Desde que nací sueño con una revolución chic(a), algo que parece imposible porque han creado la grandeza revolucionaria: big show machista que adopta muchas formas: la marca de un auto, los puños de un tipo, la ley mordaza, el viento agitado de la precariedad y el abuso de poder fálico, que te escupe en la cola: “Ciudadana, no pregunte más”.
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Estoy en un lugar completamente sinsentido
Nada sucede en línea recta: ni el contagio, ni las medidas de un gobierno, ni el amor, ni las películas o las novelas releídas en cuarentena, ni la simplicidad de la vida miserable que nos toca, ni el poder de los machos, ni la culpa.
Yo no tengo nasobuco
Si tuviera nasobuco tampoco lo usaría, porque no voy a salir más a la calle. Hasta que se acabe todo esto. Aunque me muera de hambre. Tengo un boleto de avión pospuesto para una fecha a la que no le veo ninguna perspectiva, por como pinta el paisaje.
La masa de croquetas, ETECSA y los planes mercenarios
#QuédateEnCasa, pero la gente de Cuba no puede quedarse en casa. La gente de Cuba vive del diario. Eso significa no tener ahorros, tener “pan pa’ hoy y hambre pa’ mañana”, tener la casa a medio construir. Un cubano con hambre y sin dinero es un cubano propenso a convertirse en “mercenario”.
Hoy quiero hablar de los pulmones
Reclusión necesaria, cuarentena lógica. El método triunfalista del turismo en Cuba. No voy a dilapidar sobre lo obvio: ¿cómo podría paralizarse un país que subsiste como puede? ¿Cómo no entender que hay que cerrar la frontera para que el daño no sea peor?
Ojalá la bandera fuera una mujer
Sobre el cuerpo de las mujeres y niñas violadas y asesinadas, vamos a dibujar una bandera. Quizás así consigamos una reacción radical. Permanecer en silencio ante el proceso desatado contra Luis Manuel Otero Alcántara es ser cómplice de la exclusión y elusión de sus derechos fundamentales.
Harakiri rosa
Me fui a Sakura, la exposición de Rocío García, porque necesitaba un lugar sin hedor. Que mis dadaístas ejercicios me salven este mes de marzo en el que todo huele y se siente tan mal: la censura, la homofobia, el espectáculo, la cárcel.
Háblame, Rogelio Orizondo: ¿estás ahí?
Rogelio Orizondo es un fenómeno de masas. Un escritor al que abominan o aman. Mi amiga Celia me dijo un día: “Eres Rogelio con saya”. Mi novia Joanna me dijo un día: “Cuando aparece Rogelio te vuelves loca”. Carlos Díaz me dijo un día: “A Rogelio es al único que amas”.
¿Piensas ya en el amor?
Quiero ejercitar mi memoria con estas fotos. La sensualidad deforme de mis tetas, mis nalgas, la boca entreabierta, hongos, familia de opiáceos… La dilatación del tiempo en el fotograma.
Desnudarme entre los olivos
Escribo esta columna mientras envío un audio repitiendo la frase: “te extraño”. Y quiero ir al cuarto a masturbarme con una aceituna que vaya de mi clítoris a la boca.