Coco Fusco, Vivir en junio con la lengua fuera. © 2024 Coco Fusco / Artists Rights Society (ARS), Nueva York.
José Esteban Muñoz escribió que una niebla interrumpe y media cómo se ve Cuba, particularmente desde los Estados Unidos y la perspectiva diaspórica.
Esta niebla está “formada por el rocío ideológico que cae como resultado de la confluencia entre la persistente guerra propagandística de los Estados Unidos contra la isla, la furia y el romanticismo melancólico de los cubanos que viven fuera de ella y la celebración precrítica de la revolución por parte de la izquierda norteamericana”.[1]
A esta niebla se suman otros elementos propios de la Isla, sobre todo las siempre variables tensiones entre los conflictivos discursos estatales y extraoficiales. Estos factores insulares se nebulizan, enturbiando aún más la ya ofuscada esfera perceptiva que nos dificulta comprender la Cuba contemporánea, dondequiera que estemos.
El acercamiento de la artista Coco Fusco a Cuba representa solo un pedacito de una larga y variada carrera dedicada a las maquinaciones del poder en relación a la colonialidad, el género, la raza y el militarismo, y que podríamos triangular provisionalmente entre la performance, la escritura y el activismo.
A la vez, su trabajo sobre Cuba ha sido una faceta constante de la obra de Fusco durante décadas. Esta obra ha habitado —y muchas veces ha sido recibida desde— esa niebla. Como ella misma afirma: “Cada vez que hablo con extranjeros sobre la escena artística cubana, surgen estas preguntas [sobre el oportunismo y la futilidad]. No hay respuestas simples”.[2]
Fusco ha colaborado ampliamente con artistas y escritores dentro y fuera de la Isla, a donde empezó a viajar en la década de los ochenta. Mientras estuvo en Cuba, presentó performances y participó en eventos, sobre todo con artistas independientes y en espacios alternativos. Fuera de la Isla, amplifica las voces de artistas y escritores cubanos a través de sus redes sociales, las exposiciones que cura, y las reseñas que escribe. También ha sido una cronista clave del reciente recrudecimiento de las libertades artísticas.
A lo largo de todo, su atención a figuras relegadas al margen —desde las jineteras en los noventa hasta los artistas afrocubanos de hoy, como Luis Manuel Otero Alcántara, encarcelado desde 2021— ha complicado visiones quiméricas de Cuba como emblema de igualdad racial y de género.
De esta manera, Fusco, junto a otras artistas, como María Magdalena Campos-Pons y Tania Bruguera, ha contribuido a aumentar la visibilidad global de la producción cultural contemporánea en la Isla, particularmente de artistas independientes, disidentes y afrocubanos.
Al situar su trabajo en relación a discursos sobre los derechos humanos y la expresión artística, Fusco defiende una crítica con principios al Estado cubano, basada en las condiciones materiales que enfrentan los artistas.
Su dedicación al arte en el margen de lo oficial se ha sostenido durante décadas. En The Bodies That Were Not Ours, por ejemplo, dice que prefiere escribir sobre aquellas personas que “suelten los demonios que otros intentan vehementemente esconder”.[3]
Candice Amich señala que la colaboración entre Fusco y trabajadores culturales cubanos sugiere un nuevo modelo de movilidad exílica, algo notable dada la aversión de la política cubana a estas colaboraciones.[4]
Más allá de lo que las obras de Fusco dicen sobre estos circuitos, sin embargo, existe también un impulso evidente hacia la colaboración horizontal con artistas que residen en la Isla, desafiando así la dicotomía “dentro-fuera”, que tan a menudo insiste en separar a Cuba de su diáspora.[5]
Como señala la propia Fusco: “El trabajo que hago no se reduce a lo que creo yo sola: incluye los sueños que comparto y las culturas que construyo con otros”.[6]
Aunque la colaboración no sea inherentemente buena en sí y el consenso pueda aplastar las diferencias del mundo, propongo que la obra cubana de Fusco busca establecer el contacto con quienes están en la Isla como una forma de atravesar la niebla y dar coherencia a un lugar tan difícil de ver.
En la década de los 2010, Fusco comenzó una serie de videos que exploran la intersección entre la poética cubana y la política revolucionaria. Aquellos familiarizados con el tono lúgubremente lúdico de La pareja en la jaula (1993), una colaboración con Guillermo Gómez-Peña, o su rol como la psicóloga de simios, Dra. Zira (2013), notarán que estos videos adoptan un tono más contenido y austero. Poseen la gravedad de un velorio y, de vez en cuando, la calidez de un regreso al hogar.
Mejor entendidos dentro del género del cine-ensayo, estos videos combinan la capacidad investigativa de Fusco y su agudeza como escritora, con una evidente habilidad para transformar marginalia historiográfica mediante la intimidad y el afecto. En su conjunto, estos videos constituyen un contra-archivo de la represión cultural durante el periodo revolucionario, desde el Caso Padilla en adelante.[7]
Digo contra-archivo para señalar que queda definitivamente fuera de los circuitos oficiales, hecho que también conlleva lo que en otro lugar he descrito como un proceso de vulneración cultural.[8] Los videos de Fusco no están motivados por florituras estéticas y su lenguaje visual no está forzado. En cambio, Fusco y sus interlocutores confrontan la niebla con una claridad y una precisión casuales.
Vivir en junio con la lengua afuera, su video de 2018, revisa el título de un el poema de Reinaldo Arenas(1943–1990), sustituyendo el verbo original del autor, que es “morir”, por una insistencia en “vivir”.
El video comienza con una serie de intertítulos expositivos sobre el sujeto ausente del video. Arenas creció durante la Revolución, pero rápidamente entró en conflicto con el gobierno por su homosexualidad, sus críticas al Estado y su preferencia por narrativas alucinatorias, que no encajaban con los guiones estrechos del heroísmo y la utilidad revolucionaria.
Tras ser encarcelado por dos años, el autor abandonó la Isla en 1980 durante el éxodo del Mariel y continuó escribiendo en los EE.UU., antes de suicidarse en Miami, afectado por complicaciones del SIDA, con su obra prácticamente borrada de la Isla.
Como muestra el video, unos dedos hojean el catálogo de fichas de la Biblioteca Nacional José Martí; se detienen donde debería estar su nombre.
Luego de establecer este contexto, el video procede hacia una apertura sensorial en el intersticio entre la poesía vocalizada y el lenguaje despreocupado de la cámara. Los poetas Amaury Pacheco e Iris Ruiz, y la actriz Lynn Cruz convergen en el Parque Lenin, donde Arenas se refugió como fugitivo del Estado y realizó tertulias clandestinas.
Como recuerda la voz de Fusco, el parque parece una ruina romana, a pesar de haber sido construido en los años setenta.[9] En un evidente intento de recrear estos encuentros, el video sigue a Pacheco, Ruiz y Cruz en una lectura al aire libre del poema “Introducción al símbolo de la fe” de Arenas, que medita a su manera sobre la dificultad de dar sentido a Cuba en medio “del caos de todos los gritos”.[10]
Recitado de memoria, hay momentos de pausa y olvido que subrayan la ausencia oficial del autor en la Isla y, a la vez, sirven como recuerdos de la potencia de la memoria colectiva y una solidaridad compartida entre los tres.
En un momento, Pacheco imita los elementos figurativos de la sección de Ruiz y mueve los labios durante la lectura de Cruz. El recital se yuxtapone con tomas del extenso parque, un espacio abierto donde las palabras adquieren una reverberación profunda.
Que las palabras de Arenas sean interpretadas por una generación más reciente, las reactiva, invitando a comparaciones y provocando resonancias entre críticas de hace décadas al Estado revolucionario y las del presente.
Al finalizar la lectura, los tres reflexionan sobre la vigencia del poema. Para Cruz, “Uno siente que parte de eso que va diciendo, que va construyendo el poema todavía se hace”.[11]
Coco Fusco, Vivir en junio con la lengua fuera. © 2024 Coco Fusco / Artists Rights Society (ARS), Nueva York.
Todos se reúnen en un espacio de apertura compartida en el que la niebla se disipa, aunque fuera, como recuerda la voz en off de Fusco al final, “por un instante”.[12]
Sin embargo, la producción del video y la experiencia de Fusco afirman que estos momentos de apertura poética, ya de por sí frágiles, han sido cada vez más escasos.[13] La producción de Vivir en junio con la lengua afuera se dio en medio de un enfrentamiento entre el Estado y los artistas independientes, luego de una Bienal de La Habana independiente.
Tras más de tres décadas viajando a la Isla, a Fusco se le negó la entrada justo antes del rodaje.[14] Así, junto a los cubanos que aparecen en el video, Fusco trabajó con “un par de americanos de ojos azules”, que lograron ir a la Isla, y un grupo de colaboradores cubanos para completar el video.[15]
Yanelys Núñez Leyva, activista, cofundadora del Movimiento San Isidro, y co-curadora de la Bienal independiente, figura como directora de producción. Ell contó que conoció a Fusco por medio de Sandra Ceballos, fundadora de Espacio Aglutinador, la galería de arte independiente más antigua de Cuba.
En el acto de rodaje encubierto y guerrillero, Núñez Leyva enfatizó que se coordinaron con cuidado para seguir desapercibidos, utilizaron cámaras discretas, y estuvieron siempre alertas ante la vigilancia estatal.[16]
El relato de Núñez Leyva reafirma que, para Fusco, la colaboración es parte misma de la obra. Como forma y práctica, esta obra sitúa la colaboración como un modo de disipar, aunque sea de forma imperfecta, la niebla cubana que describe Muñoz.
Al mismo tiempo, conviene recordar que, en medio de la posproducción del video, el Decreto 349 restringiría severamente las posibilidades de producción artística independiente.[17]
Además, en los años posteriores, muchos de los colaboradores de Fusco —incluyendo a Pacheco, Ruiz y Núñez Leyva— han abandonado la Isla. Sus salidas, al igual que la de decenas de miles de cubanos más, ha vuelto aún más nebulosa la posibilidad de un sentido colectivo que penetre la niebla.
Notas:
[1] José Esteban Muñoz. “La carga de ver Cuba”, El sentido de lo marrón: Performance y experiencia racializada del mundo, ed. Joshua Chambers-Leston y Tavia Nyong’o; traducido por Hugo Salas (Buenos Aires: Caja Negra Editora), 61.
[2] Coco Fuso. Dangerous Moves: Performance and Politics in Cuba. London: Tate Publishing, 2015, 185.
[3] Coco Fusco, Introduction, en The Bodies That Were Not Ours And Other Writings. (London: Routledge, 2001), xv.
[4] Candice Amich, “Playing Dead in Cuba: Coco Fusco’s Stagings of Dissensus”. Theatre Research International 34, no. 3 (Octubre 2009): 267–77.
[5] Coco Fusco, conversación con el autor. 14 agosto 2024.
[6] Coco Fusco, introducción, en Coco Fusco: Tomorrow, I Will Become an Island, ed. Olga M. Viso. (London: Thames & Hudson, 2023,) 9.
[7] Los videos incluyen La botella al mar de María Elena (2015), La confesión (2015), Vivir en junio con la lengua afuera (2018) y The Art of Intervention: The Performances of JuanSí González” (tbc).
[8] Luke Urbain. “The Imperiled Text: Rethinking Censorship in Reinaldo Arenas’s Otra Vez El Mar and Antes Que Anochezca”. Cuban Studies54 (2025).
[9] Coco Fusco, Vivir en junio con la lengua afuera, 2018.
[10] Fusco, Vivir en junio.
[11] Fusco, Vivir en junio.
[12] Fusco, Vivir en junio.
[13] Coco Fusco, conversación con el autor. 14 agosto 2024.
[14] A Fusco le negaron la visa en 1994, después de publicar una serie de artículos sobre la escena artística en Cuba. Fue expulsada del país en 2019.
[15] Fusco, conversación con el autor. 14 agosto 2024.
[16] Yanelys Nuñez Leyva, conversación con el autor por WhatsApp. 19 junio 2024.
[17] La independiente #00Bienial se realizó del 5 al 15 de mayo de 2018 en espacios de La Habana y fue organizada por Luis Manuel Otero Alcántara y Yanelys Nuñez Leyva; el Decreto 349, publicado por primera vez en la Gaceta Oficial (La Habana) en julio de 2018 y puesto en vigor en diciembre de 2018, establece medidas punitivas para exposiciones, espectáculos y conciertos no autorizados.
* Este artículo apareció originalmente en X as Intersection: Writing on Latinx Art, con el título “Regarding Cuba in Coco Fusco’s To Live in June with Your Tongue Hanging Out”. 15 enero 2025.

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