Presenté mi libro Espantado de todo me refugio en Trump en Miami. La librería BOOKS AND BOOKS se repletó. Hablé como un dios. Como lo que soy, como lo que somos los cubanos sin Cuba. Dioses rotos.
La noche de Miami se hizo después insondable. Un páramo de sombras y fantasmas caídos como de otro planeta criminal. Ruido de latinoamericanos tragando comida basura. Glotis con saliva inmigrante, más o menos indocumentada. Carros y móviles de último modelo. La desconocida Cuba que no padece por Cuba, que no parece ser Cuba ni aunque sean igualitas.
Entendí entonces la importancia de contar con una burguesía nacional, una clase capaz de contrarrestar esta muerte en vida proletaria que nos impuso a la fuerza la Revolución. Sin burguesía no hay país. Sin burguesía no hay cultura. Ni espíritu ni alma nacional.
Tomé el más triste de los taxis Uber que jamás he tomado. De Miracle Mile a una de esas callecitas con árboles coloniales de Coral Gables. Milla y media de un milagro que los cubanos esperábamos y esperábamos, aunque desde siempre sabíamos que no llegaría nada. Ni nadie.
La chofer era una chinita cubana. O japonesita. Dijo llamarse Aki. En el App de Uber también se llamaba así. Aki, la cubanita que no me reconoció. Ella era libre. Pertenecía a un futuro sin Fidel.
Sólo por eso la amé. Aki, mi amor. Aki, gracias.
Me llevó hasta el edificio de mi Airbnb. Nos despedimos con una sonrisa de cubanos no contemporáneos.
Entré al lobby. Cogí el elevador. Me quedé en el quinto piso. Caminé hasta el final del pasillo. Abrí y entré en el 507.
Mi apartamentico de alquiler olía como a equipaje de piel recién estrenado. Tenía que empacar para volver mañana temprano de Miami a Saint Louis, de Miami a ninguna parte. Olía a eso. Y tal vez también a quitapinturitas de uña, aunque no había por todo aquello ni tampoco en el resto de mi vida ninguna mujer.
Fui y me senté en una de las dos camas gemelas. Busqué dentro de las fundas satinadas mi entrañable Ortgies calibre 7.65, pero no la encontré. No todos los mortales podemos ser Salinger.
Espantado de todo me refugio en Trump
El libro más reciente de Orlando Luis Pardo Lazo.
“El escritor cubano más audaz, el más incorrecto, el más sincero. Un libro que no te puedes perder”.