Cáritas Internacional, organización humanitaria de renombre activa en Cuba desde hace años, ha dado recientemente la voz de alarma sobre la creciente crisis humanitaria en la isla.
Oliver Müller, director de Cáritas Internacional, subraya la grave situación: “La población sufre una dramática espiral descendente. La promesa socialista de alimentos, salud y educación ya no se cumple. Cuba está en caída libre, y esto no está siendo suficientemente reconocido internacionalmente”. Informa de una grave escasez de gasolina y gasóleo, farmacias vacías y precios de los alimentos inasequibles para muchos cubanos. Incluso las raciones de alimentos del gobierno están fallando, con gente haciendo cola durante horas para recibir sólo tres kilos de arroz para todo un mes.
Los esfuerzos de Cáritas en Cuba
Durante una reciente visita para planificar nuevos proyectos de ayuda, Müller observó el trabajo crítico realizado por Cáritas en Cuba. Con financiación procedente en parte de donaciones alemanas, Cáritas Cuba está ayudando a ancianos y discapacitados, y continuando los esfuerzos de reconstrucción tras el huracán del año pasado en el oeste de la isla.
La crisis se atribuye a múltiples factores. Venezuela, antaño un estrecho aliado, ha cortado drásticamente el suministro de combustible, paralizando el transporte y la agricultura. Los agricultores, incapaces de utilizar maquinaria, están recurriendo a arados tirados por bueyes. El resultado es un año de magros rendimientos agrícolas que empeoran la situación alimentaria.
Además, la reforma financiera del Estado ha fracasado y el régimen socialista reprime violentamente las protestas y los llamamientos a la libertad. Müller señala que el régimen castiga duramente a los disidentes, con cientos de encarcelados tras las protestas de hace dos años. Esto ha infundido miedo entre quienes buscan el cambio.
Müller también critica el embargo que durante décadas ha impuesto Estados Unidos a Cuba. Sostiene que el embargo, cuyo objetivo es derrocar al régimen socialista, ha fracasado claramente y sugiere que suavizar las sanciones sería una medida humanitaria y políticamente astuta. Sin embargo, no hay indicios de tales cambios.
Impacto sobre el turismo y el éxodo masivo
El turismo, una de las principales fuentes de ingresos de Cuba, también se ha visto afectado. De la afluencia anual de cuatro millones de turistas anterior al COVID, se ha pasado a una cifra estimada de 1,4 millones este año. La crisis se ve agravada por el éxodo masivo de jóvenes cubanos, principalmente a través de la exención de visado a Nicaragua. En los dos últimos años han huido unos 500 000 cubanos, una cifra significativa si se tiene en cuenta que la población total ronda los once millones.
Esta confluencia de colapso económico, escasez de alimentos, represión de la disidencia y marcha de gran parte de la juventud dibuja un panorama sombrío de una nación en apuros, muy alejado de los folletos turísticos y las visiones románticas del socialismo cubano.
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