Las altas temperaturas que azotan la provincia de Las Tunas han elevado la necesidad de consumir frutas, no solo por su frescura sino también por sus propiedades refrescantes. Sin embargo, para la mayoría de los tuneros, estas se han convertido en un lujo debido a su elevado costo y baja disponibilidad.
Yenima Díaz Velázquez, periodista del ‘Periódico 26’, expresó su preocupación sobre la escasez de frutas en la región, especialmente después de la finalización de la temporada masiva de mangos. Aunque hay programas en marcha, como el de la recuperación de frutales en las comunidades de La Veguita y San Gregorio, aún no se satisfacen las necesidades de la población, afectando especialmente a los más vulnerables como niños, ancianos, embarazadas y personas con problemas de salud.
El Programa de Autoabastecimiento Municipal ha estipulado que cada persona debería recibir un promedio de tres libras de frutas al mes, lo que subraya la necesidad de ampliar las áreas de cultivo en todos los municipios tuneros. Mientras que hay alternativas como la producción de plántulas de árboles frutales por parte de la Empresa Agroforestal para siembra en fincas, es vital que se promueva una cultura de auto-siembra de frutas en los hogares, aprovechando todos los espacios posibles.
Históricamente, en Las Tunas, la mayoría de las familias que residían en zonas rurales poseían frutas en sus patios, y grandes árboles frutales adornaban los caminos. Hoy día, recuperar y multiplicar esta tradición podría ser una solución. La propuesta de plantar árboles frutales en las carreteras y áreas vacías podría no solo beneficiar a los locales en términos de salud y bienestar, sino también aliviar la carga económica que representa la compra de frutas en el mercado.
En tiempos en los que el calor es abrumador, el valor de un árbol frutal en el hogar es incalculable. Proporciona vitaminas y minerales esenciales y, económicamente, puede representar un ahorro significativo para las familias.
La urgencia por replantear la estrategia de abastecimiento de frutas y promover la siembra personal es palpable, señala la periodista. La provincia de Las Tunas, con su rica tradición agrícola, tiene el potencial de ser un faro de auto-sostenibilidad y bienestar para sus habitantes.
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