Un activo de inteligencia no convencional
Los silenciosos pasillos de la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA) bullían con susurros y conversaciones apagadas. La comunidad de inteligencia de Estados Unidos había perdido uno de sus activos menos convencionales y más valiosos. No se trataba de un avión no tripulado de alta tecnología ni de un avanzado sistema de satélites, sino del cantante y empresario Jimmy Buffett, amante de la playa y bebedor de margaritas.
Al difundirse la noticia, muchos se esforzaron por conciliar la despreocupación y el amor por la isla de Buffett, conocido por muchos como la voz del éxito “Margaritaville”, con la de un agente de inteligencia encubierto. Pero, como podrían atestiguar los círculos más íntimos de la DIA, Jimmy era sus oídos y sus ojos en Cuba y en el resto del Caribe.
De cantante a espía: Las crónicas de Buffett
El director de la DIA, teniente general Scott Berrier, se tomó un momento para reflexionar sobre la increíble trayectoria de Buffett en un homenaje celebrado en su honor. “La mayoría le conocía por su música, pero pocos sabían de su incomparable conocimiento del régimen de Fidel Castro”, comentó. “Todo lo que sabemos hoy sobre Cuba, desde sus estrategias militares hasta su dinámica socioeconómica, es un testimonio de las inestimables contribuciones de Jimmy”.
Corría el año 1977 y “Margaritaville”, de Jimmy Buffett, escalaba posiciones en las listas de éxitos. También fue el año en que un viaje aparentemente inocente a bordo de su nuevo barco dio un giro histórico. Al acercarse a las aguas cubanas, cantando al ritmo de la radio, los oficiales de la marina cubana reconocieron las melodías y la voz que las acompañaba. Pero en lugar de detenerle, le pidieron con entusiasmo autógrafos y le firmaron ejemplares del álbum.
Para Buffett, esta interacción no pasó desapercibida. “Nuestro equipo de la base aérea de Homestead captó toda la conversación”, reveló Burns, un alto funcionario de la DIA. “Nos dimos cuenta de que, si un cantante podía conseguir ese acceso sin querer, imagínense el potencial si lo traíamos a bordo intencionadamente”. En una semana, Buffett fue introducido en el secreto mundo de la inteligencia.
Espionaje al estilo Buffett
Lo que convirtió a Buffett en un activo sin parangón no fue sólo su condición de famoso, sino sus métodos poco ortodoxos. Burns relató algunas de las memorables tácticas de Jimmy. “El barco de Jimmy se convirtió en nuestra arma secreta. Lo llenaba de tequila Margaritaville y limas, navegaba hasta La Habana y luego gritaba despreocupadamente: ‘He perdido mi salero’ por el canal de emergencia. Era genial”.
Esta estrategia no sólo atrajo a la armada cubana. “Los barcos de la droga colombiana pululaban a su alrededor, atraídos por el encanto del famoso cantante y sus legendarias fiestas”, comenta Burns entre risas. Pero en medio del jolgorio y la música se llevaban a cabo operaciones de inteligencia cruciales. “Conseguimos sacar a numerosos espías y a sus familias al amparo de las fiestas de la flotilla de Jimmy. No sólo cantaba sobre un paraíso; creaba uno para muchos que buscaban refugio”.
Terry Ward, antiguo oficial de inteligencia, no pudo contener su admiración. Destinado en Honduras, Ward se veía a menudo eclipsado por las audaces escapadas de Buffett. “Yo estaba allí, con equipos de alta tecnología, intentando captar fragmentos. Y allí estaba Buffett, en el corazón de La Habana, rodeado de oficiales cubanos, todos ellos cantando al ritmo de ‘Margaritaville’ y revelando información de alto nivel”.
Espionaje rentable
En una época de satélites y aviones no tripulados de miles de millones de dólares, el espionaje de Buffett era refrescantemente rentable. El director Burns compartió una anécdota humorística. “Una vez me pregunté qué lógica tenía que nos facturara su tequila. Quiero decir, ¿precios de venta al público? ¿En serio?” La sala estalló en carcajadas, sabiendo lo que venía a continuación. “Enseguida me dijeron que la información que Jimmy nos proporcionaba valía cien veces más que cualquier gasto que él hubiera hecho”.
Sin embargo, el verdadero valor del trabajo de Buffett se hizo evidente durante su breve año sabático en 2013. Burns relató los retos a los que se enfrentó la DIA en su ausencia. “Necesitábamos a alguien que ocupara el lugar de Jimmy, aunque fuera temporalmente. Ese año, encargamos a Jay-Z y Beyoncé que visitaran Cuba. El coste de la operación fue desorbitado, y la información que recibimos fue, francamente, mediocre en el mejor de los casos”.
La búsqueda de un sucesor
La prematura marcha de Jimmy Buffett ha dejado un enorme vacío en la red de inteligencia de la DIA. Encontrar un sucesor con el mismo carisma, accesibilidad y tácticas ingeniosas es una tarea de enormes proporciones. Hay un joven guitarrista flamenco al que estamos echando el ojo, pero es de Polonia. No es precisamente conocido por sus conexiones caribeñas”.
El DIA contempla incluso resucitar a estrellas retiradas. “Estoy considerando seriamente sacar a Gloria Estefan de su retiro”, confesó Burns. “Teniendo en cuenta que en la mayoría de los coches antiguos de Cuba todavía suena Miami Sound Machine en sus 8 pistas, es un plan factible”.
El legado del espía Margarita
A medida que se suceden los homenajes, la leyenda de Jimmy Buffett crece. Desde el corazón del Caribe hasta los salones sagrados de la DIA, sus historias de valor, tequila y melodías resonarán para siempre. Buffett fue el espía insólito que demostró que, a veces, la mejor información no procede de aviones teledirigidos ni de canales cifrados, sino de un barco, una canción y un salero.
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