La policía ecuatoriana irrumpió a última hora del viernes en la embajada de México en Quito y sacó a un ex vicepresidente que había solicitado asilo allí, desatando una crisis diplomática en una región cada vez más polarizada entre la izquierda y la derecha.
La incursión fue una maniobra descarada del gobierno de Ecuador, que envió un convoy de vehículos negros con las sirenas a todo volumen para derribar la puerta principal de la embajada. Cuando el cónsul mexicano intentó detener uno de los vehículos a la salida, la policía lo agarró y lo tiró al suelo.
“Esto es totalmente inaceptable”, dijo a los periodistas el cónsul, Roberto Canseco, con la voz entrecortada. “Arriesgando mi vida, he defendido el honor y la soberanía de mi país. Esto no puede ser”.
El gobierno mexicano había concedido asilo político el viernes por la tarde a Jorge Glas, ex vicepresidente ecuatoriano. Glas ha sido condenado dos veces por corrupción. Afirmó que estaba siendo perseguido por el fiscal general del país.
El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, un izquierdista de larga data, es un aliado del ex presidente de Ecuador, Rafael Correa, quien dejó el cargo en 2017. López Obrador provocó un alboroto esta semana al decir que el nuevo presidente, el conservador Daniel Noboa, ganó las elecciones en octubre porque “crearon este clima de miedo.” Ecuador se conmocionó durante la campaña cuando unos hombres armados asesinaron a un conocido candidato, el luchador contra la corrupción Fernando Villavicencio, un crimen del que se culpó a los cárteles de la droga.
Ecuador respondió a las declaraciones de López Obrador declarando persona non grata al embajador mexicano.
La disputa se recrudeció el viernes por la noche. López Obrador dijo que la policía ecuatoriana entró “por la fuerza” en la Embajada de México en Quito para llevarse al ex vicepresidente. Las autoridades ecuatorianas confirmaron la detención de Glas.
“Ningún delincuente puede considerarse perseguido político”, dijo el gobierno de Ecuador en un comunicado. Dijo que México había “abusado de la inmunidad y los privilegios” de los que gozaba su embajada.
México respondió el viernes por la noche rompiendo relaciones diplomáticas con Ecuador.
“Se trata de una flagrante violación del derecho internacional y de la soberanía de México”, tuiteó López Obrador. Dijo que rompía relaciones diplomáticas por el “acto autoritario”.
La canciller mexicana, Alicia Bárcena, dijo que la incursión desafiaba la Convención de Viena, que establece la inviolabilidad de las embajadas. El personal diplomático mexicano resultó herido durante la operación, dijo Bárcena.
Ecuador ha estado luchando contra un aumento de la violencia atribuido a los narcotraficantes que se disputan el auge del tráfico de cocaína procedente de Colombia y con destino a Europa y Sudamérica. Se cree que algunos están vinculados a carteles mexicanos.
América Latina está cada vez más dividida ideológicamente. Recientemente se han producido varios enfrentamientos entre izquierdistas tradicionales, como López Obrador y el Presidente colombiano Gustavo Petro, y políticos como el ultraderechista Javier Milei, Presidente de Argentina, y Nayib Bukele, el líder de El Salvador, partidario de la mano dura contra la delincuencia.
López Obrador ha mantenido en gran medida una relación pragmática con Estados Unidos, el principal socio comercial de su país. Pero se ha enemistado con varios gobiernos conservadores de América Latina. Perú y Bolivia han retirado a sus embajadores por comentarios críticos del líder mexicano.
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