Con las elecciones presidenciales a la vuelta de la esquina, a 90 millas de la costa de Estados Unidos, el gobierno comunista cubano está intentando influir de nuevo en las elecciones, como ya hizo hace dos años.
Una de esas zonas es el sur de Florida, donde vive una gran mayoría de emigrantes cubanos y cubanoamericanos después de que sus familias escaparan del régimen controlado durante mucho tiempo por los hermanos Castro.
En una reunión informativa con periodistas el lunes, un funcionario de la ODNI confirmó que el gobierno cubano está tratando de contrarrestar a los candidatos estadounidenses que se oponen al régimen comunista, según el Miami Herald.
Durante las elecciones de 2022, la comunidad de inteligencia descubrió que Cuba había intentado “denigrar” a ciertos candidatos. El representante Carlos Giménez, republicano de Florida, que nació en Cuba y representa a los Cayos de Florida y parte de Miami-Dade, dijo en ese momento que creía que él era uno de esos objetivos.
Otros legisladores sospechosos de ser blanco de la injerencia cubana en ese momento incluían a los también miamenses Mario Díaz-Balart y María Elvira Salazar, ambos republicanos.
Una fuente dijo a Fox News Digital que una de las vías que los cubanos han utilizado para atacar a estos legisladores es utilizar los llamados “bots” de las redes sociales que atacan a los republicanos de la derecha política, para hacerlos desagradables para el electorado en general.
Salazar dijo el martes que ella es el “enemigo número 1… en el Congreso” del régimen de Miguel Díaz-Canel en La Habana.
“No me sorprende que estén tratando de subvertir nuestras elecciones”, dijo Salazar, que representa a “La pequeña Habana”, al oeste del centro de Miami.
“Nuestra democracia estadounidense es más fuerte que estos débiles intentos de silenciar a sus críticos. Estaremos vigilando en 2024”.
Giménez añadió el martes que lleva “como una insignia de honor” el objetivo que Cuba supuestamente le ha puesto.
El exalcalde del condado de Miami-Dade bromeó diciendo que su objetivo es permanecer en el Congreso más tiempo del que el régimen permanece en el Capitolio Nacional. Díaz-Canel es el primer no-castrista que gobierna la isla desde el derrocamiento de Fulgencio Batista en 1959.
“Yo esperaría que yo mismo, María y Mario volviéramos a ser sus principales objetivos, junto con el senador Rick Scott”, dijo Giménez en la entrevista.
“Supongo que es algo con lo que vivimos aquí en el sur de Florida: el hecho de que el régimen cubano piense que somos sus enemigos”.
“Somos sus enemigos. Queremos la libertad para el pueblo cubano. Y no pararemos hasta conseguir la libertad para el pueblo cubano”. Así que, hagan su mejor esfuerzo, ¿qué puedo decir?”.
Cuando se le preguntó si el Congreso puede o debe actuar contra los esfuerzos de Cuba, Giménez se mostró dubitativo.
“No estoy seguro de lo que el Congreso puede hacer al respecto”, dijo, añadiendo que si tuvieran que hacer algo, muy probablemente entraría en el ámbito de la censura o de la “comprobación de hechos”.
Dijo que se opone a la censura y que le preocupa que los verificadores de hechos “verifiquen hechos” basándose inherentemente en su propia inclinación ideológica, sugiriendo que tal acción haría más daño que bien.
“La responsabilidad recae realmente en la gente y en determinar si lo que leen es verdadero o falso”, afirmó. “Así que no me preocupa demasiado”.
En el otro extremo del Tamiami Trail, el representante Byron Donalds, republicano de Florida, también condenó el comportamiento de Cuba.
“El régimen comunista cubano es una dictadura opresiva que ha infligido horrores inimaginables al pueblo cubano”, dijo el legislador de Naples.
“En el sur de Florida defendemos la libertad. En el sur de Florida defendemos los derechos humanos. Y en el sur de Florida, nunca nos rendiremos a los males del comunismo”, dijo.
Donalds dijo que este tipo de interferencia electoral desde el otro lado del estrecho de Florida no debería tolerarse nunca.
Fox News Digital se puso en contacto con el ODNI para obtener comentarios, y se le proporcionó una copia del informe de la agencia sobre las “amenazas” electorales extranjeras durante el ciclo 2022, en el que Cuba fue catalogada junto a Irán, China y Rusia.
Gran parte del informe fue redactado, pero en partes no redactadas de la sección sobre Cuba, la agencia evaluó que La Habana trató de socavar “las perspectivas electorales de políticos específicos del Congreso y de la gobernación de Estados Unidos que percibía como hostiles”. El informe indicaba que los partidos políticos en general, incluidos republicanos y demócratas, fueron los focos de atención. Además, destacaba que el mayor interés del sur de Florida por el país isleño lo convertía en un foco de influencia especialmente susceptible.
Otro ángulo desde el que el gobierno cubano ha tratado de influir en los votantes estadounidenses ha sido a través de los medios de comunicación. Según el informe, han tratado de establecer relaciones con periodistas que comparten sus opiniones contrarias a las críticas del Congreso sobre Cuba.
Giménez dijo que eso sonaba como una buena estrategia para el régimen maligno, mientras bromeaba: “El hecho de que puedan encontrar idiotas útiles en los medios de comunicación estadounidenses; eso es un problema para los idiotas útiles”.
* Artículo original: “Cuban regime’s reported return to meddling in US elections a ‘badge of honor’ for targeted critics”. Traducción: ‘Hypermedia Magazine’.
Estrategia para Venezuela: ¿más sangre?
“Se organizó un circo electoral a sabiendas de que la entidad que arbitra el proceso y toda la infraestructura, están bajo el control absoluto del régimen”.
