Más de cincuenta futbolistas han abandonado la selección cubana

En los últimos 25 años, Cuba ha sido testigo de un importante éxodo de sus atletas, incluidos más de 50 futbolistas y otros numerosos profesionales del deporte. Esta tendencia ha sido especialmente pronunciada en 2023, con la marcha de más de 30 deportistas. La selección cubana de fútbol, que actualmente ocupa el puesto 169 en el ranking de la FIFA, se ha enfrentado a numerosos retos, como la limitada participación en los Mundiales y las frecuentes deserciones de atletas.

La salida masiva más reciente ocurrió en la Copa de Oro de la CONCACAF 2023 en EE.UU., donde cinco futbolistas y un médico del equipo abandonaron la escuadra cubana. Los casos de atletas que buscan oportunidades en el extranjero no se limitan al fútbol; más de 116 jugadores de béisbol se han marchado desde la década de 1990, y el número total de deportistas que se marcharán sólo en 2023 supera los 30.

Las políticas deportivas de Cuba han desempeñado un papel importante en este fenómeno. Desde 1961, tras la Revolución Cubana, se prohibió el deporte profesional, dando prioridad al desarrollo del deporte aficionado y de masas. El Instituto Nacional de Deportes (INDER) supervisa el deporte en Cuba, pero hasta 2013 se quedaba con el 80% del dinero de los premios internacionales. Incluso después de las reformas, los ingresos de los atletas cubanos siguen siendo significativamente inferiores a los de sus homólogos internacionales.

En 2013, el INDER revisó sus políticas, permitiendo a los atletas conservar el 80% del dinero de los premios, pero aplicando un impuesto gubernamental del 4% y un impuesto sobre la renta del 10%. A pesar de estos cambios, el salario medio de un atleta cubano sigue siendo bajo, oscilando entre 40 y 200 dólares al mes, dependiendo del deporte y el rendimiento. Este marcado contraste con las lucrativas oportunidades en el extranjero ha llevado a muchos atletas a buscar mejores perspectivas fuera de Cuba.

Los esfuerzos para facilitar contratos profesionales a los atletas cubanos han sido lentos y burocráticos. Aunque algunos futbolistas han conseguido firmar con equipos internacionales, el proceso suele ser engorroso. En otros deportes, como el voleibol, los atletas se enfrentan a una posible descalificación por intentar firmar con clubes extranjeros.

Estas restricciones y las escasas oportunidades de crecimiento en el deporte cubano han llevado a muchos atletas a tomar decisiones difíciles, que a menudo desembocan en deserciones durante las competiciones internacionales.