El presidente ruso, Vladímir Putin, está dispuesto a detener la guerra en Ucrania con un alto el fuego negociado que reconozca las líneas actuales del campo de batalla, según cuatro fuentes rusas que hablaron con Reuters. Sin embargo, Putin está dispuesto a continuar la lucha si Kiev y Occidente no responden positivamente.
Tres fuentes familiarizadas con las discusiones en el entorno de Putin indicaron que éste ha expresado su frustración por lo que considera intentos respaldados por Occidente de bloquear las negociaciones y por la decisión del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, de descartar las conversaciones. “Putin puede luchar el tiempo que haga falta, pero Putin también está dispuesto a un alto el fuego, a congelar la guerra”, dijo una fuente rusa con conocimiento de las conversaciones al más alto nivel en el Kremlin.
Estas fuentes hablaron bajo condición de anonimato debido a lo delicado del asunto. Reuters habló con un total de cinco personas que han trabajado con Putin a alto nivel en el mundo político y empresarial. La quinta fuente no hizo comentarios sobre la congelación de la guerra en los frentes actuales.
El portavoz de Putin, Dmitry Peskov, reiteró que Rusia está abierta al diálogo para lograr sus objetivos, afirmando que el país no quiere una “guerra eterna”. Sin embargo, los ministerios ucranianos de Asuntos Exteriores y Defensa no respondieron a las preguntas.
El nombramiento del economista Andrei Belousov como ministro de Defensa ruso fue interpretado por algunos analistas occidentales como una preparación de la economía rusa para un conflicto prolongado. Esto se produce tras la reciente presión en el campo de batalla y los avances territoriales de Rusia.
Las fuentes indicaron que Putin, reelegido en marzo para un nuevo mandato de seis años, preferiría aprovechar el actual impulso de Rusia para concluir la guerra. No hicieron comentarios directos sobre el nuevo ministro de Defensa. Basándose en su conocimiento de conversaciones en el seno del Kremlin, dos fuentes afirmaron que Putin cree que los avances logrados hasta ahora son suficientes para declarar una victoria al pueblo ruso.
El mayor conflicto terrestre de Europa desde la Segunda Guerra Mundial se ha cobrado decenas de miles de vidas en ambos bandos y ha provocado amplias sanciones occidentales sobre la economía rusa. Tres fuentes señalaron que Putin entiende que cualquier nuevo avance significativo requeriría otra movilización nacional, que quiere evitar. Una fuente mencionó que la popularidad de Putin cayó en picado tras la primera movilización de septiembre de 2022, que provocó que cientos de miles de hombres en edad de alistarse abandonaran el país.
Peskov declaró que Rusia no tenía necesidad de nuevas movilizaciones y que, en su lugar, reclutaría voluntarios para las fuerzas armadas. La perspectiva de un alto el fuego o de conversaciones de paz sigue siendo lejana. Zelenski ha rechazado repetidamente la paz en los términos de Putin, prometiendo recuperar el territorio perdido, incluida Crimea. Firmó un decreto en 2022 que declaraba formalmente “imposible” cualquier conversación con Putin.
Una fuente predijo que ningún acuerdo podría producirse mientras Zelenski esté en el poder, sugiriendo que un acuerdo con Washington podría ser más factible. Sin embargo, el Secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, declaró en Kiev que no creía que Putin estuviera interesado en entablar negociaciones serias.
Ucrania se está preparando para las conversaciones que acogerá Suiza el mes próximo con el fin de unificar la opinión internacional sobre el fin de la guerra. Rusia no ha sido invitada, lo que Moscú criticó. En un discurso pronunciado en China, Putin dijo que Ucrania podría utilizar las conversaciones suizas para recabar un apoyo más amplio a la retirada total de Rusia, que él considera una condición impuesta más que una negociación seria.
El Ministerio de Asuntos Exteriores suizo no respondió inmediatamente a una petición de comentarios. “Estamos dispuestos a dialogar. Nunca nos hemos negado”, dijo Putin en China. El Kremlin mantiene que está abierto a conversaciones basadas en “las nuevas realidades sobre el terreno”. Un portavoz del Departamento de Estado estadounidense subrayó que cualquier iniciativa de paz debe respetar la “integridad territorial de Ucrania, dentro de sus fronteras internacionalmente reconocidas”, y describió a Rusia como el único obstáculo para la paz.
Kiev rechaza la supuesta disposición de Rusia a dialogar como táctica para trasladar la culpa de la guerra. Tanto Rusia como Ucrania temen que la otra aproveche cualquier alto el fuego para rearmarse. Kiev y sus aliados occidentales confían en un paquete de ayuda estadounidense de 61.000 millones de dólares y ayuda militar europea adicional para superar lo que Zelenskiy describió como “uno de los momentos más difíciles” de la guerra a gran escala.
Putin insiste en conservar todas las conquistas territoriales logradas, considerándolas innegociables. La congelación del conflicto en las líneas actuales dejaría a Rusia el control de partes sustanciales de cuatro regiones ucranianas, aunque no el control total de ninguna. Esto no alcanzaría los objetivos iniciales de Moscú, que incluían el control total de Donetsk, Luhansk, Zaporizhzhia y Kherson.
Otro factor que influye en el deseo de Putin de poner fin a la guerra es el regreso a Rusia de veteranos curtidos en la batalla, lo que podría provocar tensiones sociales debido a la insatisfacción con las perspectivas laborales tras la guerra. Tres fuentes afirmaron que, en ausencia de un alto el fuego, Putin pretende capturar más territorio para aumentar la presión sobre Ucrania.
Las fuerzas rusas controlan actualmente alrededor del 18% de Ucrania, con recientes avances en la región nororiental de Kharkiv. Putin cree que la mayor población de Rusia sostendrá una mano de obra superior incluso sin movilización, apoyada por una generosa paga para los que se alisten.
“Rusia irá más lejos”, dijo una fuente familiarizada con las ideas de Putin, añadiendo que Putin espera que Occidente acabe limitando su apoyo a Ucrania, minando su moral. Los líderes estadounidenses y europeos han prometido apoyar a Ucrania hasta que se garantice su seguridad y soberanía.
Las cinco fuentes afirmaron que Putin no tiene intenciones de atacar territorio de la OTAN, lo que refleja sus declaraciones públicas. Dos fuentes citaron su preocupación por el riesgo de escalada con Occidente, incluida una escalada nuclear. El Departamento de Estado estadounidense declaró que no ha ajustado su postura nuclear y que no ha visto señales de que Rusia se esté preparando para utilizar un arma nuclear.
“Seguimos vigilando el entorno estratégico y seguimos preparados”, declaró un portavoz del Departamento de Estado.
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