La chiquita ya había salido de la prisión. Y estaba en la calle, libre, y con tremendas ganas de vivir. Pero los vivos, los blancos y la gente del Vedado son de pinga y, como si fuera una apestada, habían hecho un espacio alrededor de ella.
Nelson Rodríguez
Acabo de regresar de Gibara y quizá por eso tengo a Humberto Solás muy presente. Sus canas, su camisita blanca, su fuerza. Estar en el festival que él creó, me ha hecho pensar. Y como algo muy natural, si uno piensa en Humberto es imposible no sentir la presencia de Nelson Rodríguez.
Bajada
En algún momento, algo muy malo me va a pasar. Cuando empecé en esto del cine tenía una identificación con el otro, con el prójimo; quería desentrañar la realidad cubana. ¿Adónde se fue esa sensación?