La ceremonia que iba a tener lugar era de suma importancia. Por primera vez en aquel central, y en toda la Isla de Cuba, se iba a utilizar una máquina de vapor. Lo cual significaba que el antiguo trapiche tirado por caballos o mulas, y hasta por los mismos esclavos, sería superado, dando paso a un sistema de producción mucho más eficaz y rentable.