuire y Giancana; y la historia de Judy Campbell Exner, que afirmó ser la amante de Kennedy y Giancana.

El mafioso Roselli, aunque es indiscutiblemente un criminal de toda la vida, resulta fascinante. Era guapo como una estrella de cine, llegó a ser productor de Hollywood y consideraba su deber patriótico acabar con Castro. (Entre otras oscuras aventuras, el tipo estuvo implicado en el amaño de partidas de gin rummy de alto riesgo en el Friars Club de Beverly Hills, en las que personajes como Zeppo Marx, Phil Silvers y Harry Karl —magnate del calzado y marido de Debbie Reynolds— se llevaron cientos de miles de dólares).

Cuánto material disparatado. Casi desafía a la creencia, si no fuera por las pruebas contenidas en el tesoro de material contenido dentro de la liberación 2017-2018 de los Archivos Nacionales de los archivos de JFK y el sólido y exhaustivo trabajo periodístico de Maier que sirve de base para toda la serie.



* Artículo original: “Wild docuseries ‘Mafia Spies’ details how CIA hired Chicago Outfit thugs to take out Castro”. Traducción: ‘Hypermedia Magazine’.





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“Metáforas adquiridas de generación en generación”: celebrando a tres poetas cubanas

Por Ileana Medina Hernández

Odette Alonso Yodú, Gleyvis Coro Montanet y Legna Rodríguez Iglesias. Tres mujeres. Cubanas. Poetas. Emigradas. Grandes. Sabias”.



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