El #TeamAsere no es Cuba, al menos no, la que quiere ser libre, porque este país es una dictadura militar que tiene a su gente dividida desde hace más de 60 años.
Demasiados fusilados, demasiados encarcelados, demasiados exiliados, demasiados ahogados en el mar, demasiados muertos en la selva, demasiadas familias fracturadas, demasiado dolor, para que ahora el régimen cubano quiera aprovechar el amor por el béisbol y borrar todo lo anterior con un ‘hashtag’.
Por eso hay tantos sentimientos encontrados mientras el equipo de béisbol, contra todo pronóstico, se prepara para jugar las semifinales del Clásico Mundial de Béisbol 2023.
Es muy difícil sentirse cómodo apoyando al equipo cuando esa acción te hace coincidir con todo el Comité Central. Y es que algunos lo olvidan, pero el dictador Fidel Castro se la pasaba repitiendo que el deporte era un arma de la revolución y fue tan así, que convirtió a los deportistas en embajadores de la dictadura. Fueron estos los primeros en diseminar esa mentira que ha calado hondo en la mente de cada persona que habla bien de la isla aún sin haberla visitado: “Cuba es un paraíso tropical”.
Esa es una gran mentira y los peloteros cubanos son de los que más han usado para propagar esta falacia. Ellos han tenido que sufrir la represión y la doctrina teniendo muy pocas opciones. Así que, llegado el momento, escapan de la isla en balsa o abandonan la delegación apenas pisan suelo extranjero, protagonizando escapes extraordinarios dignos de Netflix como son los casos, de Yasiel Puig, Randy Arozarena que la está rompiendo en el Clásico jugando para México, o Cesar Prieto quien dejara un precedente difícil de igualar, porque su fuga ha sido la más espectacular hasta el momento.
El #TeamAsere no es Cuba, ese el equipo que organizó el régimen cubano para participar en el torneo. Lo escogió, lo moldeó y ahí lo tiene poniendo en alto a la revolución cubana. Por eso el joven Moncada dijo: “no puedo responder eso, caballo”, cuando un periodista le preguntó si él era de Patria y Vida. Los peloteros que llegaron de la MLB también cayeron en la trampa, lástima que algunos empecinados no lo quieran aceptar. La dictadura no solo ha robado sueños e ilusiones en este país, también se ha robado la pelota.
No por gusto en los últimos años ha proliferado el fútbol por encima del béisbol en Cuba, no por los malos resultados del deporte nacional, sino porque esta es una manera que han encontrado las nuevas generaciones para hacerle rechazo a la doctrina del socialismo.
Esto no es nada nuevo. Ya lo hicieron en su momento los mambises cuando la isla estaba bajo el yugo español. Se alejaron del fútbol, porque era el deporte que practicaba el colonizador y se adueñaron del béisbol como forma de resistencia. Ahora sucede lo mismo, pero al revés.
El régimen lo sabe, no es bobo, por eso posterga todo lo que puede la llegada de los Legionarios a la selección nacional de fútbol, a diferencia del deseo pornográfico que les despierta la idea de que los peloteros de grandes ligas, esos a los que en su momento llamaron traidores, contrarrevolucionarios y vende patria, regresen a Cuba otra vez.
Mientras tanto, el exilio dividido como le gusta al régimen cubano tenerlo. “Mejor que se peleen entre ellos y que nos dejen tranquilos”, dirán en el Comité Central. Así que mandaron al músico cómplice Alexander Abreu a prepararle una canción al #TeamAsere, justo cuando ya está terminando el torneo, porque la verdad, ni los comunistas le tenían fe a su equipo. Porque el béisbol como todo en este país, ha ido en picada y a golpe de fracasos estrepitosos ha mostrado que el comunismo no funciona.
De hecho, tuvieron que llegar jugadores de la MLB y de otras ligas, para volver a ganar partidos demostrando la política errónea de impulsar el deporte amateur, de la que se ha valido la dictadura cubana durante todo este tiempo.
Por suerte, hay cubanos de bien que saben que el #TeamAsere es una treta política del régimen para poder desviar por un rato los ojos de la gran crisis económica y política que se vive en el país, y poder dormir tranquilos sin necesidad de calmantes. Es una treta para apuntarse un punto en el partido que están perdiendo contra un pueblo cansado de discursos y candidatos a diputados que nadie conoce.
No, el #TeamAsere no es Cuba. Nunca lo será. Y los cubanos de bien, los que quieren un país libre y democrático lo saben. Por eso irán a disfrutar el juego, alentarán a los suyos, pero no dejarán de llevar sus carteles de “Abajo la dictadura” y “Libertad para los presos políticos”. Porque esta es una oportunidad bárbara para mostrarle al mundo, al régimen cubano, a sus cómplices, a los mismos peloteros, y a los incrédulos que se la pasan repitiendo “el deporte no se debe mezclar con la política”, que la libertad de expresión, los derechos humanos, la democracia, y la libertad, no van a dejar de ser reclamadas solo porque el #TeamAsere esté jugando.
Cuba Libre está primero que todo. Sin postergaciones.
—Play ball!