“Lo que se espera del arte no es, sin duda, que sea normal”
Jean Dubuffet, Prospectus et tous écrits suivants (París, 1967)
Jaime Fernandes, era un campesino originario de un pueblo del interior de Portugal, que vivía las circunstancias propias de los pequeños propietarios, cuyo sustento dependía de un buen o mal año agrícola. Fue el primero de los tres hijos de Joaquim Fernandes y Maria de Jesus, también propietarios rurales. Nació el 8 de mayo de 1899 en Barco, un pueblo situado a trescientos kilómetros de Lisboa, y murió en esta ciudad el 27 de marzo de 1969. En 1923 se casó con Evangelina Delgado (1902-1998), con quien tuvo cinco hijos. Cuando estaba cerca de los 39 años, ingresó en el Hospital Psiquiátrico Miguel Bombarda de Lisboa, la primera institución psiquiátrica portuguesa, fundada en 1848.[1]
Según la hoja de ingreso hospitalario, Jaime Fernandes ingresó en la sala seis el 7 de enero de 1938, con el diagnóstico de esquizofrenia paranoide, presentando manifestaciones de alucinaciones, delirios, incoherencia de pensamiento y amnesia. Al final del primer año de ingreso lo habían trasladado a la sala ocho, que según las palabras del escritor y psiquiatra António Lobo Antunes la describe como “…un extraño edificio en forma de plaza de toros, con las palabras Pabellón de Seguridad sobre una puerta de hierro”. Luego en 1954, debido a problemas pulmonares, Jaime fue llevado a la sala cuatro. Vivió en este hospital durante tres décadas, sin regresar a su pueblo natal.
La trayectoria de los ingresos de Jaime Fernandes y la originalidad de sus dibujos lo sitúan a la par de Adolf Wölfli (1864-1930), Martín Ramírez (1895-1963), y Johann Hauser (1926-1996), entre otros artistas con mayor visibilidad en el movimiento internacional del Art Brut. Durante su etapa creativa es de destacar dos momentos puntuales que revelaron la obra plástica de Jaime: el primero está relacionado con su descubrimiento por los empleados del hospital a principios de la década de 1960, y con la organización de la I Muestra de Artes Plásticas Psicopatológicas en el Hospital Psiquiátrico de Miguel Bombarda (1963), donde se mostraron por primera vez, trece de sus dibujos; el segundo fue con la realización del cortometraje biográfico Jaime (1974), que fuera una revelación sobre su vida, al igual que la película del mismo título Jaime (1974), siendo una de las más intrigantes de la filmografía portuguesa. Fue dirigida por el cineasta António Reis (1927-1991), donde sin recurrir a una linealidad narrativa, hace aparecer al sujeto a través de la visión y encadenamiento de los paisajes naturales y en libertad de su pueblo, en contraposición al entorno de clausura que habitó en el asilo psiquiátrico.
Jaime Fernandes, de manera espontánea, comenzó a dibujar algunos años antes de su muerte, por lo que no lo concebiremos aquí como un artista que estuvo hospitalizado por algún brote delirante, sino como un paciente que, durante su hospitalización, de manera espontánea, inició su actividad de dibujante. Existen anotaciones en su expediente clínico sobre los dibujos y cartas que dirigía a su esposa, cuya letra, visualmente agradable, carecía de significado. Posiblemente los dibujos surgieron como un antídoto a la inactividad típica del contexto del asilo en el que vivía. Separando claramente las dos actividades, pasaba sus días escribiendo y dibujando. Trabajaba duro y rápido, utilizando los materiales que tenía: bolígrafos y hojas de papel de diferentes tipos y procedencias.
Los aproximadamente 90 dibujos conocidos del artista, varios de ellos reproducidos en catálogos, no están fechados ni firmados, y no tienen anotaciones adicionales hechas por otras personas.[2] Era usual que los regalara a los médicos, trabajadores sociales, enfermeras del hospital y amigos que lo visitaban, en agradecimiento a lo que le traían: fruta, tabaco, fósforos, bolígrafos, papel. Aunque buena parte de ellos, permanecieron en la colección de arte del hospital, organizada por el departamento de Terapia Ocupacional. Sus dibujos sobre papel de diferente formato y realizados sin instrucción artística alguna, en ocasiones se revelaban como una escritura reducida a imágenes mentales de un pasado vivido, rural y lejano. Hay en ellos, una tendencia al orden formal, como defensa ante la amenaza de la disociación, además de una propensión a fisonomizar con la elaboración de símbolos.
Las temáticas recaían en el dibujo de animales y figuras humanas, casi siempre aisladas. Se destacaban los ojos, de pupilas bien definidas que, desde el blanco del ojo, parecieran mirarnos fijamente. La filigrana dentro y fuera de los contornos de las figuras es genuina y hábilmente dominada, al punto que irrumpe como una propiedad natural de la superficie de los dibujos. Las líneas cruzadas en cambio, producen una red dentro del contorno, siendo una técnica original en este autor, al representar imágenes que transmiten una extraordinaria vitalidad a quienes las observan. En su conjunto, el artista utiliza la misma técnica y recurre a los mismos temas. Esta repetición podía durar toda la vida, como si en el origen de este retorno estuviera el deseo de volver a lo que aún le quedaba por vivir, en el lugar de donde fuera arrancado para siempre.
Como todo artista erudito, creaba desde una necesidad interior y, en este caso, al margen de la imposición de reglas estéticas, técnicas artísticas o cualquier canon artístico. Los estereotipos y formas crudas que encontramos en la expresión plástica de un artista como Jaime, emanan un impacto visual que inquieta y fascina. Los significados de sus dibujos, con figuras místicas y zoomorfas, indican la existencia de entes vivos, que permanecen ocultos en el misterio, dejando a la interpretación de cada observador los fragmentos biográficos del artista y los complejos registros que este trabajo nos ha legado.
Reconocimiento a Jaime Fernandes: las exposiciones y colecciones
A modo de reconocimiento póstumo, se organizaron dos muestras con proyecciones internacionales sobre Jaime Fernandes. La primera fue organizada en 1980 por la Fundación Calouste Gulbenkian, donde se mostraron 74 dibujos y se editó un catálogo. La curaduría de esta exposición estuvo a cargo del cineasta António Reis y de José Sommer Ribeiro, director del servicio de exposiciones y museografía de la Fundación Gulbenkian. Un año después, en 1981, 51 de estos dibujos se mostraron en la exposición Gulbenkian y formaron parte de la exposición Arte Incomun en la XVI Bienal de São Paulo (Brasil), comisariada por Victor Musgrave y Annateresa Fabris, y cuyo catálogo fue editado por Maria Otília Bocchine. En 1988, Gérard A. Schreiner, el marchante de arte que más dibujos de Jaime Fernandes obtuvo en los años 80, publicó el catálogo Outsiders: An Exhibition of Art Brut, para una exposición organizada por la Rosa Esman Gallery de Nueva York. El catálogo tuvo una introducción de Roger Cardinal y en portada aparece un dibujo de Jaime. En este libro se incluyeron 29 dibujos del artista, junto con obras de otros diecisiete artistas outsiders como: Aloïse Corbaz, Henry Darger, Johann Hauser, Miguel Hernandez, Bill Taylor y Adolf Wölfli. En 1997, en el número 20 de la Collection d’Art Brut de Lausanne (Lausanne, Suiza) se incluyó una entrada a la obra de Jaime, con textos de Michel Thévoz. Jaime está representado en las siguientes colecciones: Colección Art Brut de Philippe Eternod y Jean-David Mermod (Lausana, Francia), Hannah Rieger (Viena, Austria), Colección abcd Art Brut de Bruno Decharme (Montreuil, Francia), Colección Fréderic Ledure (Montreuil-Sous-Bois, Francia), Collection Karin and Gerhard Dammann, (Tägerwilen, Suiza), y la Treger Saint Silvestre Collection (Portugal).[3]
Traducción: Yaysis Ojeda Becerra.
Galería
Referencias:
Fróis, J.P. (2016 a). El bestiario de Jaime Fernandes, Raw Vision Magazine, 90, Verano, pp. 28-31.
Fróis, J.P. (2016 b). Los animales retrataban a las princesas: los dibujos a bolígrafo de Jaime Fernandes, Epidemiology and Psychiatric Sciences, Contemporary Outsider Art, 25(3), pp. 211-213.
Fróis, J.P. (2017). Obra de arte de un paciente creada en un manicomio: la creación de un artista accidental. The Arts in Psychotherapy, 55, septiembre, pp. 19-22.
Fróis, J. P. (2020). Retratos de Jaime. Umbigo Magazine, # 70, dec – feb, pp.109-113.
João Pedro Fróis (Lisboa, 1957). Investigador y docente universitario en el campo de la Psicología de las Artes Visuales. Doctorado por la Universidad de Lisboa. Investigador afiliado del Centro de Psicología Fenomenológica y Estética (CPPA) de la Universidad de Copenhague. Áreas de investigación: Psicología de la Creatividad y Artes Visuales. Recientemente ha publicado artículos en las revistas: Raw Vision, Psychology & Culture, History of Psychiatry, Epidemiology y Psychiatric Sciences.
Notas:
[1] El hospital fue cerrado en 2012 y estuvo funcionando en condiciones precarias, en un edificio que resistió el terremoto de Lisboa de 1755, un antiguo convento masculino de la “Congregação da Missão” fundado por São Vicente de Paulo, en lo que fuera inicialmente un cuartel militar. Llevó el nombre de Miguel Bombarda (1851-1910), médico, ferviente republicano, activista anticlerical y figura carismática que influyó como protagonista en la historia de la psiquiatría portuguesa en los siglos XIX y XX, y que fuera asesinado a tiros en su despacho, dos días antes de la implantación de la Primera República Portuguesa (1910), por uno de sus pacientes, un teniente de infantería monárquica.
[2] Se encontró un único registro mecanografiado (1963), transcrito por una enfermera del hospital, con el título: «Interpretación del cuadro titulado Cobrões, Cobrôas, Serpentes, Serpentões e Serpentôas».
[3] Texto realizado por el autor, el 10 de febrero del 2022 y traducido del portugués por Yaysis Ojeda Becerra.
Pía, la musa de los atollos
“Tuve épocas sin dormir con mi esposo y separada de mis hijos, porque me daba miedo hacerles daño. ¿Y si los mataba con esa corriente? A cada rato sigo sintiendo los fuetazos, pero trato de controlarlos con la pintura, que me calma”.