La Asamblea General de las Naciones Unidas ha expresado una vez más su oposición al embargo comercial de Estados Unidos a Cuba. Por 31º año consecutivo, la Asamblea aprobó una resolución que pide el cese del embargo, considerando que ha afectado a la economía cubana y a su pueblo, especialmente durante la grave recesión económica del país.
La resolución, que no es vinculante, recibió un apoyo abrumador con la aprobación de 187 países miembros, mostrando la postura de la comunidad internacional contra la política estadounidense hacia la nación insular caribeña. Estados Unidos e Israel se opusieron, mientras que Ucrania optó por abstenerse en la votación.
El ministro de Asuntos Exteriores cubano, Bruno Rodríguez, planteó ante la asamblea los efectos del embargo: “El bloqueo impide a Cuba el acceso a alimentos, medicinas y equipos tecnológicos y médicos”. También resaltó el impacto del bloqueo en las exportaciones cubanas, en particular la imposibilidad de penetrar en el mercado estadounidense, lo que se traduce en cerca de 5000 millones de dólares de pérdidas económicas para Cuba sólo en el año 2022.
Rodríguez equiparó el embargo a un “crimen de genocidio”, acusando a EE.UU. de infligir sufrimiento a la población cubana con el objetivo de incitar el cambio gubernamental.
El embargo, establecido en 1959, ha resistido el paso del tiempo, convirtiéndose en un símbolo de las relaciones entre ambos países. La administración Trump lo reforzó, endureciendo las regulaciones que han complicado las transacciones financieras y la adquisición de bienes y servicios esenciales para Cuba.
Defendiendo la posición estadounidense, el diplomático Paul Folmsbee argumentó que el embargo es un medio para promover “los derechos humanos y las libertades fundamentales en Cuba”. E Insistió en que Estados Unidos sigue desempeñando un papel significativo en el apoyo al pueblo cubano al ser una fuente importante de bienes humanitarios y uno de los principales socios comerciales de la isla. Folmsbee señaló que, en el último año, Estados Unidos vendió a Cuba productos agrícolas por valor de 295 millones de dólares.
A pesar de que la administración del presidente Joe Biden tomó medidas modestas para suavizar el enfrentamiento entre Estados Unidos y Cuba al mejorar los servicios consulares, ha habido poco progreso en el retroceso de las sanciones implementadas bajo el presidente Trump.
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