Philip Bump: “La mayoría de estadounidenses cree que los inmigrantes recientes perjudicarán a la sociedad”

Estados Unidos, una nación construida sobre los hombros de los inmigrantes, está ahora profundamente dividida sobre el mismo tema que dio forma a sus cimientos. Una reciente encuesta de CBS News, analizada por Philip Bump de The Washington Post, desvela un complejo tapiz de actitudes estadounidenses hacia la inmigración y la gestión de las fronteras. Este panorama de opiniones no sólo refleja los debates políticos actuales, sino que también afecta a preocupaciones más profundas sobre la identidad nacional y el cambio social.

Los orígenes de esta división, considera Bump, se remontan a la campaña presidencial de 2016, cuando el entonces candidato Donald Trump galvanizó a un segmento del electorado con su postura intransigente sobre la inmigración. Esta retórica, inicialmente desestimada por muchos dentro del Partido Republicano, se convirtió gradualmente en un pilar central de la identidad del partido. Esta evolución queda ejemplificada en las recientes declaraciones del presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Mike Johnson, quien, en una entrevista con Margaret Brennan, de CBS News, se hizo eco de las polémicas afirmaciones de Trump sobre la naturaleza de los inmigrantes que entran en Estados Unidos.

Los comentarios de Johnson, sugiriendo que naciones como Venezuela están enviando intencionadamente criminales a EE.UU., resuenan con la teoría del “gran reemplazo”, una teoría conspirativa marginal que ha encontrado asidero en algunos círculos conservadores. Esta retórica, sin embargo, no concuerda del todo con el sentir general de la opinión pública, como revela la encuesta de CBS/YouGov.

El sondeo dibuja un panorama de una población estadounidense aprensiva y dividida ante la inmigración. Aunque la inmigración y los problemas fronterizos ocupan un lugar destacado entre las preocupaciones nacionales, sólo superadas por la inflación, las opiniones de los estadounidenses sobre la naturaleza del problema y las posibles soluciones varían significativamente. El consenso sobre la inadecuada gestión de la afluencia por parte del gobierno se yuxtapone a opiniones divergentes sobre las respuestas políticas. Algunos están a favor de medidas de línea dura como la política de “permanecer en México”, mientras que otros abogan por procesos administrativos más eficientes.

Esta división se extiende a la percepción del impacto de la inmigración en la sociedad estadounidense. Una mayoría de los encuestados cree que el reciente aumento de inmigrantes podría deteriorar el tejido de la sociedad estadounidense a largo plazo. Este sentimiento es particularmente fuerte entre los independientes y los republicanos, lo que refleja la preocupación por los cambios culturales y demográficos.

Curiosamente, la encuesta revela un descenso en la disposición de los estadounidenses a acoger personalmente a los inmigrantes. En comparación con una encuesta anterior, hay un notable descenso en el apoyo a proporcionar alojamiento temporal y servicios sociales a los inmigrantes en las comunidades locales. Este cambio podría ser indicativo de la creciente preocupación por la asignación de recursos y el impacto en la comunidad.




La encuesta también pone de relieve una división de opiniones sobre el porqué del aumento de la inmigración. Mientras que muchos consideran que las condiciones económicas y la violencia en los países de origen son las principales causas, una parte significativa de los republicanos atribuye el aumento a la falta de seguridad en las fronteras y a los cambios políticos del gobierno de Biden.

A medida que el país se aproxima a un año electoral crítico, estas cuestiones de inmigración y gestión de las fronteras seguirán ocupando un lugar destacado en el discurso político. Los resultados de la encuesta subrayan el reto al que se enfrentan los responsables políticos y los líderes: abordar una cuestión polifacética y emocionalmente cargada que está profundamente entrelazada con la percepción que los Estados Unidos tienen de sí mismos y de su futuro.

El debate sobre la inmigración es más que una discusión política; es un reflejo de la lucha constante de Estados Unidos por definir su identidad en un mundo en constante cambio. La forma en que el país afronte esta cuestión no sólo determinará sus políticas de inmigración y fronteras, sino que también influirá en su panorama cultural, social y político en los años venideros.


Sobre el autor: Philip Bump es columnista de The Washington Post. Escribe el boletín semanal How To Read This Chart. También es autor de The Aftermath: The Last Days of the Baby Boom and the Future of Power in America.





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