El avión esperando por mí en tierra y mi mente ya en Miami. En la llegada, la frase temida: “Me acojo a la Ley de Ajuste Cubano” pitando duro en mi cabeza, volviendo mantequilla derretida todas mis coyunturas.
El avión esperando por mí en tierra y mi mente ya en Miami. En la llegada, la frase temida: “Me acojo a la Ley de Ajuste Cubano” pitando duro en mi cabeza, volviendo mantequilla derretida todas mis coyunturas.