De Joker (Todd Phillips, 2019) dijo Michael Moore: “por alguna razón, es una película de la que deberíamos tener miedo”. Lo mismo podría decir yo de su documental Sicko (2007). Aquel pasaje de Moore en Cuba, acompañado de un grupo de pacientes norteamericanos, fue como verlo caminar por el Ameijeiras con una careta de payaso.