Las regiones fronterizas del sur de Estados Unidos, ya sometidas a una gran presión por los cruces ilegales, fueron testigos el domingo de otro suceso significativo. Apareció un vídeo que mostraba un tren de FerroMex procedente de Zacatecas, México, repleto de migrantes, algunos de los cuales colgaban de los laterales de los vagones, animando y dirigiéndose hacia la frontera estadounidense. Este incidente se produce después de que el gobierno estadounidense advirtiera explícitamente a los migrantes: “No vengan”.
La semana pasada, en Ajo (Arizona), los agentes de la patrulla fronteriza registraron hasta 2000 cruces ilegales diarios durante varios días consecutivos. Estas tasas de afluencia han obligado a los agentes a realizar salidas a la calle, ya que la capacidad de los albergues se ha visto desbordada. Estos migrantes proceden de diversas regiones, incluidos países de África.
En el sector del Valle del Río Grande, en Texas, fuentes del Servicio de Aduanas y Protección de Fronteras de Estados Unidos informaron de la presencia de más de 20.000 migrantes bajo custodia de la Patrulla Fronteriza tan sólo el mes pasado. Varias caravanas que llegan a la frontera sur están formadas por familias con bebés, niños y también menores no acompañados.
Cuando son interceptadas a lo largo del Valle del Río Grande, muchas de estas familias son posteriormente puestas en libertad con fechas previstas para comparecer ante los tribunales en el futuro. En un intento de gestionar el creciente número de inmigrantes ilegales, la Administración Biden está considerando la posibilidad de obligar a los inmigrantes ilegales a permanecer en Texas hasta que se les conceda el asilo. Esta estrategia también incluye el uso de tobilleras para controlar a los inmigrantes detenidos.
Sin embargo, en sus esfuerzos por mitigar los cruces ilegales, la Administración Biden emprendió acciones legales contra Texas y Arizona. Texas había introducido una barrera en el Río Grande, mientras que Arizona utilizó contenedores de transporte para crear una barrera en su frontera con México.
En consonancia con el compromiso de Estados Unidos con el trato humano, los controles de asilo determinarían si los migrantes cumplen los requisitos para permanecer en Estados Unidos. También se están estudiando planes para colaborar con grupos locales a fin de ofrecer alojamiento a estos migrantes.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) reveló que, desde mayo, más de 200 000 personas han sido devueltas o expulsadas. El DHS hizo hincapié en sus continuos debates “sobre cómo aprovechar nuestras autoridades para garantizar un proceso de inmigración justo, humano y eficaz.”
En respuesta a la inmensa presión que soportan las ciudades tejanas, el gobernador de Texas, Greg Abbott, ha puesto en marcha un programa de transporte en autobús para distribuir a los inmigrantes entre las autoproclamadas “ciudades santuario”, como Nueva York, Chicago, Filadelfia y Los Ángeles.
Abbott cree que estas ciudades deben compartir la responsabilidad, y expresó su opinión a principios de este mes en X, la plataforma antes conocida como Twitter, donde detalló el número de personas enviadas en autobús a varias ciudades.
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El periodista Henry Constantín Ferreirofue detenido en La Habana por la Seguridad del Estado. Acusado de estar “ilegalmente” en la capital, podría ser devuelto a Camagüey en quince días.
