Si esclavizas a alguien, también quedarás reducido a la esclavitud.
Eliezet Sesma[1]
Hace aproximadamente tres años que comenzamos el levantamiento de información concerniente a los artistas presos políticos condenados por su participación en protestas o como resultado del ejercicio del disenso en cualquiera de sus acepciones; ello, como una intención reivindicativa que se ha ido potencializando a partir de la colaboración de familiares, amigos y otras organizaciones y medios de prensa de la sociedad civil cubana. Aunque nuestro acompañamiento es constante, cada cierto tiempo consideramos necesario compartir actualizaciones generales que nos ofrezcan una mirada amplia e interconectada de la situación que atraviesan los artistas encarcelados por causas políticas. El último registro de este tipo data de septiembre de 2024, así que con el presente estamos cubriendo el rango comprendido en el año.
Por razones de extensión, vamos a centrarnos en dos coyunturas temporales específicas: la escalada represiva en que nos encontramos en este minuto, la cual comenzó poco antes de la conmemoración del 26 de julio, y el proceso de excarcelaciones que tuvo lugar en dos partes a inicios de año y que, aunque anunció la liberación de 553 presos, se limitó a un número aproximado de 300 presos políticos beneficiados, según lo corroborado.
Se trata de un solo texto publicado en dos partes para que la lectura sea más llevadera, propiciando una mejor recepción de la información. En esta primera entrega abordaremos los casos en peligro inminente y los de tres nuevos artistas que incorporamos a la campaña. En la segunda entrega, analizaremos más a fondo el proceso de excarcelaciones, con los reajustes correspondientes que este trajo consigo.
Empezaremos por lo más cercano en el tiempo. En el mes de julio recién concluido, Cuba presenta una situación humanitaria dramática con innumerables renglones por debajo de los estándares mínimos posibles para una vida no ya digna, sino básica. A nivel social puede percibirse el descontento reinante, lo que mantiene en estado de alarma a las instancias de poder. En estas circunstancias, el Gobierno cubano apuesta por el conocido método de la “fiesta vigilada”, que se traduce en redoblar la militarización de las ciudades y de las cárceles, mantener en jaque a activistas y familiares de los presos políticos, así como escenificar toda una farsa carnavalesca que simule normalidad, tal y como acaba de ocurrir en Santiago de Cuba, centro histórico de la efeméride celebrada.
En este contexto, destaca la detención arbitraria en plena calle del artista y reportero independiente Luis Ángel Cuza Alfonso, que fuera liberado poco antes, en mayo del propio 2025, por cumplimiento de condena y que ya venía siendo hostigado por retomar sus publicaciones críticas al sistema político cubano. Comenzamos resumiendo la situación de Ángel porque en este año que nos ocupa salió temporalmente de nuestro registro, teniendo que reincorporarlo dos meses después, elevando nuevamente a 18 el número de artistas presos.
Si antes Ángel Cuza estuvo recluido ocho meses, sin juicio, por participar en la manifestación del bulevar de Obispo, y en una segunda ocasión cumplió de manera íntegra una condena de un año y medio por el supuesto delito de Desórdenes Públicos; en esta ocasión, la tercera, lo están acusando de Tenencia de armas y explosivos por una bala que encontraron entre sus pertenencias, se trata de un resguardo religioso que lo acompaña hace más de diecisiete años. Lo absurdo del pretexto deja al descubierto la impunidad con que actúa la Seguridad del Estado, que somete sin encontrar resistencia no solo a las instituciones de servicio público en el país, sino también al más elemental sentido común.
Dibujo realizado por Ángel Cuza en prisión y entregado a nuestro Observatorio al cumplir su condena en mayo de 2025.
Ángel fue conducido a la prisión del Combinado del Este el 29 de julio y ubicado en el Edifico1, destinado a reclusos con sentencias largas, aunque se conoce que allí envían a la mayoría de los presos políticos. Su traslado puede interpretarse como que la fiscalía aceptó la denuncia realizada y dictó una medida cautelar de prisión provisional.
Antes del Combinado estuvo en el Vivac, centro de detención especial ubicado en el límite de los municipios Arroyo Naranjo y Boyeros, donde recibió solo una visita, el 28 de julio, en la que su familia puso pasarle comida después de casi tres días sin probar alimento. Su segunda visita se efectuó ya en el propio Combinado del Este, el 6 de agosto, ocasión en la que consiguió sacar una carta destinada a sus hermanos de lucha, dejando claro su negativa a cumplir una condena por un delito que no existe. Es enfático en sus palabras cuando escribe: “estoy dispuesto hasta dejar de ingerir alimentos hasta que me encuentre en libertad. Si me toca perder lo más valioso que es la vida, solo les pido que no quede impune”.
Su expediente penal se encuentra aún en fase preparatoria, por lo que no tiene ni petición fiscal ni fecha de juicio; no obstante, su familia ya contrató abogado defensor.
Además del caso de Ángel, hubo tres más de artistas presos que experimentaron momentos climáticos de tensión en los días cercanos al 26 de julio. Dos de ellos, Duannis León Taboada y Fernando Almenares Rivera, llevaron adelante huelgas de hambre exigiendo su libertad y el cese de los abusos. El tercero es el de Juan Enrique Pérez Sánchez, quien fue hospitalizado después de un mes con fiebres elevadas.
El mismo día que Ángel Cuza fuera enviado al Combinado del Este, Duannis León Taboada abandonaba una huelga de hambre de doce días. Su madre, Yenisey Taboada Ortiz, pudo verlo y abrazarlo tras más de una semana intentándolo infructuosamente. Una de esas veces, la única que pudo acceder al interior del penal antes del día del encuentro con Duannis, había sido citada por el Segundo jefe de la Prisión, el teniente coronel Yunier López Galván, y fue secuestrada por agentes de la Seguridad del Estado que la sometieron a un interrogatorio forzado en una estación policial de Guanabacoa, siendo liberada seis horas después. Este episodio de extrema violencia formó parte de una estrategia de incremento del hostigamiento contra la familia del poeta preso político mientras duró la huelga, suceso que conmocionó a gran parte de la sociedad civil cubana.
Luego del plante[2], Duannis permaneció unos días bajo supervisión médica en el hospital de la cárcel porque su sistema renal se vio dañado por la inanición voluntaria, con la agravante de que el joven tiene uno de sus riñones dilatados desde bebé. Además, a raíz de la huelga, Yenisey observó algo extraño en su mirada y este le confesó que su visión se ha visto afectada paulatinamente desde que le vaciaran un spray de gas pimienta en el rostro durante una protesta en octubre del pasado año, a lo que ahora se suma que solo ve manchas oscuras en uno de sus ojos, el izquierdo.
Tanto esa protesta, en la que también tomó parte Ángel Cuza, como las acciones represivas que la siguieron, fueron monitoreadas por el ODC y amplificadas mediante la publicación de los hechos y el resumen de los perfiles de ambos artistas.
Perfiles dedicados a Duannis León Taboada y Luis Ángel Cuza Alfonso (2024). Fuente: ODC.
Culminada la fase de recuperación en el hospital del penal, aunque aún muy débil y sobre todo delgado, fue trasladado al Edifico 2 de la misma prisión, donde fue recibido con una golpiza por parte de dos de los oficiales que estaban de guardia. Se molestaron porque Duannis puso su colchón en el piso para dormir ya que no había tabla de litera disponible para él en ese momento. Desde entonces, el acoso hacia el joven en esta nueva área ha sido constante, en lo que advertimos una estrategia de provocación que busca desestabilizarlo emocionalmente.
Por su parte, el rapero contestatario y artista visual Fernando Almenares, conocido como Nando Obdc, también estuvo en huelga de hambre a partir del 20 de julio. A pesar de residir en el municipio de La Lisa, Nando está recluido en el Centro Penitenciario Cuba-Panamá, ubicado en la localidad de Güines, aproximadamente a 50 kilómetros al suroeste de la capital del país. La permanencia de Nando en esta cárcel tan alejada constituye un abuso injustificado y responde a un mal diagnóstico médico que insiste en atribuirle al joven músico la condición de portador del VIH, cuando en realidad padece de siclemia.
Fernando, que ya supera los siete meses de cárcel desde que fuera detenido a finales de diciembre del 2024, ha tenido un engorroso proceso de fase preparatoria de su expediente penal, primero acusado de Sabotaje y luego de Propaganda enemiga contra el orden constitucional. En ambos supuestos, la fiscalía no ha podido reunir ninguna prueba inculpatoria, pero el joven continúa encarcelado, sin petición fiscal y bajo la constante de la precarización de su delicada condición de salud.
El caso de Juan Enrique Pérez Sánchez, músico autodidacta, dibujante y poeta, ha movilizado a la sociedad civil cubana por el peligro que corre su vida al ser diagnosticado con tuberculosis, pasando a ingresar en el Hospital Nacional de Penados, localizado dentro de la Prisión de Máxima Seguridad del Combinado del Este. Su traslado se produjo de manera intempestiva el 4 de agosto, después de más de un mes con fiebres continuas superiores a los 39 grados y con síntomas agravantes que incluían desmayos recurrentes, dolor de cabeza, calambres en manos y rostro, tensión arterial dislocada, delgadez extrema y, en la última semana, insuficiencia respiratoria.
Cabe destacar que, aunque en este último mes su cuerpo ha colapsado, el deterioro paulatino de la salud de Juan comenzó antes y ha tenido momentos de extrema vulnerabilidad, coincidentes con protestas y/o huelgas, a las que se suman las acciones represivas contra él implementadas. Uno de esos ciclos de confrontación tuvo lugar en abril de este mismo año, cuando Juan se cosió la boca, por tercera vez desde que está preso, y comenzó una nueva huelga de hambre que lo llevó a una celda de castigo en la Prisión de Melena 2. Aún sin deponer la huelga fue trasladado a la Prisión de Quivicán y mantenido durante las primeras semanas en un área tapiada, destinada a los presos comunes más peligrosos. No tenemos la cifra exacta de cuántas huelgas ha realizado en la cárcel, pero con certeza son más de diez.
Hace varios meses que Juan viene presentando señales alarmantes de trastornos neurológicos, con episodios de parálisis faciales leves y pérdida de visión de un ojo. Es un hecho que este cuadro tiende a lo irreversible dadas las condiciones infrahumanas de las cárceles cubanas. Pese a que su espíritu es insólitamente fuerte, su cuerpo llega muy debilitado a enfrentarse a la tuberculosis, una enfermedad que ya ha costado la vida de al menos dos reclusos y que se ha extendido de manera peligrosa por varias cárceles de las provincias de Mayabeque y Artemisa. Consiguiendo sobrevivir a la enfermedad, lo único que puede restaurar su minada salud es el otorgamiento de una licencia extrapenal.
El activista y amigo de Juan Enrique, Marcel Valdés, compartió recientemente en su cuenta de X (antes Twitter), un tema que el rapero cubano Matos K-Libre dedicara al artista preso y a sus hermanos de causa. Dejamos aquí el enlace para que puedan escucharlo y compartirlo. La letra de Nos comimos el miedo, expresa: “El héroe de Vegas, guerrero de Nueva Paz, gracias por tanto que entregas, por lo que a Cuba le das. Aún la libertad no llega, pero jamás solo estás. Por Juan Enrique y por todos no callaremos jamás”.
Portada del tema Nos comimos el miedo, del rapero cubano Matos K-Libre (2025).
Fuente: https://youtu.be/PnIKrssUSFc?si=Yh52XQ5hdCIttiRk
Este 31de julio, las autoridades pertinentes de la provincia de Villa Clara dictaron una petición fiscal de nueve años de privación de libertad para el escritor José Gabriel Barrenechea Chávez, quien fuera detenido el 8 de noviembre de 2024 en el municipio de Encrucijada, tras participar en una protesta pacífica a causa de los prolongados apagones en la zona. La petición fiscal implica la movilidad de un caso que llevaba casi nueve meses de estancamiento y que ha derivado de forma injustificada en un proceso de criminalización de manifestantes que confluyeron en un escenario donde ni siquiera se dio la confrontación con agentes de la Policía Nacional Revolucionaria, así como tampoco hubo daños materiales o de otra índole.
El encarcelamiento del intelectual villaclareño causó el agravamiento y eventualmente fallecimiento de su madre Zoila Esther Chávez, anciana paciente de cáncer que quedó desvalida y colapsó emocionalmente cuando se llevaron a su hijo, sin que pudiese volver a verlo a pesar de sus súplicas agónicas y desesperadas. Luego de dos semanas del lamentable suceso, Barrenechea dio a conocer una conmovedora carta donde invoca a su madre, pidiendo perdón por no estar en sus últimos momentos y no poder despedirse:
“Su risa, que era amplia y suave, con una pizca de melancolía en el fondo; su cabellera color miel subida; sus manos ya gastadas de lavar para la calle, y tanto limpiar; sus giros idiomáticos arcaicos, de gente de campo cubano”.
Impedir dar el último adiós a los seres queridos se ha convertido en un método de tortura usado por la policía política para quebrar a los presos políticos cubanos. Recientemente ocurrió también con Panter Rodríguez Baró, cuya madre falleció después de que fuera trasladado desde el Combinado del Este hasta la lejana prisión de Boniato, en Santiago de Cuba. Así, el 31 de marzo también se negaba al músico contestatario Maykel Castillo Pérez (Osorbo) el derecho de ver a su abuela Hilda Rojas Mora ante de morir. El cinismo de las autoridades penitenciarias llegó al punto de decirle a Maykel que no había un vínculo de sangre lo suficientemente cercano, pese a que se les había demostrado que Hilda fue la madre de crianza del conocido rapero.
La prisión de los hijos termina siendo también la prisión de sus madres y, en ocasiones, de familias enteras. Sobreviene la persecución para conseguir la estigmatización social, lo que incluye la exclusión de espacios laborales, comunitarios y hasta de lo relativo al acceso pleno a la sanidad pública.
Tres nuevos casos de artistas se suman a nuestra campaña en el 2025.
En primer lugar, queremos referirnos al preso político condenado a nueve años de privación de libertad, Eliezet Sesma Diago. Fue condenado por el Tribunal Municipal de Arroyo Naranjo, junto a trece manifestantes más de esa localidad habanera. En su caso, y como no es extraño en el sistema judicial cubano, la petición fiscal demoró más de un año en llegar, pero luego el proceso de agilizó considerablemente.
Al recibir la noticia sobre la sentencia solicitada por la fiscalía, Eliezet envió una carta exhaustiva, donde detalla las condiciones de la Prisión de Valle Grande y emplaza a aquellos que estaban contribuyendo al encarcelamiento de personas sin pruebas ni garantías procesales mínimas.
Debe señalarse que la persecución a Sesma no comenzó con su detención después del 11J. Ya desde el 7 de julio del propio 2021, Eliezet fue citado por la Seguridad del Estado a comparecer en la estación policial de Cojímar para ser interrogado a causa de su amistad con periodistas independientes y activistas cercanos al 27N. Este movimiento, derivado de la protesta de intelectuales ante la sede del Ministerio de Cultura, le era cercano por incluir a artistas con los que comparte por su pasión por la escritura.
Eliezet era padre soltero al ser detenido, su hijo de diez años quedó desprotegido hasta que otros miembros de la familia asumieron su cuidado. A pocos días del arresto, y estando aún desaparecido, sus vecinos del Reparto El Roble, en Guanabacoa, denunciaron que la vivienda de Sesma había sido robada mientras su hijo dormía. De todas las penurias que ha vivido, nada se compara con la separación de su hijo. Recientemente aseguró a este Observatorio que lo más duro ha sido perderse su tránsito de la niñez a la adolescencia y que, incluso, si fuera excarcelado mañana, nada volvería a ser igual.
Reducido al entorno penitenciario, no tardó en convertirse en una voz reflexiva dentro del penal, así lo demuestran sus cartas y las declaraciones que ha dado en estos años. A solo diez meses de ser encarcelado hizo una denuncia contundente sobre las condiciones infrahumanas de la cárcel de Valle Grande y confirmó su decisión de seguir en la senda de la justicia, aunque no fuera comprendido y su actitud le acarrease represalias tales como poder escuchar la voz de su hijo solo en dos ocasiones desde su detención.
“Soy el negrito con modales que lee e intenta explicar un poquito de cada cosa que sabe, pero eso no le cae bien a mi raza, porque aquí lo que se vive es la guapería y el matonismo; no es que todos sean así, pero bueno, tú me entiendes. Por otro lado, están los blancos, a los que les caigo peor, porque me he dado cuenta que les molesta cómo hablo, cómo me conduzco y cómo trato de partir desde el respeto con mis carceleros para intentar recibir el mismo trato», ha relatado durante su reciente pase reglamentario.
Sin anterior penalización, a Eliezet Sesma solo le fue concedido el traslado a régimen de mínima severidad en 2025. Desde hace varios meses está en el Campamento de la Lima, ubicado en Guanabacoa, y ha comenzado a recibir pases a la casa. La lectura y la escritura continúan siendo su refugio y el espacio de libertad que lleva consigo. En septiembre cumple 45 años, lo vivido hace que no desista de pensar en una Cuba democrática, tampoco de señalarle al poder sus falencias.
En fecha cercana a la conmemoración de este 11 de julio escribió:
“Uno de esos conceptos que debería recordar permanentemente el Gobierno cubano es el que dice: si esclavizas a alguien, al final te verás reducido a la esclavitud; no podrás permanecer libre. Si quieres permanecer libre da libertad a los demás; esa es la única, manera de ser libre”.
Entrada del Campamento La Lima, en Guanabacoa, La Habana (2025). Imagen: Cortesía.
El segundo manifestante y preso político que añadimos a la Campaña de Artistas Presos es el rapero Oriandy Oviedo Acosta, que cumple 14 años de privación de libertad en la Prisión de Máxima Seguridad de Guanajay, municipio donde reside.
Con una petición fiscal de 25 años por acusaciones de Atentado, Desacato, Desórdenes públicos e Instigación a delinquir, compareció el 20 y 21 de diciembre de 2021 a su primer juicio, en el que fue condenado a 16 años de cárcel, rebajados ligeramente mediante apelación.
La detención de Oriandy fue extremadamente violenta, como sucedió con muchos manifestantes del 11J. Interceptado y golpeado por ocho policías, su cuerpo mostró trazas duraderas de la paliza, sobre todo un hematoma en la frente que su esposa pudo ver en la primera visita, transcurrido más de un mes de su detención.
El régimen penitenciario ha incidido en la salud mental de Oriandy, quien padecía de episodios de ansiedad y depresión. En mayo de 2022, cuando contaba con 42 años, experimentó un fuerte dolor en el pecho que los médicos atribuyeron a un preinfarto.
Un poco antes, desde marzo de 2022, cuando se celebró el juicio de apelación, comenzó para él un período donde a cada una de sus denuncias le seguía una acción represiva como respuesta. En abril de ese propio año contó a Martí Noticias sobre los actos de reafirmación revolucionaria que se celebraban en la prisión de Guanajay y a los que los reclusos eran obligados a asistir, so pena de no recibir visitas u otros beneficios previstos en el reglamento penitenciario. Recordemos que a esa cárcel fueron conducidos unos cuantos presos políticos del 11 de julio, entre ellos los seis manifestantes juzgados junto a Oriandy, además de Luis Manuel Otero Alcántara, a quien en ese momento mantenían en aislamiento extremo. Por sus revelaciones a la prensa independiente, Oriandy fue llevado a celda de castigo, donde permaneció por más de cuatro meses.
A día de hoy, Oriandy ya ha cumplido más de cuatros años encarcelado y no se le ha otorgado ninguno de los beneficios que la ley contempla, a diferencia de lo ocurrido a otros presos con semejante sentencia.
La indagación en su trayectoria musical nos condujo a su canal de Youtube: https://youtube.com/@oriandyoviedoacosta7702?si=pg_tjfZR5-kythmN, que compartimos para todos los que quieran seguirlo y conocer su trabajo. Es evidente que el rapero se encontraba en un buen momento, tenía arraigo dentro de su comunidad y en los círculos underground y de estudios de grabación independientes. Con la firma de Oriandy MC, tenía publicados en su canal alrededor de veintitrés temas, muchos de ellos pertenecientes a su álbum Mi propia guerra. Además, en el perfil con su nombre que todavía existe en Facebook podemos encontrar piezas más recientes que formarían parte de otro disco titulado Espectro. El 11 de julio y su detención vendrían a fracturar este proceso creativo y toda su existencia.
En uno de sus últimos temas, Esto es pa ti, publicado en mayo de 2021, se escucha: “Yo soy real MC desde la suela, no pases pena, arrímate a la escuela y no infles con el teacher que se te puen´ caer las muelas. Esto no es guarapera ni vo´a pelear cazuela, esto es pa´ que te corras y no creas ni en la vieja ni en la nueva escuela. Soy del barrio como Chucho y Balenzuela, el rap de la calle pa´que estallen las favelas”.
Still del video Esto es pa’ti (2021). Fuente: Facebook de Oriandy Oviedo Acosta.
El tercero y, hasta ahora, último artista registrado en la Campaña, es el actor, modelo y compositor Roberto Pérez Ortega, vecino de la localidad de La Güinera, en La Habana. Acusado de Sedición, hizo parte del grupo que intentó socorrer a Diubis Laurencio Tejeda cuando fuera baleado por la policía el 12 de julio de 2021. Su primera sentencia llega en diciembre de 2021, consistía en 25 años de privación de libertad, y aunque fue ratificada en marzo de 2022, en el recurso de casación se redujo a 17 años. Esta condena final, no menos escandalosa, implicaría su salida de prisión con 53 años de edad, si tuviese que cumplirla íntegramente.
Roberto Pérez Ortega tiene 39 años en este momento, es padre de una niña y un niño de 14 y 10 años respectivamente.
Con su llegada al Combinado del Este, específicamente al Edificio 1, inició para Roberto la convivencia con la violencia en su estado puro. En tiempo récord tuvo que aprender a lidiar con ella y sobrevivir, por ejemplo: en agosto de 2022 fue testigo del intento de suicidio de un preso, una vez más la vida lo ponía en situación de socorrer a otra ser humano en situación extrema. Al ver al otro recluso perdiendo mucha sangre, y sin que nadie viniera en su auxilio, lo único que se le ocurrió fue gritar consignas antigubernamentales para atraer la atención de los carceleros, logrando su objetivo a costa del consabido castigo. Los guardias del penal le tiraron la cabeza contra la pared y le rociaron spray de gas pimienta en los ojos y dentro de la garganta, lo que le provocó lesiones dolorosas. Adicionalmente, lo condujeron esposado hacia el área conocida como “incrementada”, ubicada en el ala norte del Edificio 1, en el primer piso.
En mayo de 2025, Roberto y su compañero de causa, también su vecino en La Güinera, Amaury Leyva Prieto, denunciaron a través de una carta enviada al periódico independiente 14 y medio las condiciones paupérrimas en las que sobreviven dentro del Combinado del Este. Entre las penurias que relatan está la disminución y deficiente elaboración de la ración alimentaria, la demorada o nula atención médica ante la propagación de brotes de sarna, hepatitis, tuberculosis y otras enfermedades infectocontagiosas. En respuesta, la dirección del penal redujo el tiempo de llamada semanal para Roberto y trasladó temporalmente a Amaury para el cuarto piso del Edificio 1.
Antes de ser detenido, Roberto acumulaba varios trabajos como modelo y actor. Su nombre artístico es Robbie Ortega. El más relevante fue en el largometraje de ficción Los desastres de la guerra, dirigido por Tomás Piard en 2012. Sobre esta experiencia nos cuenta su madre: “Él hizo de malo y al final lo matan, y él decía: Ay mami, acuérdate de que es una película, por favor. Porque yo fui con él a la premier en el cine Charles Chaplin y salí llorando”.
Poster del filme Los desastres de la guerra, de Tomás Piard (2012), donde Roberto Ortega aparece en la parte inferior. Imagen: Cortesía.
Más conocido como actor, comparte su tiempo con la composición musical. Pocos conocen que ha escrito música para cine, también acumula muchas piezas dedicadas a sus hijos y a otros miembros de la familia, también a personas del barrio. Su madre atesora un disco duro externo con todo su trabajo, escuchar su obra mitiga la ausencia. En su canal de Youtube: https://youtube.com/@robbieortega421?si=7lvna3j5CLgFRobY, creado hace más de diez años, se encuentra parte de su carrera como autor y cantante dentro de los géneros de música electrónica y urbana.
La vida de estos jóvenes cubanos existía más allá de los barrotes que hoy los contienen. El discurso oficial insiste en catalogarlos de delincuentes para velar el crimen de lesa humidad que el Estado ha cometido al criminalizarlos, poco a poco van emergiendo los retazos de vidas tan humildes como útiles socialmente, se trata del capital humano del que adolece un país envejecido y mermado demográficamente por la huida despavorida de sus pobladores hambrientos y aterrorizados. Parte de nuestro encargo como institución independiente consiste en encontrar esos retazos que, como fragmentos a su imán, se junten para conformar el retrato colectivo de esa parte de la juventud cubana que extingue lo mejor de sus vidas clamando justicia y derecho a vivir.
Notas:
[1] Preso político cubano que expira condena de nueve años por su participación en las protestas populares del 11 de julio de 2021.
[2] Acción de realizar huelga en prisión, fundamentalmente circunscrito a los presos políticos en Cuba. Comienza a utilizarse por los encarcelados a la llegada de Fidel Castro al poder, indicando la no incorporación a los planes de “reeducación” instrumentados por las autoridades penitenciarias.

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