Etiqueta: Miguel Díaz-Canel

LASA

¿Apoya LASA a Humberto López?

La posición actual de LASA respecto al gobierno cubano no puede sostenerse ni justificarse si no es como el abrazo tácito a la dictadura y a la falta de derechos. Si LASA no tiene problemas con apoyar a un Estado cuyo vocero es Humberto López, yo no puedo seguir en LASA.

Fidel Castro

Díaz-Canel, el genotipo nórdico y el racismo estructural cubano

Mientras se aceleran los niveles de desigualdad racial en un contexto de crisis económica, el gobierno encabezado por Díaz-Canel ha iniciado una dinámica que no se había observado antes: reflejar sin tapujos, en la esfera pública, lo que siempre había estado presente en la esfera privada: un racismo arraigado y profundo.

María A Cabrera Arús

La Cuba representada

Está mal que el presidente de un país donde la economía es de mayoría estatal, y donde el sector privado cuenta con muy pocos canales de gestión y promoción, utilice la imagen de un negocio privado, producida claramente con fines comerciales, para felicitar a las madres cubanas.

verdad

Los oficialistas, los revolucionarios y tú

El avasallamiento de un pueblo tiene siempre un componente cultural que lo induce a someterse y que pasa por la aceptación acrítica de ciertas ideas, es decir, de ciertos significados que se endilgan a las palabras. Entre esas palabras hay dos de especial relevancia: “oficialista” y “revolucionario”.

Salomé García

La guerra de todo el pueblo

Para desmovilizar a los instrumentos de la violencia, es urgente abolir la estructura antagonista Amigo-Enemigo. Lxs artistas, intelectuales y periodistas que hoy enfrentan al poder en Cuba, desafían esa lógica porque manejan las herramientas semióticas para desarmarla, pero también porque cuentan con amplias redes de afecto.

Héctor Antón

Un paseante a ras de suelo

La población tiene un miedo tal que ni siquiera maneja la opción de una manifestación pacífica, en la que no solo intervengan artistas, intelectuales o periodistas independientes. Una marcha de brazos caídos a lo Gandhi, por ejemplo. No es suficiente la cuota elevada de estrés motivada por medidas impopulares.

Sororidad y harakiri - María Matienzo Puerto

Sororidad y harakiri

No tenemos que caernos bien. No tenemos que ser amigas. No tenemos que coincidir en todo. Pero les presto la catana que he usado para mi harakiri. Ojalá que otras se animen a mostrar sus vísceras, junto a las que reciben golpes o están encarceladas por reclamar derechos que nos asisten a todas, sin que sepan a pie juntillas lo que significa sororidad.