Los críticos de Julián del Casal, y en general el nacionalismo cubano —empezando por José Martí— y el castrismo han hecho del campo el espacio ideal para proyectos “terapéuticos”.
Los críticos de Julián del Casal, y en general el nacionalismo cubano —empezando por José Martí— y el castrismo han hecho del campo el espacio ideal para proyectos “terapéuticos”.