Estoy en la Escuela de Cine sin poder masturbarme, dando clases a unos alumnos y asediado por los teóricos, por querer hacerme el escritor a esta altura de la vida. La envidia sale en cada comentario: Solo hablas de sexo y haces entrevistas… Ya tienes que volver a filmar… Sonrío y pienso: ¿Serán hijos de puta? ¡Si algunos de ustedes son los mismos que no me dejan filmar!
Columnistas
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Esfínter interior. Un no-performance con Javier Marimón
Allí donde lo pulcro sistémico sucede, no permitiremos que entre un culo. Esto diría un inspector del Decreto Ley 349. La distracción que genera un culo sabroso, un culo desnudo, un culo altoparlante, vociferante, celulitoso, sería demasiado libertaria (todo lo libertario debe ser censurado). Quizás el no-performance debería suceder en mi esfínter.
Visibilia de visionarios
Alguna sospecha tiene uno, cuando vive mucho tiempo en La Habana, que la ciudad, supongo que como la mayoría de las ciudades, se levantó sobre la pobreza lo mismo que sobre la riqueza. Pero la pobreza, que es como una mujer fea, es difícil que no deje su huella en siete u ocho generaciones siguientes.
Con dos que se quieran… ya tenemos Generación Cero
Necesito unos segundos de reflexión para tratar de explicarles qué diablos pasa con los narradores de la Generación Cero y por qué muchos de sus libros me parecen de una ridiculez inenarrable. Digamos que se trata de textos que no tienen o no conducen al clímax. O como también se le conoce en el CENESEX: “templar sin venirse”. Lo de la Generación Cero es la narrativa tántrica.
Cincuenta metros con Ena Lucía Portela
Mi casa siempre ha estado llena de mujeres. Mi madre y mi abuela reciben a muchas vecinas, amigas, conocidas, enviadas (mi abuela es cartomántica). Yo estaba acostumbrado a ver a muchas mujeres, de diferentes físicos y actitudes. Me resultaba normal. Pero el día que vi a Ena Lucía Portela algo se me revolvió bien adentro.
Tienes un alien a punto de entrar en tu boca
En el principio estaba el facehugger, espeluznante “abraza caras” de la más popular película de Ridley Scott. Un artilugio biológico que reproduce la capacidad fálica de una vulva mejorada en los dominios del sobresalto cósmico. Ese potencial, tan queer como gótico, implica además una impregnación atroz.
Quemar el muñeco
La gran mentira de esta fecha la potencian los horóscopos, la letra del año y toda clase de taxonomía del porvenir. A esa gran mentira contraponemos, como convicción, nuestra inmovilidad. No niego la fe: hablo de la escena de inmovilidad irrefutable en la que los días de una isla hacen culto al estatismo.
Legna Rodríguez Iglesias habla de cine en la cama
“Me quedé tiesa cuando vi tu mensaje preguntándome si aceptaba conversar contigo sobre cine. Acepté porque te admiro, y porque cuando te vi desnudo en una de tus columnas de Hypermedia lo primero que me vino a la mente fue: ¡tiene prepucio, como mi hijo! He pensado escribir un libro de poemas sobre prepucios perfectos y ausencias perfectas de prepucios…”.
Serpientes, termitas
Si tuviera que elegir un libro entre todos los del año, ese sería Clyde Fans, la monumental novela gráfica de Seth que ha editado Drawn & Quarterly en Canadá. No solo por su imaginario visual, sino por la reflexión que propone sobre la soledad, nuestra disposición para ciertos oficios y los desafíos del desarrollo tecnológico.
Chalunga y purpurina
Si nos sentáramos en La Chalunga, yo le contaría el millón de discriminaciones que sufro todos los días por ser gordita, mujer y tortillera; le hablaría de la perdedera gubernamental y le enseñaría una libreta en la que voy anotando las similitudes entre la violencia de género en Cuba y el marabú.