La 15ª Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de los BRICS, celebrada recientemente en la República de Sudáfrica, ha marcado un cambio significativo en el equilibrio del poder mundial. Con la incorporación de nuevos Estados miembros y los planes de reformas monetarias, la asociación BRICS no sólo está aumentando su influencia geopolítica, sino que también plantea un desafío directo al orden político, financiero y jurídico internacional centrado en Occidente.
Nuevos miembros, nuevas dinámicas
Uno de los resultados cruciales de la cumbre fue la decisión de ampliar la base de miembros de los BRICS. Si bien 22 Estados manifestaron su interés por unirse a la asociación, al término de las conversaciones, Argentina, los Emiratos Árabes Unidos, Etiopía, Irán, Egipto y Arabia Saudí se incorporaron como miembros de pleno derecho, elevando el total a 11 naciones. Esta inclusión es fundamental, ya que no sólo supone una representación diversificada de distintos continentes, sino que también significa que los BRICS, ahora un bloque que abarca un tercio de la producción mundial de alimentos, podría para abordar los problemas de seguridad alimentaria mundial, especialmente en tiempos de crisis.
La presencia de tres naciones africanas —Sudáfrica, Etiopía y Egipto— también refuerza la posición del continente en la escena mundial, abriendo posibles vías para una voz más unificada en asuntos internacionales. Cabe destacar el papel de mediación que los BRICS podrían desempeñar en las disputas regionales, similar al de Pekín en las relaciones entre Teherán y Riad.
Esfuerzos económicos y el desafío al dólar
Otro aspecto destacado de la cumbre fue el énfasis puesto en las reformas monetarias. Aunque no se anunció la creación de una moneda totalmente nueva, se dieron pasos hacia ese objetivo. El presidente brasileño Lula da Silva reveló los planes de un grupo de trabajo dedicado a crear una moneda única BRICS. Como medidas provisionales, el bloque empleará monedas nacionales para las transacciones, colaborando en sistemas que garanticen un flujo monetario fluido y seguro. La colaboración entre el Banco Africano de Desarrollo y el Nuevo Banco de Desarrollo (NDB) es fundamental para estos esfuerzos.
La creación y promoción del NDB, que hace hincapié en el desarrollo de infraestructuras y el crecimiento sostenible, también es un testimonio de la aspiración de los BRICS de establecer un sistema financiero mundial alternativo.
Reimaginar la dinámica del poder mundial
Con China y Rusia a la cabeza, la asociación BRICS desafía directamente el actual orden mundial. En la cumbre quedaron patentes fuertes sentimientos contra el modelo centrado en Occidente. Las posturas del presidente chino, Xi Jinping, y del presidente ruso, Vladimir Putin, subrayan la ruptura entre la visión de los BRICS y el mundo occidental. Además, la incorporación de países tradicionalmente alineados con Estados Unidos, como EAU, Egipto y Arabia Saudí, podría alterar el sistema del petrodólar, piedra angular del dominio económico estadounidense.
La posición de India sigue siendo intrigante. Mientras Estados Unidos intenta incorporar a India a una alianza “OTAN plus”, el país se enfrenta a una encrucijada: asumir plenamente su papel en el BRICS o intentar hacerse un hueco geopolítico independiente.
Con todo, la 15ª cumbre de los BRICS supuso un claro paso hacia un mundo multipolar, en el que la dinámica de poder no se define únicamente por el dominio occidental. Los acontecimientos están a punto de introducir un nuevo capítulo en la geopolítica mundial.
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