Era la primavera de 1971. En La Habana, el Estado cubano le imponía a un poeta oficial la epifanía estalinista del ‘mea culpa’ que terminaría por catapultarlo al exilio. Un exilio sin retorno, de por vida.
Era la primavera de 1971. En La Habana, el Estado cubano le imponía a un poeta oficial la epifanía estalinista del ‘mea culpa’ que terminaría por catapultarlo al exilio. Un exilio sin retorno, de por vida.