La exposición La otra isla es un modo de exhibir estrategias discursivas que comparten un bien común: la figuración de un tatuaje que nos identifica como luchadores perennes, como gladiadores de un combate que no termina.
El video como espectáculo de la memoria
La memoria que percibimos hoy está permeada de múltiples filtros informativos. Las imágenes se disuelven en una red de hipervínculos, deshaciendo la autoría personal por el collage extraído de la última historia de Instagram.