Mi ritmo de lectura sigue siendo muy alto; además, leo tres y cuatro libros a la vez. Y disponer de más tiempo este año, la imposibilidad de viajar y la asunción de funciones de editor al frente de Ilíada Ediciones, me obligó a leer mucho más. Lo único que he extrañado son las largas lecturas en los aviones.
Seres ridículamente enigmáticos con nombres simplones
Cuando en un programa de la televisión cubana, Razones de Cuba, dieron a conocer al mundo su trabajo para la policía política cubana, descubrí que la única ingenuidad de la que no había logrado desprenderme era esa que me hace ver aún hoy a los amigos como seres puros, nobles, incapaces de actos deleznables en mi contra.
Texto escrito especialmente para la antología El compañero que me atiende.