Rosalynn Carter, ex primera dama de los Estados Unidos, conocida por su influyente papel en la configuración del Gabinete de la primera dama y su inquebrantable defensa de la salud mental, falleció el 19 de noviembre en su casa de Plains, Georgia, a la edad de 96 años. El Centro Carter, anunció su fallecimiento. A principios de año, el Centro había revelado que la Sra. Carter estaba luchando contra la demencia y recientemente reveló que había estado en cuidados paliativos.
El legado de Rosalynn Carter está marcado por sus esfuerzos pioneros junto a su marido, el presidente Jimmy Carter, con quien compartió el matrimonio presidencial más largo de la historia de Estados Unidos, más de 77 años. Su influencia fue más allá de las funciones tradicionales de la primera dama, ya que participó activamente en la formulación de políticas, asistió a las reuniones del Gabinete y fue una asesora clave del presidente. Su dedicación a la reforma de la salud mental propició importantes avances legislativos en este campo.
Su perspicacia política quedó patente durante el mandato del presidente Carter, especialmente en su defensa de la elección del Senador Walter F. Mondale como vicepresidente y su participación en importantes iniciativas diplomáticas y políticas. La Sra. Carter emprendió una innovadora misión diplomática a América Latina en 1977, en la que trató cuestiones críticas como los derechos humanos y el narcotráfico, e informó directamente al Departamento de Estado.
A pesar de cierto escepticismo sobre su postura respecto al feminismo, dadas sus opiniones personales sobre el aborto, la repercusión de la Sra. Carter en diversas cuestiones sociales fue profunda. Desempeñó un papel crucial en los históricos Acuerdos de Camp David de 1978, que condujeron a un acuerdo de paz entre Israel y Egipto. Su inteligencia política también se puso de manifiesto al asesorar al presidente Carter en momentos difíciles, como el discurso sobre la “crisis de confianza”, en medio de un descenso en las encuestas.
Los primeros años de la Sra. Carter en Plains, Georgia, forjaron su carácter resistente y decidido. Nacida el 18 de agosto de 1927, se enfrentó a la adversidad de la muerte de su padre a una edad temprana y asumió importantes responsabilidades en su familia. Su matrimonio con Jimmy Carter en 1946 marcó el comienzo de una relación de por vida, en la que afrontaron diversos retos, desde la gestión del negocio familiar hasta derrotas y victorias políticas.
Tras la derrota del presidente Carter en las elecciones de 1980, los Carter continuaron su servicio a través del Centro Carter, centrándose en los derechos humanos mundiales y el alivio del sufrimiento. El compromiso de Rosalynn Carter con la salud mental siguió siendo uno de los pilares de su trabajo en el Centro, donde presidió el Grupo de Trabajo sobre Salud Mental.
La muerte de Rosalynn Carter marca el final de una era, pero su legado como primera dama que redefinió su papel y como firme defensora de la salud mental y los derechos humanos seguirá inspirando a las generaciones futuras. Sus contribuciones, tanto en público como entre bastidores, han dejado una huella indeleble en la historia de Estados Unidos. Le sobreviven sus cuatro hijos, numerosos nietos y bisnietos.
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