Imaginar que nunca hubo Revolución, por ejemplo, en aquel paisajito incivil en el que cada cubano era feliz durante sus quinquenios de fama. Olvidar el 11 de Julio para redescubrirlo, por fin, en toda su majestuosidad magnicida.
Imaginar que nunca hubo Revolución, por ejemplo, en aquel paisajito incivil en el que cada cubano era feliz durante sus quinquenios de fama. Olvidar el 11 de Julio para redescubrirlo, por fin, en toda su majestuosidad magnicida.