Rusia ha despachado un cargamento de 650.000 barriles de crudo a Cuba, valorado en casi 50 millones de dólares, en un intento por aliviar la aguda crisis energética que azota a la isla. La Habana, que enfrenta prolongados apagones extendiéndose hasta más de 10 horas diarias y afectando a la mitad de su territorio, recibirá este crucial envío a finales de este mes. Esta entrega se produce tras un año sin recibir crudo de Moscú.
El buque, que partió de territorio ruso el 9 de marzo, se espera en Matanzas a finales de mes, según información del Instituto de Energía de la Universidad de Texas (EE.UU.) obtenida a través de plataformas de seguimiento de barcos petroleros. Esta acción sigue a semanas de visitas oficiales de alto nivel entre Rusia y Cuba, incluyendo la reciente visita del ministro de Comercio Exterior de Cuba, Ricardo Cabrisas, a Rusia y la estancia en Cuba del ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, en febrero.
Durante la visita de Cabrisas a Moscú, Rusia acordó otorgar un nuevo préstamo a La Habana para “garantizar el suministro estable de petróleo, productos derivados, trigo y fertilizantes”, ampliando así su apoyo a la isla y la deuda de esta.
Venezuela y la crisis de importación de petróleo
La crisis energética en Cuba ha sido agravada por la disminución en las importaciones de crudo de sus aliados tradicionales, incluidos Venezuela y Rusia. El Gobierno cubano, que ha señalado una caída en la generación de electricidad debido a esta disminución, ha visto cómo las importaciones desde Caracas caen a una media de 35.000 barriles diarios en los primeros dos meses del año, un descenso significativo desde los 57.000 barriles diarios de 2023 y lejos de los 100.000 barriles diarios de 2016.
Asimismo, esta disminución en las importaciones de crudo se ha debido a la falta de exportaciones de Rusia durante el año pasado, a pesar de haber enviado alrededor de un millón de barriles en 2022. Mientras tanto, México ha intentado llenar parcialmente el vacío dejado por Moscú, enviando más de 5 millones de barriles a la isla el año pasado, valorados en 391 millones de dólares.
Jorge Piñón, académico cubano e investigador del Instituto de Energía de la Universidad de Texas, describió la situación como un “cuello de botella” originado principalmente en Venezuela, a lo que se suman problemas de almacenamiento derivados del incendio en el principal centro de acopio de combustible en Matanzas, en 2022.
Un sistema eléctrico en crisis
El sistema eléctrico de Cuba depende en gran medida de los combustibles fósiles, con centrales de generación que sobrepasan sus expectativas de vida útil de 40 años y que frecuentemente sufren averías o requieren reparaciones. Esta dependencia ha llevado a un incremento en los cortes por déficit de generación desde principios de año.
El ministro cubano de Energía y Minas, Vicente de la O Levy, ha comunicado a medios oficiales que se espera una mejora parcial en la situación en los próximos días. Sin embargo, también anticipa momentos “tensos” y “críticos” debido a las dificultades financieras de Cuba para adquirir petróleo en el exterior, subrayando la importancia de la asistencia recibida de Rusia en este momento.
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