“Maduro se proclama vencedor de unas disputadas elecciones en Venezuela”

El presidente Nicolás Maduro ha ganado las elecciones presidenciales de Venezuela, según los resultados parciales anunciados por el consejo electoral.

El presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE), Elvis Amoroso, estrecho aliado de Maduro, dijo que con el 80% de las papeletas escrutadas, el presidente Maduro tenía el 51% de los votos, frente al 44% de su principal rival.

La oposición venezolana tachó de fraudulento el anuncio del CNE y prometió impugnar el resultado.

Dijo que su candidato, Edmundo González, había ganado con el 70% de los votos e insistió en que era el legítimo presidente electo.

La oposición dijo que los recuentos de votos que había recibido, así como las encuestas a pie de urna y los recuentos rápidos, mostraban que González tenía una ventaja de 40 puntos porcentuales sobre el presidente en funciones. 

Los partidos de la oposición se habían unido en torno a González en un intento de desbancar al presidente Maduro tras 11 años en el poder.

Los sondeos de opinión realizados antes de las elecciones apuntaban a una amplia derrota de González sobre el presidente. 

El resultado de las elecciones tendrá repercusiones mucho más allá del país sudamericano de 29,4 millones de habitantes.

En los últimos 10 años, 7,8 millones de personas han huido de Venezuela debido a la crisis económica y política en la que se sumió el país bajo el Gobierno de Maduro.

Las encuestas realizadas en vísperas de las elecciones sugieren que el éxodo podría aumentar ahora, y un sondeo sugiere que un tercio de la población emigraría.

Con la inmigración como tema candente en las elecciones de Estados Unidos, el Gobierno de Washington, así como las naciones latinoamericanas a las que los venezolanos han emigrado en masa, se ven afectados por lo que ocurra en el país andino. 

También importa con quién haga negocios Venezuela, ya que posee la mayor reserva de petróleo del mundo.

Maduro culpa a las sanciones estadounidenses de los problemas económicos de su país y ha forjado estrechas alianzas con China, Irán y Rusia, naciones que también mantienen una espinosa relación con Estados Unidos.

Un cambio de gobierno podría alejar a Venezuela de estos países, así como de su estrecho aliado, Cuba, mientras que se espera que Maduro estreche sus lazos con sus aliados en caso de mantenerse en el poder. 

Muchos venezolanos insistieron en que querían un cambio tras 25 años en el poder del partido socialista PSUV, primero bajo el liderazgo del fallecido presidente Hugo Chávez y, tras su muerte por cáncer en 2013, con Nicolás Maduro.

Y aunque existía el temor generalizado de que el gobierno pudiera recurrir al fraude, la oposición esperaba que su ventaja fuera tan convincente que frustrara cualquier intento del gobierno de Maduro de “robar las elecciones”.

El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, fue uno de los que expresó su escepticismo tras el anuncio de los resultados por parte del Consejo Nacional Electoral, un organismo dominado por los leales al gobierno. 

Dijo que Estados Unidos tenía “serias preocupaciones de que el resultado declarado no refleje la voluntad o los votos del pueblo venezolano”.

El presidente chileno, Gabriel Boric, también dijo que el resultado le resultaba “difícil de creer”.

Boric exigió “total transparencia de las actas y del proceso, y que observadores internacionales no comprometidos con el gobierno den cuenta de la veracidad de los resultados”.

El presidente de Uruguay dijo del Gobierno de Maduro: “Iban a ‘ganar’ independientemente de los resultados reales”.

Mientras tanto, los aliados de Maduro se apresuraron a felicitarle. 

El presidente cubano dijo que “la dignidad y la valentía del pueblo venezolano habían triunfado sobre la presión y la manipulación”.

Maduro describió el resultado como “un triunfo de la paz y la estabilidad” ante sus seguidores en Caracas.

Alabó el sistema electoral venezolano, calificándolo de transparente, y se burló de la oposición, de la que dijo que “grita fraude” en cada elección. 

La oposición había desplegado miles de testigos en los colegios electorales de todo el país para poder anunciar su propio recuento de votos.

Sin embargo, una portavoz de la coalición liderada por González afirmó que sus testigos se habían visto “obligados a abandonar” muchos colegios electorales.

Esta no es la primera elección cuyos resultados han sido denunciados. La victoria de Maduro en 2018 también fue ampliamente rechazada por no ser ni libre ni justa. 

Los temores de que estas elecciones también estuvieran plagadas de irregularidades fueron avivados por el presidente Maduro, quien dijo que ganaría “por las buenas o por las malas”.

El voto en Venezuela es electrónico. Los votantes pulsan un botón asignado a su candidato preferido en una máquina de votación.

Los resultados electrónicos se envían a la sede del CNE, pero la máquina también imprime un recibo en papel que se deposita en una urna.

La ley permite a los partidos enviar testigos al recuento de estos comprobantes de papel que se realiza en cada colegio electoral, pero a muchos se les impidió hacerlo.

Su plan consistía en supervisar estos recuentos para comprobar si coincidían con los resultados anunciados por el CNE, pero la oposición declaró a última hora del domingo que hasta ahora había tenido acceso a menos de un tercio de los recibos impresos.



* Artículo original: “Venezuela’s Maduro declared winner in disputed vote”. Traducción: ‘Hypermedia Magazine’.





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Los 10 millones que nunca fueron

Por Orlando Luis Pardo Lazo

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