El otro día hice una cola de esas insoportables en el Teatro América y era como presenciar el desmoronamiento del mundo, una especie de guerra que ya no es la preocupación de los primeros días de la pandemia, sino la consagración del hastío y la pobreza. No hay horizonte para una sola: el horizonte es colectivo.
Larry J. González, paréntesis: del cine mudo al semillero
Lo que descostra a Me fui a sembrar tomates donde los agrestes ofrecían semillas de ophrys fusca (2020), de Larry J. González, no es la poesía, sino la supervivencia. La supervivencia del poema en lo microscópico, no la supervivencia tosca a la que estamos condenados los nacidos en Los Palos, Puriales de Caujerí, Yaguajay, La Siguaraya…
Adiós, 2020 (yo había escrito un puchero titulado CUC Bye)
Para el nuevo año, quiero que la reprimenda se me cuele en cada hendidura: por no decir todo lo que tengo que decir, por no ser justa y crítica con todo lo que debo ser justa y crítica, por no amar todo cuanto debo amar. Gracias a quienes no pararon de soñar y se metieron hasta el fondo en el amoníaco duro de la independencia.
Gramática del repudio
Una amiga me contó su diálogo con el chofer de una guagua. Él decía que había que cuidarse de los terroristas que rompían cristales de las tiendas; ella le preguntó su opinión sobre las tiendas en MLC. Cuando mi amiga se bajó en su parada, el chofer le gritó: “Si no te gusta, vete pa’ San Isidro”.
Ensayo sobre la tupición (rítmica poética tupida)
hagamos un excelso viaje destupidor / borbotones de héroes antisísmicos / borbotones de perros rabiosos / lo infecto corre como espuma / han servido una mesa con morcilla / para frenar la manifestación / sirven nuestras carnes / y diarreas sirven / hagamos de estas detenciones algo memorable
No estés triste
Así es como una actriz paraliza el tiempo: como lo haces tú, Broselianda Hernández. Así es como ahora, mentalmente, proceso que no fue suficiente el tiempo para admirarte, pero ha sido dichoso y permanecerá. Así es como te lloro. Nunca te lo dije, pero imaginarte era imaginar el teatro. Tú eres un símbolo, Brose.
Politrauma
Durante la pesadilla de las curas, dejo de pensar en Kamala Harris y en Lizzo. Esta columna no sigue el patrón inalterable de un resultado electoral. Es una historia giratoria. Recupero la “normalidad” en tres escenarios “anormales”, silencios en los que se yuxtaponen el presente esquizo y la interrogación por el futuro.
Ya no puedo sentir mi cuerpo
Todo lo que he conocido, primero en la literatura, después en el teatro y el cine, se torna una puesta en escena del horror que todavía no puedo traducir en palabras. Es presenciar cómo se discrimina y se deshumaniza; y cómo la violencia de género es tangible allí: mujeres, madres, ancianas, artistas, periodistas, intelectuales cubanas.
Tragármelo todo en el fin del mundo
Un temporal: temperatura, balón, ecosistema, niebla, neblina, pellejos, broncas, pingas, asesinatos, pesca de clarias y plástico. Para robar un tanque de agua o de basura no hay que saberse ninguna cita de Nietzsche, bebé, ni de ningún pensador influyente en la cosmovisión de un dictador. Lo único necesario es haber nacido en este país.
Versos corporales: Una conversación con Marien Fernández Castillo
Marien Fernández Castillo (Yaguajay, 1982) es un escritor compulsivo. No se trata de una compulsión exhibicionista y pretendida. Es una compulsión en estado germinal, que moldea la espiritualidad y el rigor fragilizados en sus textos, que incluyen dramaturgia, poesía y narrativa.