“¿Por qué Estados Unidos abrió la banca al sector privado cubano?”

Mientras Cuba se enfrenta a una grave crisis social y económica, Estados Unidos ha intervenido para proporcionar más apoyo financiero a las empresas privadas de la isla. Esta medida, publica la agencia alemana Deutsche Welle (DW), pretende impulsar los servicios financieros y basados en Internet. La reciente enmienda del Tesoro de Estados Unidos a las Regulaciones de Control de Activos Cubanos, anunciada el 28 de mayo, marca un cambio histórico. Por primera vez desde la revolución de los años 50, los empresarios cubanos pueden abrir cuentas bancarias en Estados Unidos y acceder a ellas desde Cuba.

Los cambios están diseñados “para promover la libertad de Internet en Cuba, apoyar a los empresarios cubanos independientes en el sector privado y ampliar el acceso de la población cubana a determinados servicios financieros”, declaró el Departamento del Tesoro.

Desde que La Habana estableció un marco legal para las pequeñas y medianas empresas (MiPYMES) en 2021, el sector privado cubano ha experimentado un crecimiento significativo. Se han fundado más de 11.000 compañías privadas, desde tiendas familiares hasta empresas de transporte y construcción, intentando mejorar el suministro de bienes de la isla a través de sus importaciones.


¿Medida para frenar la emigración cubana?

Las nuevas medidas de la administración Biden permitirán a los empresarios cubanos abrir cuentas bancarias en Estados Unidos y utilizar plataformas de medios sociales, sitios de pago en línea, videoconferencias y servicios basados en la nube con sede en Estados Unidos. Esto facilita las transacciones monetarias a través de plataformas de pago en línea, eliminando un importante obstáculo. Además, la nueva normativa permite a los desarrolladores de software cubanos ofrecer sus aplicaciones para su descarga en las tiendas de aplicaciones de Apple o Google, algo que antes era imposible debido al bloqueo de Estados Unidos durante décadas.

El Departamento del Tesoro también está revirtiendo una medida de la era Trump que prohibía a los bancos de Estados Unidos procesar transacciones entre Cuba y bancos de terceros países, conocidas en la industria como transacciones U-turn. Este cambio facilitará las transferencias de dinero a los ciudadanos cubanos, siempre que ni el remitente ni el destinatario estén sujetos a la legislación de Estados Unidos.

Sin embargo, las operaciones bancarias directas con Estados Unidos siguen estando prohibidas, por lo que la financiación, las inversiones y los pagos deben seguir canalizándose a través de terceros países. “El apoyo al sector privado cubano contribuirá a frenar la emigración irregular de la isla al crear más oportunidades económicas”, afirmó el diario estadounidense Miami Herald citando a un funcionario no identificado del gobierno de Estados Unidos. Las empresas de Estados Unidos vinculadas al gobierno cubano o a entidades militares siguen estando restringidas, y las compañías cubanas con vínculos gubernamentales no se beneficiarán de las nuevas normas, añadió la fuente.


Resistencia en Estados Unidos

A pesar de la disposición del Departamento del Tesoro a aplicar estas medidas ya en septiembre, la resistencia en el Congreso retrasó el anuncio. Los legisladores republicanos expresaron su preocupación por el hecho de que la libre empresa no existe en la isla, donde el gobierno sigue controlando el sector privado. La congresista cubano-estadounidense María Elvira Salazar criticó inmediatamente las medidas, afirmando en X (antes Twitter) que la decisión de la administración Biden sería “una burla a la ley estadounidense, considerando que no se ha avanzado hacia la libertad en la Isla y que la represión se ha intensificado”.

En Cuba, el ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez, respondió en la misma plataforma de medios sociales, afirmando que las medidas de Estados Unidos eran “limitadas” y no revirtieron el impacto del bloqueo económico en la isla. “Estas medidas buscan dividir a la sociedad cubana”, añadió.


Prevalece el escepticismo

El economista cubano Ricardo Torres, de la American University en Washington, D.C., describió las medidas como “pasos positivos” que se alinean con “la realidad cambiante en Cuba”. Dijo a DW que sectores como el desarrollo de software se beneficiarían, y que facilitar las transacciones financieras también era una medida positiva. “Pero hay una diferencia entre la intención y la práctica”, advirtió Torres, señalando que los bancos y las empresas de Estados Unidos podrían protegerse contra posibles reclamaciones legales futuras debido a la incertidumbre sobre si una futura administración estadounidense mantendría las medidas.

Un joven empresario de La Habana, que deseaba permanecer en el anonimato, expresó un cauto optimismo. “Sería un paso importante”, dijo a DW, en relación con la posibilidad de abrir una cuenta bancaria en Estados Unidos y utilizar servicios de pago en línea. “Pero veremos cómo funciona en la práctica. Esperemos a ver cómo evoluciona”.

Los recientes cambios reflejan un giro significativo en la política de Estados Unidos hacia Cuba, allanando potencialmente el camino para una mayor actividad económica y apoyo a las empresas privadas en la isla, sostiene la publicación alemana. Sin embargo, queda por ver el impacto a largo plazo de estas medidas mientras ambos países navegan por este nuevo panorama financiero.





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