“Esas anotaciones, usurpadas por los árboles del bosque, son nada menos que su diario de campaña, de guerra”.
Resultados de búsqueda para Reinaldo Arenas
Cuba, tradición e imagen (IV): Juego de jaulas o experiencias de exilio
“Para poder obtener —soñar— esa libertad, inventar esa libertad, conquistar esa libertad, el hombre saltará siempre el muro o cruzará el mar custodiado”.
Cuba, tradición e imagen (III): La represión (intelectual)
“No estamos aquí para hacer un estudio general de la prostitución intelectual; sino para denunciar la represión”.
Cuba, tradición e imagen (II): Una cultura de la resistencia
La resistencia de la dignidad contra los que quieren abatirla, podría describirse como la batalla entre una planta y un árbol. La planta es la caña de azúcar; el árbol, la palma.
Cuba, tradición e imagen (I): El mar es nuestra selva y nuestra esperanza
“El mar es lo que nos hechiza, exalta y conmina. La selva, como el mar, es la multiplicidad de posibilidades, el misterio, el reto. El temor a perdernos y la esperanza de llegar”.
La loca más esbelta del mundo
Fragmento de la novela ‘El color del verano o Nuevo Jardín de las Delicias’ del escritor cubano exiliado Reinaldo Arenas (1943-1990).
La máquina de vapor
La ceremonia que iba a tener lugar era de suma importancia. Por primera vez en aquel central, y en toda la Isla de Cuba, se iba a utilizar una máquina de vapor. Lo cual significaba que el antiguo trapiche tirado por caballos o mulas, y hasta por los mismos esclavos, sería superado, dando paso a un sistema de producción mucho más eficaz y rentable.
Yo diría que es Reinaldo Arenas
Dos de estos cubanitos lucen como animales de ciudad. Ya han singado en burdeles urbanos y saben lo que es la gran vida de los neones.
Un almanaque soviético de 1981 (Diez poemas para Reinaldo Arenas)
“Reinaldo Arenas abriéndose una cuenta en Facebook con un nombre falso que refiere a cualquiera de sus libros. Por ejemplo: Blanquísima Mofeta. Cuando Reinaldo Arenas da clic en aceptar, inmediatamente gana 107 seguidores”.
De cómo Reinaldo y yo nos conocimos
Nos ordenaron ponernos frente a una pared, apoyando nuestras manos en ella y separando los pies hasta que el cuerpo adquiriera la forma de una X.