Yo, el más viejo de la fiesta: treinta años.
Díaz-Marzo: una amarga y profunda lucidez
“Una protesta contra la dictadura autoritaria de un sistema anacrónico y contra el mundo libre y su demagógico discurso de ‘igualdad, libertad, fraternidad’”.
Putas en miniatura
Nunca supe por qué me buscó. Quizás por el miedo o la soledad en que vivía. Tal vez porque parecía un cura con mi calva. O un tipo asexual, por haber perdido cuatro dientes.
Cielo sobre Habana
“¿Y si digo que estabas abusando de mí? ¿Qué te parece? ¿Qué te puede pasar por engañar y abusar de una turista, eh?”.
Otra es la música
sueño en el lodo de la moral hasta caer en nuestro estiércol para bendecirnos / no ser nadie para ser el amo del universo / ni juego ni escritura ni religión ni ley en el desierto de nuestros corazones
Fefita y el muro de Berlín
Fefita me esperaba en el solar y éramos felices. Cuando nos cansábamos de templar, entonces le hablaba de literatura. Nunca se había leído un libro. Todo le parecía aburrido, demasiado lindo y falso.
Preliminar de Cacharro(s)
Ser libre es el único modo de ser cultos: nacionalidad sin nación (Saco), república sin nación (Varona), patria sin nación (Mañach).
El suicidio moral de la intelectualidad cubana
La muerte civil de la intelectualidad cubana es un hecho.
Cada uno carga con su propia Cuba
¿Cuáles medicinas podrían ayudar en aliviar las secuelas del llamado “daño antropológico” ocasionado por la Revolución? Supongo que según el médico que tenga cada quien. Cada uno tiene su propia tabla de naufragio.
La maldita circunstancia del odio por todas partes
¿Por qué razón se tienen ganas de que se cumpla a rajatabla la muerte o destrucción del otro? ¿Por qué la envidia y el resentimiento pueden convertirse en fuente de felicidad?