Etiqueta: Mariel

Ana Mendieta, Anthony Fauci y el terreno perdido entre las bestias - María Cristina Fernández

Ana Mendieta, Anthony Fauci y el terreno perdido entre las bestias

El virus (y su efecto mediático) está haciendo estragos desde hace meses, pero seamos justos: este microorganismo nos ha traído beneficios a algunos mortales: sosiego, permanencia en el hogar, preparar con calma los alimentos, dormir lo necesario, pasar más tiempo con quienes amo… Y he aquí que de pronto estoy pensando en animales.

Eddy Campa

Dos relatos

Cierta vez, reconocido por uno de mis perjudicados, tuve que escabullirme entre el gentío del Downtown de Miami huyéndole a las voces y gestos que me acusaban de embaucador. Hubo quienes, como es natural en estos casos, se me quedaron mirando; pero yo, sin aminorar el paso, miraba hacia el cielo para confundirlos.

El adiós a la Virgen - José Abreu Felippe

El adiós a la Virgen

La idea es que el tormento dure varios días (dependiendo del peso del sujeto), sin matarlo, que el palo vaya separando los órganos vitales sin lesionarlos, hasta alcanzar el cerebro. Claro, eso casi nunca ocurre, dijo ELLA.

Reinaldo Arenas - La loma del Ángel

La máquina de vapor

La ceremonia que iba a tener lugar era de suma importancia. Por primera vez en aquel central, y en toda la Isla de Cuba, se iba a utilizar una máquina de vapor. Lo cual significaba que el antiguo trapiche tirado por caballos o mulas, y hasta por los mismos esclavos, sería superado, dando paso a un sistema de producción mucho más eficaz y rentable.

La Habana de Frankenstein, Ricardo Alberto Pérez

La Habana de Frankenstein

El éxodo del Mariel estaba calientico, todo era nostálgico, todo estaba eclipsado por la fuga inesperada de tanta gente. Era un entorno comprometido a una comparación constante con aquellos que ya no estaban: el mejor que bailaba rock, el más fanático a Deep Purple, la más loca, la más rubia, y así sucesivamente.

Uber Cuba Orlando Luis Pardo Lazo

Uber Cuba 0048

El negro me miró a los ojos. Cerró su boca de casi setenta resingados años. Su condición de colmillos cuaternarios de pronto desapareció. De pronto ya no parecía tan viejo aquel viejo marielito que me había roto el corazón con que vivo, con que vivimos.