Los funcionarios de fronteras de Estados Unidos se enfrentan a retos sin precedentes a medida que los cruces de la frontera sur alcanzan nuevos récords, influidos en gran medida por una creciente crisis humanitaria mundial. En los últimos cuatro meses hasta septiembre, el número de familiares de inmigrantes expulsados o devueltos ha superado al de cualquier otro año fiscal completo.
El aumento de los datos de la Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés) contabiliza a las personas que cruzan por puertos de entrada legales a través de la aplicación CBP One o mediante programas legales de parole humanitario. Esto significa que las cifras no indican necesariamente un aumento de los cruces ilegales, pero sí de los legales. De hecho, aunque el número de detenciones en el año fiscal que finalizó el 30 de septiembre superó los 2 millones por segundo año consecutivo, fue ligeramente inferior al total de 2022.
Profundizando en los detalles, solo en septiembre se produjeron 269 735 encuentros de la CBP a lo largo de la frontera suroeste, lo que culminó en un nuevo récord del año fiscal de 2,47 millones de encuentros. En particular, las detenciones de la patrulla fronteriza pusieron de relieve un cambio en los patrones de migración. Los venezolanos que cruzaron la frontera fueron detenidos 54 833 veces en septiembre, ante las 39 733 detenciones de mexicanos. Este cambio marcó la primera ocasión en que los mexicanos no fueron el grupo predominante detenido en la frontera.
En un contexto más amplio, las ciudades dirigidas por demócratas han estado luchando por proporcionar un refugio adecuado a los migrantes. Esta crisis se ha intensificado a medida que los gobernadores republicanos, reaccionando al aumento de cruces fronterizos, iniciaron vastas operaciones para transportar migrantes a ciudades gobernadas predominantemente por demócratas.
Troy Miller, un alto funcionario de la CBP, comentó la situación: “En respuesta a los altos índices de encuentros a través de la frontera suroeste en septiembre, la CBP aumentó los recursos y el personal”. Miller hizo hincapié en las medidas proactivas de la agencia, señalando: “Estamos participando continuamente con socios nacionales y extranjeros para hacer frente a la migración hemisférica histórica.” Esto incluye hacer frente a los retos que plantean los grandes grupos de migrantes que viajan en trenes de carga y diseñar estrategias para las repatriaciones directas a Venezuela.
Ante la evolución de la situación fronteriza, Miller aseguró que la agencia llevará a cabo los ajustes operativos necesarios. También agradeció la reciente solicitud de financiación suplementaria, cuyo objetivo es dotar a la frontera de los recursos indispensables. Esto incluye el refuerzo del número de agentes y funcionarios del CBP para apoyar las misiones críticas.
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