Decir que hago teatro es un privilegio. Decir que nunca he limpiado casas para sobrevivir es una arrogancia tremenda. Yo no sé de qué voy a vivir en los próximos diez años; probablemente debí ser informática, o rapera, dedicarme en serio a la música y dar conciertos. Estoy segura de que la tristeza no me va a dejar prosperar.