Un diplomático norcoreano destinado en Cuba desertó a Corea del Sur con su familia a finales del año pasado, según informaron las autoridades esta semana, una fuga poco frecuente del régimen represivo mientras su líder Kim Jong Un intensifica la represión contra las personas que huyen del país.
Ri Il Kyu, consejero norcoreano de asuntos políticos destinado en La Habana, huyó a Corea del Sur en noviembre, según confirmó la agencia de espionaje de Seúl a raíz de informes locales, la primera deserción de este tipo en cinco años. Aunque a los norcoreanos de a pie les resulta cada vez más difícil huir del Estado paria, los pocos que lo han hecho son principalmente diplomáticos y trabajadores destinados en el extranjero que emprenden el vuelo para evitar regresar a Pyongyang, donde los controles fronterizos dificultan enormemente la huida.
En una entrevista concedida al diario surcoreano Chosun Ilbo, Ri declaró que se había desilusionado con el sistema político norcoreano mientras ejercía de tercer secretario en la embajada. Ri, de 52 años, que se incorporó al Ministerio de Asuntos Exteriores del Estado aislado en 1999, declaró a Chosun Ilbo que se subió a un avión con su mujer y sus hijos sin decir a su familia que se dirigían a Corea del Sur.
Corea del Norte no ha hecho comentarios públicos sobre Ri.
Las deserciones de las élites norcoreanas han ido en aumento, mientras que a los norcoreanos de a pie les resulta más difícil escapar, según el Ministerio de Unificación de Corea del Sur. Unos 196 norcoreanos huyeron del país el año pasado, frente a los 1047 de 2019, antes de que el régimen de Kim cerrara sus fronteras en respuesta a la pandemia de Covid-19.
Alrededor de 10 de los desertores del año pasado eran miembros de la élite norcoreana, incluidos diplomáticos y estudiantes extranjeros, el mayor número de deserciones de este tipo en años, según el Ministerio de Unificación. Un funcionario del ministerio dijo que muchos desertores no querían volver a Corea del Norte después de conocer el mundo libre.
Antes de la deserción de Cuba, la última deserción conocida de funcionarios norcoreanos destinados en el extranjero fue en 2019. El embajador en funciones de Corea del Norte en Italia llegó a Corea del Sur en julio de ese año y su deserción se hizo pública en 2020. En septiembre de 2019, el embajador en funciones en Kuwait también llegó a Corea del Sur.
Ri, que al parecer sufría daños neuronales, dijo a Chosun Ilbo que había solicitado tratamiento en México debido a la falta de equipos médicos en Cuba, pero el Ministerio de Asuntos Exteriores de Corea del Norte denegó su petición.
Los norcoreanos que trabajan en el extranjero, como Ri, tienen algunas oportunidades de intentar desertar, a pesar del riesgo de ser descubiertos, que se castiga con la reclusión en campos de reeducación o incluso la ejecución. Escapar es una empresa mucho más difícil para los que viven dentro de Corea del Norte, sometidos habitualmente a trabajos forzados y a una estrecha vigilancia, según un informe de la Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
Desde la pandemia, el gobierno norcoreano ha sellado en gran medida su frontera con China construyendo vallas y puestos de vigilancia para impedir las deserciones. Los guardias han recibido la orden de disparar a cualquier persona que se acerque a la frontera sin permiso, según grupos de derechos humanos. El líder norcoreano Kim Jong Un ha convertido el país en una “prisión gigante”, según Lina Yoon, investigadora de Human Rights Watch.
Ri declaró al diario coreano que la muerte de sus padres y suegros en Pyongyang contribuyó a la decisión de huir. Cuando los norcoreanos desertan, el régimen suele castigar a sus familiares, reteniéndolos como rehenes o enviándolos a campos de prisioneros.
Tae Yong-ho, un exdiplomático norcoreano que huyó a Corea del Sur en 2016, dio la bienvenida a Ri en un post de Facebook, calificándolo de “experto en Cuba” en quien confiaba Kim. “Los diplomáticos norcoreanos seguirán desertando”, escribió en el post.
* Artículo original: “A North Korean Diplomat Managed a Rare Defection: A Flight Out of Cuba”. Traducción: ‘Hypermedia Magazine’.
Cuba, tradición e imagen (I): El mar es nuestra selva y nuestra esperanza
Por Reinaldo Arenas
“El mar es lo que nos hechiza, exalta y conmina. La selva, como el mar, es la multiplicidad de posibilidades, el misterio, el reto. El temor a perdernos y la esperanza de llegar”.