Si nos guiamos por la acogida, no hay dudas de que la crítica ha decidido cobrarse con Everything Now, lo que al parecer le debía Arcade Fire desde la publicación de Reflektor, en 2013.
Entonces se dijo, que Reflektor era un álbum donde la banda canadiense, luego de ganar el Grammy al mejor disco del año en 2011 por The Suburbs y quizás envalentonada por ello, manchaba el rock con ritmos dance y otros de origen haitiano y del Caribe.
Sin avisar, la banda sobre la que los nostálgicos del rock de estadio habían depositado toda sus esperanzas, se les venía abajo con ese giro inesperado hacia el pop. ¿Algo estaba mal con Arcade Fire?, preguntaron desde The Atlantic.
Yet it’s tough to satisfyingly plug into their fifth album, Everything Now, and there are two tempting factors to blame: its obsession with danceability and its overdetermined lyrical concept. But fans know that both of those things aren’t all that new for the band. Something deeper, more hardware-level, is going awry. The Atlantic.
Las letras seguían aún se ocupaban de cuestiones trascendentales —la vida, la muerte, el suicidio, el amor, la soledad, el peso de lo moderno—, pero buena parte de los seguidores del grupo se sentían decepcionados. Esa no era la banda con la que hacía apenas dos años, habían cantado: “Sometimes I can’t believe it/ I’m moving past the feeling/ Sometimes I can’t believe it/ I’m moving past the feeling again”.
https://youtu.be/NM8lMbEiABI
Pero lo peor —o lo mejor, pensaron algunos—, aún estaba por venir.
La tensión, en tanto, quedó en el aire, a la espera de que la banda se tomara el tiempo suficiente para meditar el nuevo disco. Una tensión que, por supuesto, no les era ajena y que intentaron matizar o, más inclinar a su favor, elevando el mensaje hacia los mismos asuntos trascendentales que los habían sacado del rock local de Quebec hasta la alfombra roja de los Grammy.
El nuevo trabajo —entendió el grupo— debía convertirse en una metáfora de la sociedad contemporánea, de la saturación real de información en la que vivimos y de la violencia que ese exceso de información ejerce sobre las personas.
There’s not much melody, either, in two Jamaican-flavored genre exercises: “Chemistry,” an infatuation song that turns stalkerish, or “Peter Pan,” a love song for someone who may be dead or dying. The New York Times.
Para ello, convirtieron Everything Now en una plataforma, una cuenta de Twitter, una compañía fantasma y echaron a rodar la perfomance a través de las redes sociales, como una suerte de campaña inversa en la que, incluso, alguien se cuestiona la efectividad de aquel producto. Al mismo tiempo, como en un juego de espejos, la sección musical del proyecto experimentaba con la mezcla de ritmos ajenos al rock, procedentes una vez más —y esto quizás sería la semilla de la ira de hoy— de Haití, la música dance, y el Caribe.
Aunque el lanzamiento oficial del disco ha ocurrido hace solo unos días, el 28 de julio, el grupo vino filtrando parte del material de nuevo álbum, así como incluyó canciones inéditas en varias presentaciones en vivo. De algún modo, entrever lo que se cocía al otro lado del estudio, preparó a la crítica para este fuego sin precedentes. En serio, Arcade Fire realmente hubiese cometido una traición irreparable.
It’s the sound of a great band growing bored with its own shtick and spinning out in a dozen different directions at once. Newsweek.
Incluso, diarios y revistas que suelen tratar la música solo como un alimento editorial para adolescentes y minorías, sacaron espacio en medio de las tensiones mundiales y las novedades diarias de la administración Trump, para que su crítico musical diera fe de qué le había parecido Everything Now, ese disco tan comentado de Arcade Fire.
Si en Reflektor se les habían perdonado las letras, en esta ocasión han sido las primeras en pasar por el servicio de guillotinado. La mayoría de las reseñas negativas, sazonan los comentarios con alusiones irónicas al contenido, supuestamente elevado y trascendental, de las canciones: “Maybe there’s a good God, if he made you”, por ejemplo, se ha reído John Pareles en The New York Times, a propósito del tema “Miss you”.
A tangled, joyless record of Banksy disco and bloodless new wave that examines fear, love, and suicide in our modern media landscape. Pitchfork.
Lo siguiente ha sido la música, como era de esperarse. Las mezclas, esa traición al rock más puro.
Que yo haya leído, solo New Musical Express (NME), el magazine británico, se ha atrevido hasta ahora a darle las 5 estrellas al disco. Rolling Stone y Slant Magazine le han otorgado 4.
Todo lo demás han sido sufrimientos para Arcade Fire. Pero, los sufrimientos han venido desde un bando con el que no suelen contar las bandas de rock, ni los músicos en general: la prensa no especializada. ¿Será acaso que el mensaje de Everything Now, sobre los daños producidos por el exceso de información, los ha golpeado? ¿O están intentando desvanecerlo a fuerza de verter sobre él, el mismo producto que crítica: un montón de información?
Personalmente no es un disco que yo pondría a diario. Pero Arcade Fire no deja de ser una buena banda. Si tuviese que elegir una canción suya, esta sería “The Suburbs”. Y si un disco, su primer álbum: Funeral (2004).
If it sometimes appears as though they believe society’s ills can be solved, or at least diagnosed, through the medium of grandiose art-rock records, you nonetheless have to admire their conviction that music ought to represent something more than mere ‘content’. Thankfully, after the ambitious-but-uneven ‘Reflektor’ (2013), ‘Everything Now’ marks an emphatic return to those lofty standards. NME.
Aquí Everything Now: