La detención continuada de hombres en Guantánamo por parte de Estados Unidos, en medio de supuestas zonas grises jurídicas, ha vuelto a ser objeto de duras críticas. Alka Pradhan, abogada de derechos humanos que representa a detenidos de Guantánamo, ofrece su opinión en un artículo publicado por ‘The Lawfare’, en la que disecciona esta problemática.
Durante más de dos décadas, Estados Unidos ha mantenido prisioneros en Guantánamo. En 2002, los detenidos fueron trasladados de Afganistán a Guantánamo en condiciones bastante duras. El presidente George W. Bush, sentando un precedente, anunció que las Convenciones de Ginebra —tratados internacionales que recogen los derechos de los detenidos— no se aplicarían a este campo de detención. Tal decisión fue muy criticada, dado que eludía los principios fundacionales del derecho internacional humanitario.
Pradhan explica que la Bahía de Guantánamo se eligió deliberadamente, lo que brindó al gobierno estadounidense la oportunidad de crear una zona en la que no se aplicarían ni las protecciones jurídicas nacionales ni las internacionales a los detenidos. A pesar de las numerosas impugnaciones legales y condenas internacionales, especialmente después de que salieran a la luz acusaciones de tortura, la postura de Estados Unidos ha permanecido prácticamente inalterada.
Esta semana, como indica Pradhan, Estados Unidos se enfrentará a otro examen en Ginebra durante la reunión del Comité de Derechos Humanos sobre el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP). Como defensora de los detenidos, Pradhan está dispuesta a desafiar la postura jurídica de Estados Unidos sobre Guantánamo, al que con frecuencia se hace referencia como un “agujero negro legal”.
Estados Unidos tiene una historia contradictoria en la defensa de su postura sobre Guantánamo. Desde los casos iniciales ante el Tribunal Supremo en 2004, que consideraron que los detenidos merecían un abogado, hasta las diversas batallas legales que siguieron, el marco jurídico de la nación en torno a Guantánamo ha estado en constante cambio. Se crearon mecanismos internos como los “Tribunales de Revisión del Estatuto de los Combatientes”, pero su existencia y funcionamiento siguen siendo polémicos.
En el ámbito internacional, Estados Unidos ha recibido críticas por las ambigüedades jurídicas de Guantánamo. Pradhan destaca cómo, a pesar de las reiteradas reprimendas de diversos organismos de la ONU por el trato a los detenidos, Estados Unidos ha ofrecido garantías más bien genéricas, sin abordar violaciones concretas.
En su artículo, Pradhan ofrece una instantánea actual de Guantánamo, describiendo cómo Estados Unidos sigue clasificando a los detenidos de un modo que, en esencia, maximiza su jurisdicción de detención, pero les niega los debidos derechos y protecciones que merecen. Esta práctica contradice los convenios internacionales, como los Convenios de Ginebra. En particular, la administración Biden, al igual que su predecesora, ha argumentado que el debido proceso constitucional no se extiende a los detenidos.
Una cuestión acuciante, entre muchas otras, es la salud de los detenidos. El deterioro del estado médico de estos detenidos, muchos de los cuales han sido sometidos a años de confinamiento y presuntas torturas, es preocupante. Pradhan, haciéndose eco de las conclusiones del Relator Especial de la ONU y de otras organizaciones de derechos humanos, subraya la extrema necesidad de una atención médica adecuada. En concreto, llama la atención sobre el Reglamento 190-8 del Ejército, que, de cumplirse, obligaría a realizar evaluaciones médicas independientes a los detenidos.
El llamamiento de Pradhan al final de su artículo resume la cuestión moral más importante: casi 22 años después de la creación de Guantánamo, ¿no es hora de que Estados Unidos garantice que todos los seres humanos, independientemente de su origen, disfruten de sus derechos básicos y de protección?
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Eduardo López-Collazo es físico nuclear, doctor en Farmacia e investigador. ¿Su sueño? Eliminar la metástasis. Desde 2014, su nombre aparece en la lista de los gais más influyentes de España. Es colaborador habitual de este podcast.