El panorama geopolítico está cambiando a medida que las naciones del Sur Global afirman cada vez más su influencia. La 15ª cumbre de los BRICS, que se celebra del 22 al 24 de agosto en Sandton, es el preludio de este cambio. Anunciada como la primera reunión cara a cara del grupo desde el ataque de la pandemia de Covid-19, se espera que este encuentro sea un importante punto de inflexión en las relaciones internacionales.
Aunque tradicionalmente las reuniones de los BRICS implican a los países miembros, en la cumbre de este año se ha cursado una invitación sin precedentes a unos 70 países de África, Asia, América Latina y el Caribe. Esta decisión consolida la cumbre como una de las reuniones más importantes del Sur Global en la historia moderna.
La estrategia diplomática multidimensional de Rusia: De Asia a África
Las tensiones entre Rusia y Ucrania han acentuado la división mundial. Una vez frustrados los objetivos de Rusia en Ucrania, la nación ha vuelto su mirada hacia Asia y África, fomentando relaciones y solidificando alianzas. En un claro guiño a sus objetivos a largo plazo, Rusia, en su «Concepto de Política Exterior» de principios de siglo, había expresado su deseo de desmantelar la hegemonía occidental, promoviendo un orden internacional multipolar.
La gira de Serguéi Lavrov por el Sudeste Asiático el año pasado, durante el circuito asiático de Nancy Pelosi, no fue casual. Moscú pretendía reforzar su presencia en la región Asia-Pacífico, yendo más allá de la influencia de las potencias occidentales y China. Las reuniones de la ASEAN, la Cumbre de Asia Oriental (EAS) y la extensa agenda de Lavrov en Camboya son pruebas de la intención rusa de tejer un sólido tejido diplomático en la región.
África, sin embargo, ha estado en la cúspide de los esfuerzos diplomáticos de Rusia. Desde febrero de 2022, Lavrov ha recorrido el continente y ha estado presente en once países. Esto no sólo demuestra el gran interés de Rusia por África, sino que también la enfrenta a Estados Unidos y China en una carrera por la influencia. Sudáfrica, un aliado fundamental, sigue estando en el centro de la estrategia rusa en África. A pesar de la oposición de la DA en Pretoria, Rusia sigue profundizando sus raíces en el continente, aprovechando los lazos históricos y los intereses mutuos.
La profundización de los lazos latinoamericanos
El acercamiento de Rusia a América Latina ofrece otra perspectiva para comprender las cambiantes arenas de la diplomacia internacional. Aunque mantiene relaciones diplomáticas con los 33 países de la región, Rusia ha señalado a Brasil, Venezuela, Cuba y Nicaragua como sus principales aliados.
Mientras que Brasil, país miembro de los BRICS, sigue siendo un socio económico y político esencial, Venezuela y Cuba presentan una danza diplomática más intrincada. Ambas naciones, históricamente recelosas de Estados Unidos, han dado recientemente muestras de querer enmendar sus diferencias con Washington. Las intenciones de Rusia son claras: advertir a estas naciones para que no confíen demasiado rápidamente en Estados Unidos y reafirmen su propia influencia.
A medida que se acerca la cumbre de los BRICS, la narrativa se aclara. A primera vista, los amplios esfuerzos diplomáticos de Rusia parecen desafiar los intentos de Occidente de aislarla. Pero una inmersión más profunda descubre un tapiz más intrincado. Los aliados de Moscú tras la invasión de Ucrania no son tan firmes, lo que revela vulnerabilidades.La narrativa emergente, en vísperas de la 15ª cumbre de los BRICS, es la de una dinámica geopolítica en evolución. El Sur Global, que ya no se conforma con ser marginado, está abriéndose camino entre las grandes potencias. El mundo observa cómo se desarrolla este incipiente orden mundial multipolar, que perfila los contornos de la política del siglo XXI.
Cuba cada vez más lejos de Occidente
El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, participará en la Cumbre del BRICS en Sudáfrica y viajará a Angola, Mozambique y Namibia, marcando una clara alineación con el bloque antioccidental capitaneado por China y Rusia.