Sueño siempre con un restaurante al extremo de un centro comercial. Sirven la comida por libras, dependiendo del número de comensales. Uno se para junto a un mostrador y pide así, por libras.
Stories
Alberto Garrido
Jacobo sabía que su historia jamás saldría en los periódicos. Estaba dispuesto a podrirse: aspiraba su propia putrefacción, el agrio olor de los años que vendrían.
Adriana Normand
¿Dónde está el texto? Está cerca. Puedo sentir su olor podrido alrededor de mi cuerpo. Casi puedo tocarlo.
Toda la mierda que escarba mi escritura lo llena.
Jamila Medina
Psicoanalízame, por favor I Había una vez un hombre al que llamaban el-hombre-de-las-ratas. Se apareció…
Iglesias Evangélicas en Cuba: el nuevo poder político en la sombra
Ganador del Segundo Premio de Reportajes «Editorial Hypermedia 2019».
Abilio Estévez
Lejana tierra mía Para Yolanda Izquierdo, mi hermana de San Juan. En cierta ocasión, hace…
Anna Lidia Vega Serova
Tarot para principiantes 1 El hombre no se venía si no mataba. No quería matar,…