En Miami-Dade, Florida, un hombre y una mujer han sido detenidos acusados de tráfico de seres humanos y de obligar a dos cubanas a prostituirse tras introducirlas clandestinamente en Estados Unidos. Vicenta Polanco, de 30 años, y Luis Ariel Escalante, de 24, fueron detenidos el martes y se encuentran actualmente en prisión sin fianza, enfrentándose a graves acusaciones detalladas en los registros de la cárcel de Miami-Dade.
La detención de Polanco y Escalante se produce tras las valientes acciones de dos víctimas que se pusieron en contacto con la policía, lo que condujo a la detención de la pareja. Las víctimas denunciaron que fueron atraídas desde Cuba con promesas de empleo como bailarinas en clubes de entretenimiento para adultos. Sin embargo, a su llegada a Estados Unidos, la realidad era muy distinta. “Cuando llegó a Estados Unidos, le dijeron que, en lugar de bailarina, trabajaría como prostituta”, detallaba uno de los informes de la detención, poniendo de relieve el engaño empleado por los traficantes.
La manipulación se extendió a la toma de fotos provocativas de las mujeres para anunciar sus servicios en sitios web, convirtiéndolas en mercancías en el mercado ilícito. La segunda víctima sufrió un engaño similar: al principio la ayudaron a entrar ilegalmente en Estados Unidos con la misma promesa de trabajo, pero una semana después la obligaron a prostituirse.
Ambas mujeres fueron despojadas de su autonomía y se les confiscaron sus pasaportes cubanos y otros documentos legales. “En realidad, los pasaportes y documentos se tomaron como garantía para obligar a las mujeres a prostituirse”, aclara el informe policial. Esta táctica garantizaba su obediencia, bajo la amenaza de no poder recurrir a la justicia ni regresar a Cuba.
Obligadas a trabajar sin descanso, las víctimas describieron su angustiosa rutina: “Ambas mujeres dijeron que se esperaba de ellas que trabajaran siete días a la semana, atendiendo de cuatro a cinco clientes al día”. Al parecer, Escalante se encargaba de cobrar a los clientes, mientras que las mujeres estaban confinadas en un apartamento, del que sólo salían cuando Polanco o Escalante las llevaban a las citas.
La situación llegó a un punto crítico el lunes, cuando las mujeres exigieron la devolución de sus documentos. La respuesta de Polanco fue escalofriante, ya que rechazó su petición, afirmando que necesitaban “saldar su deuda de entre 10.000 y 12.000 dólares”.
Esta alarmante situación llevó a las víctimas a pedir ayuda a las fuerzas del orden, lo que condujo a la rápida detención de Polanco y Escalante. En un posterior registro de su apartamento se descubrieron 9.000 dólares en efectivo, ocho teléfonos móviles, tres ordenadores portátiles y dos iPads, lo que revela la magnitud de sus operaciones.
Durante una comparecencia ante el tribunal el miércoles, a ambos sospechosos se les nombraron abogados de oficio, ya que se enfrentan a las consecuencias legales de sus acciones. El caso ha llamado la atención sobre el persistente problema de la trata de seres humanos y la explotación de poblaciones vulnerables con fines lucrativos. La valentía de las víctimas al denunciar el caso puede haber salvado a otras personas de una explotación similar, lo que pone de relieve la importancia de la vigilancia y la protección jurídica en la lucha contra la trata de seres humanos.
El país de las últimas cosas
Por Paul Auster
A veces pienso que la muerte es lo único que logra conmovernos. Constituye nuestra forma de creación artística, nuestro único medio de expresión.