El pasado 24 de agosto fue inaugurado en la Ciudad de México el Centro Cultural México-Cuba Benny Moré. En ocasión del aniversario 105 del músico, más conocido como “El Bárbaro del Ritmo”, se dieron cita en el espacio el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Martí Batres, el embajador de Cuba en México, Marcos Rodríguez Costa, funcionarios de la misión diplomática cubana, artistas, empresarios y cubanos residentes.
De izquierda a derecha, Samuel Fonseca, Marcos Rodríguez Costa, Martí Batres Guadarrama, Arturo Morell, Argel Gómez y Gabino Palomares, en la apertura del espacio (2024) / Imagen: La Jornada.
El Centro será una dependencia del Ministerio de Cultura de Cuba (Mincult) y estará dirigido por Samuel Fonseca Martínez, anterior productor general del Festival Internacional Jazz Plaza y vicepresidente de la Asociación Hermanos Saíz (AHS). El espacio también será administrado por la asociación civil homónima, encabezada por el escritor cubano Miguel Barnet, presidente de honor de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac).
La institución se ubica en una propiedad entregada por el Gobierno de la Ciudad de México. Con las consignas de “fortalecer los históricos lazos entre ambos pueblos” y “salvaguardar las identidades de nuestros pueblos de las oleadas colonizadoras”, se busca promover “los valores educativos y culturales de nuestras naciones”.[1] Para ello, el centro promete acoger y organizar una amplia programación artístico-literaria con expresiones de música, artesanía, artes plásticas, cine, teatro y danza; también cultural y educativa a través de conciertos, conferencias, coloquios, conversatorios, exposiciones y talleres de creación artística.
Poster promocional del centro (2024) / Imagen: Facebook-Samuel Fonseca Martínez.
En la inauguración, los presentes agradecieron a patrocinadores directos del proyecto como el Gobierno de la Ciudad de México, la Secretaría Federal de Cultura, la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación de la CDMX, la Secretaría de las Mujeres, el Programa Iberoamericano para la Promoción de las Artesanías, así como la Secretaría General Iberoamericana para México, Centroamérica y el Caribe. En especial, se extendió la gratitud a la presidenta electa Claudia Sheinbaum, con quien se inició el proyecto. El evento inicial fue transmitido por la televisora Telesur.[2] Fueron presentados los libros En las alas del cóndor, de Fabián Escalante, y Biografía de un cimarrón, de Miguel Barnet. El cierre estuvo a cargo de los cantautores cubanos Gabino Palomares y Alejandro García Villalón, “Virulo”.
Reporte en Telesur (2024) / Imagen: Facebook Samuel Fonseca Martínez.
Cuba: un agente de la autocracia con capacidades globales
Pese a la caótica situación de la Isla, el Estado cubano continúa preservando una capacidad sui géneris y asimétrica de influencia regional, visible incluso en países mucho mayores en población y economía, como México y Venezuela.
Su envidiable destreza para la influencia y normalización globales persiste en el momento de mayor fracaso económico, estampida migratoria y deslegitimación política doméstica. Semejante paradoja dificulta la comprensión del fenómeno en amplios sectores de la opinión pública regional, a lo que habría que añadir el peso de las lealtades ideológicas en buena parte de la izquierda latinoamericana —hoy gobernante en no pocos países del continente— hacia lo que llaman “Revolución cubana”, así como los negocios y apoyo político mutuo entre La Habana y las élites políticas, culturales y empresariales afines de Latinoamérica.
A la academia y opinión pública regionales —y de buena parte de Occidente— se le dificulta calibrar el impacto de la influencia cubana, toda vez que la evalúa con criterios tradicionales de ponderación de un poder estatal: riqueza económica (PIB), demografía y fuerzas armadas. Pero la influencia cubana se basa en la construcción y uso extendidos —en el tiempo de seis décadas y el espacio mundial— de aliados, organizaciones y narrativas afines con el modelo autocrático del Estado y las élites cubanas. La cooperación autoritaria tiene, como soporte, un cuerpo diplomático que en instalaciones y personal posee mayor presencia que la mayoría de los países latinoamericanos e, incluso, europeos, a lo que hay que sumar el influjo de las redes de los llamados “grupos de solidaridad” y sus aliados políticos locales en prácticamente todos los países latinoamericanos, así como en buena parte del Norte desarrollado y del Sur global.
Transnacionalización del autoritarismo cultural
Cuba y México tienen una larga data de intercambio y lazos culturales, refrendada por vínculos sociales e interpretaciones políticas de su historia reciente. Principalmente, desde el inicio de la presidencia de Andrés Manuel López Obrador (2018) el acercamiento a través del ámbito cultural y académico ha sido evidente. Entre los acuerdos y eventos más relevantes se encuentran: el pasado año, la inauguración del Centro de Estudios Mexicanos en la capital cubana por parte de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), que busca “impulsar la cooperación y el intercambio académico de educación superior de la Isla, así como con los institutos de investigación”.[3]
En 2022 se inauguró el Foro Cuba-México de industrias culturales y creativas, en el Museo de la Ciudad de México. Con la presencia de los ministros de Cultura y de numerosos empresarios de ambas naciones, el evento sirvió de plataforma para la concreción de varios contactos comerciales en sectores como el turismo cultural, música, textil, orfebrería y artesanía. En el encuentro, el representante cultural cubano Alpidio Alonso Grau afirmó que se daba “un impulso importante al trabajo de las industrias culturales de nuestro país (…) Las alianzas que se puedan lograr con México a nivel industria, son claves tomando en cuenta el bloqueo criminal que enfrenta la Isla desde hace más de sesenta años por parte de Estados Unidos”.[4]
Reunión de clausura del Foro Cuba-México (2022) / Imagen: Cuba Minrex.
Expresión de la mercantilización cultural hospedada por las autoridades cubanas y mexicanas fue la subasta a cargo del Fondo Cubano de Bienes Culturales de obras de artistas oficialistas como Alexis Kcho Leiva Machado, Zaida del Río, Adigio Benítez, Manuel Mendive y Flora Fong, bajo la premisa del “arte producido en el tiempo de Fidel Castro como referente histórico”.
También en 2022 se reinauguró el Museo de la Hermandad México-Cuba, en el lugar de donde saliera el yate Granma en 1956. En el marco de este evento se realizaron una serie de reuniones en las que, a través de productoras de ambos países, se establecieron estrategias de cooperación, principalmente en el terreno audiovisual.[5]
En 2021 Cuba fue invitada como País de Honor a la 49 edición del Festival Internacional Cervantino de México, uno de los eventos artísticos más prominentes del continente. En esa ocasión, una amplia delegación artística viajó desde la Isla, presidida por el ministro de Cultura de Cuba, Alpidio Alonso Grau.[6]
Poster promocional del Festival Internacional Cervantino (2021) / Imagen: Facebook-Mincult Cuba.
Del 27 al 29 de agosto se celebró en Ciudad de México el encuentro entre los capítulos mexicano y cubano de la Red de Intelectuales en Defensa de la Humanidad (REDH), una alianza de intelectuales, propagandistas y organizaciones del campo cultural creada durante la Primavera Negra como parte de la contraofensiva del Estado cubano ante las críticas internacionales —en especial en la izquierda cultural— por la ola represiva entonces desatada. En el evento, bajo el argumento de “reflexionar sobre la vigencia del pensamiento martiano y su carácter latinoamericanista y antimperialista”, un grupo de funcionarios culturales cubanos e intelectuales mexicanos afines al régimen de La Habana desarrollaron sendos coloquios en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) y en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Finalmente, redactaron un pronunciamiento político de respaldo a las agendas del Gobierno cubano con relación a la condena al embargo (“bloqueo” según la narrativa oficial) y temas afines.
La cultura oficialista cubana —en forma de sus agentes, foros y narrativas— ha servido como justificación y propósito fundamental para expandir la agenda del régimen hacia México y el continente, con una fachada artística “benevolente” donde se promueven, abierta o subrepticiamente, los objetivos y figuras políticas de La Habana. Como demuestran los ejemplos antes mencionados, las autoridades cubanas siguen en busca de financiamiento y legitimación regional, así como de expansión de canales de mercantilismo y extractivismo culturales.
Notas:
[1] “Inauguran en la capital el Centro Cultural México-Cuba Benny Moré”, La Jornada, en: https://www.jornada.com.mx/2024/08/25/cultura/a04n1cul
[2] https://fb.watch/ugnBJ2BIBB/
[3] “Abre la UNAM sede en Cuba”, Gaceta UNAM, 26 de junio de 2023, en: https://www.gaceta.unam.mx/abre-la-unam-sede-en-cuba/
[4] “Impulsan México y Cuba la colaboración en el desarrollo de industrias culturales”, La Jornada, 8 de octubre de 2022, en: https://www.jornada.com.mx/notas/2022/10/06/economia/impulsan-mexico-y-cuba-la-colaboracion-en-el-desarrollo-de-industrias-culturales/
[5] “Remodelan museo del yate Granma en Tuxpan”, Prensa Latina, 6 de octubre de 2022, en: https://archivo.prensa-latina.cu/2022/10/06/remodelan-museo-del-yate-granma-en-tuxpan-mexico
[6] Ver más en: https://www.lajiribilla.cu/cuba-invitada-de-honor-al-festival-internacional-cervantino/
Un ‘working class heroe’ en la superficie de Marte
Por Ahmel Echevarría
“It’s expensive to be poor”.